El robot líquido a prueba de obstáculos
Uno de los creadores del robot detalla a ABC las características de este proyecto que estará listo en cinco años
![Un robot capaz de pasar de sólido a líquido, saltar veinte veces su tamaño y dividirse y volver a unirse](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/economia/2023/02/07/fgdghd-RREpmdoSpslIyeHv8QNUmFJ-1200x900@abc.jpg)
La realidad supera a la ficción gracias al logro conseguido por la Universidad de Carnegie Mellon, en EE.UU., y la Universidad de Hong Kong que tiene el nombre de MPTM (Material de Transición de Fase Magnetoactiva). Su prototipo de robot puede atravesar barras de metal, cambiar de forma, escalar paredes o dividirse y volver a unirse, por eso lo apodan 'Terminator 2'.
Carmel Majidi, ingeniero mecánica de la Universidad Carnegie Mellon, explica a ABC que «el robot es capaz de cambiar su rigidez y forma mediante el uso de un campo magnético. Está hecho de galio lleno de partículas magnéticas microscópicas. El galio es un metal que se funde a bajas temperaturas. Se calienta a través de ondas magnéticas, que crean una corriente eléctrica en el metal que hace que también se caliente y se derrita».
Además el robot salta 20 veces su altura, se parte por la mitad y puede girar a 1.500 revoluciones por minuto. Majidi indica que esto es posible «porque las partículas magnéticas dentro del galio se pueden manipular usando un campo magnético. Al igual que un imán de cocina se puede utilizar para mover otros objetos magnéticos. De esta forma, el campo magnético puede hacer que el robot se mueva (es decir, salte, gire, se deslice) o cambie de forma y se separe».
La idea vino de sus compañeros asiáticos, «Se les ocurrió observando al pepino de mar que puede cambiar su forma». También es el caso del pulpo, que puede transformar la rigidez de sus brazos para un cambio morfológico dramático. Añade que «el robot se puede hacer de cualquier tamaño. Cuanto más pequeño sea, más sensible será al campo magnético. Si es muy grande, de la dimensión de un humano, solo respondería a electroimanes muy potentes, lo que no sería práctico».
En cuanto a sus aplicaciones el investigador comenta que «el material podría usarse para reparar juntas rotas o conexiones de circuitos o para fabricar robots que sean más móviles y se adapten a su entorno o un tornillo universal». En este caso funcionaría de tal modo que el robot entraría en el orificio del tornillo, se fundiría en él, tomando la forma de espiral, y luego volvería a su estado sólido consiguiendo estar perfectamente amoldado al orificio.
Pero el científico resalta que «sin embargo, las aplicaciones potenciales más importantes se encuentran en la medicina. En nuestro estudio, mostramos cómo se puede usar para administrar medicamentos o eliminar objetos extraños del cuerpo». Están los que también hablan de usos militares de esta idea.
Seguridad
Detalla que para tener impacto dentro de las aplicaciones biomédicas, «debemos demostrar que estos materiales son seguros para el contacto con tejidos y órganos biológicos. Mi laboratorio está examinando actualmente la biocompatibilidad y la citotoxicidad del galio». Y también resultaría interesante usarlo en el entorno espacial. Majidi señala que «podrían ser particularmente útiles para realizar reparaciones o inspecciones dentro de espacios confinados o áreas de una estructura espacial a la que es difícil acceder para un astronauta o un robot más grande».
MÁS INFORMACIÓN
A la pregunta de cuándo se comercializará este producto Majidi detalla que «para aplicaciones biomédicas, todavía tomará de 5 a 10 años obtener la aprobación regulatoria. Para otros usos, por ejemplo circuitos electrónicos, podría ser antes, es decir, de 3 a 5 años».
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