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Un implante que convierte tus pensamientos en texto y enciende dispositivos

La interfaz mente-ordenador de Synchron o los audífonos de NextSense que monitorizan las neuronas a través del oído son ejemplos de cómo la tecnología está revolucionando la neurociencia

Los investigadores intentan entender a ese gran desconocido que es el cerebro
Alexia Columba Jerez

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El cerebro parece un reto insondable que algunos se han propuesto resolver usando una tecnología que puede cambiar la vida de las personas. Al menos esa es la propuesta de Stentrode, un implante cerebral que convierte tus pensamientos en texto. Y responde a la posibilidad de controlar los dispositivos digitales con el pensamiento. Es la iniciativa deTom Oxley, el consejero delegado de Synchron, una compañía que ha desarrollado una interfaz cerebro-ordenador o BCI, implantable. Recoge y transmite de forma inalámbrica información directamente desde el cerebro. Ha pasado desapercibida, mientras Neuralink, del multimillonario Elon Musk, acaparaba todos los focos, y en el proceso la ha adelantado con una idea mejor. Consiguiendo el hito de ser la primera empresa en recibir luz verde de la FDA para probar su dispositivo en humanos.

Oxley apunta que «las señales cerebrales del paciente están conectadas a un ordenador a través de Bluetooth». Explica que el dispositivo está internalizado, invisible al mundo exterior, y el paciente aprende a controlar el teclado con clics que provienen directamente de su cerebro. «Parecería que las BCI evocan imágenes de ciencia ficción como «The Matrix» con un cable conectado a tu cerebro a través de un agujero en tu cráneo. Pero estoy aquí para mostrarte que el futuro puede ser más elegante que eso», afirma Oxley en sus conferencias.

Sería una opción para personas que hayan perdido la capacidad de usar sus manos, tal vez por un derrame cerebral o una lesión de la médula espinal, o a personas con esclerosis múltiple, parálisis, que hayan sufrido un ictus o tengan enfermedades neurodegenerativas. 

El caso nació de una experiencia personal que el neurólogo Oxley cuenta: «Durante mi residencia en neurología, atendí a un hombre de unos 40 años. Tuvo un derrame cerebral y desarrolló el síndrome de enclaustramiento, no podía mover su cuerpo, excepto sus ojos, de izquierda a derecha. Su cerebro seguía funcionando como el tuyo. Podía ver y oír y pensar y sentir, pero no podía moverse ni hablar nunca más».

La conexión es una necesidad humana fundamental. Muchos de sus pacientes que han perdido la capacidad de hablar, quieren desesperadamente volver a conectar con sus seres queridos. «¿Sabes cuál es la principal petición que recibimos? Mensajes de texto. Y luego el correo electrónico. Control sobre su teléfono inteligente y redes sociales», apunta.

Menos invasivo

Las BCI consiguen todo esto, pero el problema hasta ahora era que suponían una cirugía invasiva que implicaba una recuperación compleja, y la posibilidad de una reacción inmune de rechazo a los cuerpos extraños. Sin embargo, en Synchron se planteó una ruta alternativa. El sistema se llama Stentrode y usa «los vasos sanguíneos como carreteras naturales en el cerebro», señala Oxley, «Los dispositivos pueden ser dejados dentro de un vaso sanguíneo, las células crecen sobre él, lo incorporan a la pared como un tatuaje bajo la piel y estamos protegidos de esa reacción inmune», afirma.

Álvaro Sánchez Ferro, doctor y Vocal del Comité de Nuevas Tecnologías e Innovación de la Sociedad Española de Neurología, explica a ABC que el aparato desarrollado por la empresa Synchron es una especie de malla que se coloca en una vena del cerebro a través de un procedimiento mínimamente invasivo.

synchron

«Se introduce un catéter, igual que se hace con el cateterismo del corazón, por la vena yugular en el cuello y se hace llegar al cerebro y se suelta esa malla que tiene unos microchips que son capaces de sensar la actividad cerebral», detalla Ferro. El dispositivo recibe las señales eléctricas generadas por las neuronas y las envía a un receptor colocado en el pecho que las transmite a un ordenador portátil. Ferro añade que «Synchron ya ha hecho una prueba de concepto con pacientes que tienen ELA», la misma enfermedad degenerativa, infrecuente y progresiva que afectaba a Stephen Hawking.

