La recesión alemana pondrá a prueba la política monetaria del BCE
El último informe mensual del banco central alemán advierte que «es probable que la producción económica vuelva a ser más baja en el primer trimestre de 2023 que en el trimestre anterior«
![La presidenta del BCE, Christine Lagarde](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/economia/2023/02/28/1461205641-RXiBI6R66xQR8E0XuImxK7O-1200x840@abc.jpg)
El DAX está a solo unos pocos puntos porcentuales de un máximo histórico, pero la crisis no ha terminado. De hecho, ni siquiera ha empezado, según el Bundesbank. Después de que la economía alemana se contrajera en el último trimestre de 2022 un 0,4%, ... las previsiones económicas siguen siendo sombrías. El último informe mensual del banco central alemán advierte que «es probable que la producción económica vuelva a ser más baja en el primer trimestre de 2023 que en el trimestre anterior« y, si este pronóstico se cumple, Alemania habría entrado en recesión técnica. Esta situación pondría sin duda a prueba la voluntad del Consejo de Gobierno del BCE en su línea de subida de los tipos de interés.
¿Mantendrá firme el timón Christine Lagarde cuando el motor económico de la UE entre en parada cardíaca? El presidente del Bundesbank, Joachim Nagel, cuenta todavía con sucesivas subidas «significativas» de tipos. Ha sugerido que la inflación subyacente, que excluye los volátiles precios de la energía y los alimentos, se mantendrán en un nivel muy algo más allá de marzo, en la reunión del G20 en Bangalore del pasado viernes. «Es por eso que no descarto la posibilidad de que más alzas de tasas de interés, alzas significativas, sigan siendo necesarias más allá de marzo», dijo allí junto al ministro de Finanzas alemán, Christian Lindner, y apuntó que las reivindicaciones salariales del 10% y el 12% que están exigiendo los sindicatos en diversos sectores de la economía alemana constituyen un claro síntoma de inflación de segunda vuelta, que llega para quedarse. Y, junto a una demanda externa en declive, es precisamente la inflación el facto que está atenazando la economía alemana y ralentizando el consumo privado, debido a la reducción del poder adquisitivo.
El sector de la construcción, además, está luchando con el aumento de los intereses y los costes de los materiales y considera «muy probable» un mayor enfriamiento. Según el instituto Ifo, el estado de ánimo en general entre los ejecutivos de las empresas alemanas sigue instalado en que la debilidad económica continúa. El presidente de Ifo, Clemens Fuest, confirma que las empresas están «menos satisfechas con el negocio actual que en enero» y «registran menos pedidos nuevos«. «No hay razón para una mayor confianza», lamenta también el economista jefe del banco Hauck Aufhäuser Lampe, Alexandeconm la guerra de Ucrania y la falta de nuevas malas noticias, pero, a pesar de la disminución de los cuellos de botella en el suministro de materiales, la economía no está fuera de peligro».
El economista jefe de Commerzbank, Jörg Kramer, también se muestra cauteloso debido al debilitamiento de los nuevos negocios. «Para un país exportador como Alemania, sigue siendo probable una caída económica, aunque no será una recesión clásica», acota la gravedad de la parálisis, y sugiere que será una recesión «blanda», de la que Alemania se puede recuperar en el corto plazo.
«La economía alemana no podrá evitar una recesión», asiente Klaus Wohlrabe, responsable de las encuestas del Ifo, «pero será moderada«. Según Wohlrabe, es probable que el consumo privado en particular se debilite. Muchas compras de automóviles se han adelantado a finales de 2022, mientras que los consumidores ahora se enfrentan a pagos iniciales significativamente más altos de la energía. »Como resultado, es probable que el consumo se debilite«.
Al Bundesbank le preocupa también que Alemania registre un mayor déficit público. «En general, es probable que los gastos aumenten mucho más rápido que los ingresos», dice el informe, «un factor que contribuye a ello es que la alta inflación está haciendo que las compras gubernamentales de bienes e inversiones sean más caras, entre otras cosas». Y la deuda alemana tiene sus consecuencias. El Estado alemán está pagando ya anualmente 40.000 millones en intereses de la deuda, cifra que aumentará a medida que el BCE siga endureciendo su política monetaria. El Bundesbank menciona también que es probable que el gasto en defensa y política climática aumenten significativamente, añadiendo así leña al fuego. Y, sumando todos estos factores, realiza su pronóstico sombrío para el transcurso del año.
«Las cosas podrían recuperarse lentamente a medida que avanza el año. Sin embargo, no se vislumbra una mejora significativa», dice el banco central, que solo cuenta con que, para el año en su conjunto, la inflación descienda «levemente» y que el producto interno bruto «disminuya ligeramente».
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