La productividad por ocupado cae un 1,9% desde 2018 y el IEE culpa de ello a la reducción de jornada
El 'think tank' de la CEOE rebate la tesis del Gobierno y señala que una mejora de la productividad es lo que permitiría trabajar menos horas
Trabajo cede ante la CEOE y acepta un plazo transitorio para aplicar la reducción de jornada a 37,5 horas en las empresas
![Un camarero atiende a clientes en una terraza de Madrid](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/economia/2024/07/22/camarero-madrid-RIxJNN5zbfOmcOeIKMmH2wO-1200x840@diario_abc.jpg)
En plena negociación entre el Gobierno y los agentes sociales para reducir la jornada a 37,5 horas, los datos muestran que la productividad por ocupado ha caído un 1,9% entre 2018 y 2023, cuando en la Unión Europea ha aumentado un 1, ... 3%. Así se desprende del último informe sobre productividad del Instituto de Estudios Económicos (IEE), que achaca este descenso a un factor: «Esta pérdida se explica, en buena medida, por la fuerte reducción de la jornada media registrada en España desde el año 2018 con un retroceso de esta del 3,8% frente a la disminución del 1,5% acontecida en la UE».
Estas cifras son las que resultan para el periodo de los últimos cinco años pero ampliando el tiempo de análisis la situación tampoco mejora; entre 2013 y 2018 sí que hubo un incremento de la productividad por ocupado (2,7% en España, frente al 4,6% de la UE) pero se ve lastrado por lo ocurrido en los cinco años siguiente. «La productividad por ocupado, entre 2013 y 2023, ha crecido un 5,9% en la UE, mientras que, en España, tan solo lo ha hecho en un 0,7%, cifra tan limitada que implica un cierto estancamiento de este componente que justifica que el mismo deba ser objeto de atención dentro de nuestra política económica», indica el informe.
Uno de los mantras sobre los que se sustenta la idea del Gobierno, concretamente de la vicepresidenta Yolanda Díaz, para reducir la jornada en España está en que esto ayudaría a aumentar la productividad en nuestro país. Sin embargo, el IEE rebate esta tesis y apunta a lo contrario a la luz de los datos. De hecho, su director general, Gregorio Izquierdo, ha sido claro en su diagnóstico, contrario al del Ejecutivo: «Una mejor productividad es lo que permite reducir la jornada». Y el informe destaca que aumentar la productividad también genera un mayor crecimiento del PIB per cápita.
El documento del IEE pone de manifiesto también que «los países con menor productividad por hora son, a su vez, los que tienen mayor duración de la jornada y a los que, por lo tanto, los avances en la productividad les permiten converger en duración de sus jornadas sin perder competitividad relativa por ello», pero añade que «el problema es que, en un contexto de insuficiente progreso de la productividad por hora, la reducción de la jornada conlleva, a su vez, un deterioro de la productividad por trabajador y, en consecuencia, de la competitividad económica y de la capacidad de creación de empleo y crecimiento de una economía a medio y largo plazo».
Asimismo, el 'think tank' de la CEOE destaca que la incidencia de la productividad sobre el crecimiento de una economía y sobre el PIB per cápita se pone de manifiesto en «la muy estrecha relación existente entre estas variables (con correlaciones muy elevadas, alrededor del 95% entre el PIB per cápita y la productividad)». En este sentido, añaden que esta situación refleja que los países que presentan los niveles de productividad más elevados, tanto por hora como por ocupado, se corresponden con los países donde los niveles de PIB per cápita son mayores. A mayor productividad, mayor PIB per cápita.
El informe también hace un análisis del PIB per cápita de los países de la Unión Europea y las diferencias entre los mismos. «En términos de convergencia en renta per cápita en la UE en el periodo 2013 a 2023, se evidencia, claramente, que, en general, los países con mayor dinamismo de su renta per cápita, a su vez, eran países con una menor renta per cápita relativa de partida», señala el IEE, evidenciando que si se parte de una base más bajada es más factible crecer más. Pero no es el caso de España -como señalan- que, a pesar de partir de un menor nivel de renta que la UE, no ha conseguido lograr un diferencial significativo de crecimiento de su renta per cápita con relación a la Unión Europea. «Cuando se analiza, de forma detallada, el proceso de convergencia real se observa que los países que tienen éxito en el mismo son los que logran aumentar tanto su productividad como su tasa de ocupación, evidenciado, así, que ambas variables son positivas si se consigue un clima favorable a la inversión y a la actividad empresarial», incide el IEE.
La organización pone énfasis, así, en la necesidad de mejorar la productividad en España para así impulsar también el PIB per cápita y converger con la media europea. Y da algunas claves al respecto: «El descenso de las horas trabajadas por ocupado y la pérdida de peso de la población entre 15 y 64 años frente al total de la población, en parte por el envejecimiento de nuestras sociedades, son factores que restan crecimiento al PIB per cápita». Es por ello que consideran necesario favorecer el crecimiento de la productividad en España «para que se pueda aproximar a las mejores referencias europeas y que ello contribuya a aumentar el PIB per cápita».
Como recetas para impulsar todo ello, el IEE apunta hacia varias direcciones. «La mejora de nuestros niveles de innovación, productividad y competitividad pasan por crear un clima favorable a la actividad empresarial, que permita a las empresas desarrollarse y crecer. Y, para alcanzarlo, es condición necesaria un marco regulatorio e institucional que proporcione estabilidad y certidumbre, con especial atención a la protección del principio de libertad de empresa y a una fiscalidad que haga atractivo a nuestro país. En este último ámbito, es necesario reducir la presión fiscal empresarial y sobre el ahorro en España, ya que ambas son considerablemente superiores a la media de la OCDE y de la UE», señala la institución.
Por otra parte, el IEE también reclama políticas públicas que promuevan el crecimiento del tamaño de las empresas, ya que mayor tamaño se asocia a mayor productividad y resistencia ante situaciones de crisis. «En este ámbito es importante reexaminar la legislación fiscal para evitar desincentivar el aumento del tamaño empresarial, revisando umbrales de facturación para impuestos como el IVA y el Impuesto sobre Sociedades; simplificar las normativas que rigen las fusiones o adquisiciones de empresas, así como la fiscalidad relacionada; promover la internacionalización; y ampliar la oferta de planes de financiación alternativos al crédito bancario», añade el IEE.
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