Y para todo ello también se usa inteligencia artificial que se va entrenando en el uso del lenguaje más complejo. Ferro señala que igual que en el móvil se usa IA para el texto predictivo. Y añade que será también el Santo Grial, a nivel comercial, porque se amplía el abanico de gente al que proporcionar este sistema. Especialmente porque se lleva años estudiando formas de prescindir del ratón, gestionar una operación en un cajero, seleccionar una opción en una pantalla sin tocar nada, mediante tecnología de seguimiento ocular.

Asomarse al cerebro por el oído

Y como alternativa aún menos invasiva a los chips implantados en el cerebro y conectados a una interfaz cerebro-ordenador encontramos el proyecto de NextSense: unos auriculares que permiten explorar el cerebro a través de los oídos y registrar las señales eléctricas.

La empresa se gestó como uno de los proyectos de Google X-Alpha o Monosha de la mano de Jonathan Berent. Facilitaría el estudio del cerebro y la captura de un electroencefalograma (EEG) y también el estudio del sueño. Una especie de Apple Watch para el cerebro. Para ello también cuentan con un polímero patentado con el que están hechos los auriculares. Un recubrimiento conductor flexible que permite recoger las ondas cerebrales de forma más nítida.

Ferro explica que «el cerebro produce electricidad, o sea que la manera que tiene el cerebro de comunicarse en el fondo es con señales eléctricas. Las neuronas son como un generador de electricidad y todo está conectado con un cableado que son los axones. Los auriculares funcionan con un sensor dentro del conducto auditivo; este conducto está relativamente cerca de una zona del cerebro que es el lóbulo temporal y sensan la actividad cerebral». La portabilidad es su gran ventaja.

Ferro detalla que «podrías usarlo en tu entorno del día a día. Ahora lo que utilizamos es una especie de gorro de piscina con una serie de electrodos llamados gorro de electroencefalograma y solo se puede usar en el hospital. Además se tiene que emplear un gel transmisor, aquí no. Y no necesitas un técnico, sino que lo utiliza directamente el usuario».

El CEO de NextSense, Jonathan Berent, explica a ABC que «la plataforma Brain Health de NextSense permite tratar una variedad de condiciones neurológicas, desde trastornos del sueño hasta migrañas y depresión posparto. Podemos monitorear y estimular la actividad cerebral a través del oído con nuestros auriculares. Mientras que el monitoreo de EEG clásico requiere un mínimo de 20 minutos de configuración por parte de un profesional capacitado, el nuestro es tan fácil como colocarse un par de auriculares y conectarlos con su teléfono».

Una aplicación que ya se está dando es para predecir crisis epilépticas, «de esta forma el paciente se sitúa en una zona segura porque durante un episodio epiléptico los pacientes que pierden el conocimiento pueden darse un golpe o caer», apunta Ferro.

Además Berent añade que en cuanto a las aplicaciones no médicas de los auriculares puede compartir sus experiencias. «Pude usar la plataforma para aprender una nueva habilidad: tomar siestas a pedido. A través de sus capacidades de biorretroalimentación, puede aprender a encontrar un «interruptor de apagado» de su cerebro. Hice esto tomando miles de siestas durante los últimos 4 años y usando datos para mostrarme cómo, incluso si no sentía subjetivamente que dormía, estaba calmando la mente como lo demuestran los datos que se me muestran en la plataforma. Esta tranquilidad reforzó aún más el valor de la siesta. Ahora, básicamente, puedo dormir de 5 a 10 minutos cuando lo desee, independientemente del sueño o el cansancio que sienta».

Después de separarse de Alphabet, NextSense ha conseguido recaudar 5,3 millones de dólares en fondos. Asimismo, el interés por los BCI ha sido creciente, la compañía especializada en datos PitchBook revelaba que en 2021 las empresas de este tipo habían recaudado 133 millones de dólares. Y Synchron ha conseguido en una ronda de financiación de capital riesgo, 40 millones de dólares. La tecnología para desentrañar ese gran desconocido que es el cerebro progresa.

Y como establece Oxley, «ahora puedes ver que es algo lento, pero esto es como las velocidades de marcado al principio de Internet. Esta es una nueva Ley de Moore, y apenas estamos comenzando».

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