El pacto con Junts vuelve a ignorar a la carne y el pescado en la rebaja del IVA

«Valoramos positivamente la rebaja del IVA a los productos alimentarios, pero creemos que hay que seguir aumentado la lista de los productos incluidos para mejorar la eficacia de la medida en estos momentos de dificultad para los consumidores y el resto de los eslabones de la cadena alimentaria», explican fuentes de la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (Fiab) consultadas por ABC.

Noticia Relacionada

La CNMC concluye que la repercusión de la rebaja del IVA en los precios es «elevada»

Nerea San Esteban

Economía encargó un informe al regulador cuando entró en vigor la medida, el pasado mes de enero

Desde la patronal de gran consumo Aecoc van un paso más allá. Aunque consideran una «buena noticia» la rebaja del IVA del aceite, «un producto esencial de nuestra gastronomía que, en un escenario de máxima complejidad, ha visto incrementados notablemente sus precios», apuntan a que «consideramos que nuevamente se desaprovecha la oportunidad de hacer extensiva esta reducción a carnes y pescados, productos esenciales que, en el actual contexto inflacionista, acusan importantes descensos de consumo y que, de prolongarse en el tiempo, podría llegar a tener incluso consecuencias de salud pública».

Para el presidente de la Confederación Española de Pesca (Cepesca), Javier Garat, «es incomprensible que el Gobierno no quiera eliminar el IVA a los productos pesqueros. Si en la pandemia éramos un sector esencial y estratégico en España, que producíamos un alimento saludable y recomendable para todos y para evitar enfermedades (...), si sabemos que nuestros países vecinos lo han eliminado (Portugal) o no lo aplican (Irlanda, Reino Unido, Malta), ¿por qué el Gobierno español no lo hace? Reclamamos que cambie de opinión», insiste.

Las empresas cárnicas, representadas por Anice, consideran «desafortunada una y otra vez la decisión de excluir a la carne y al pescado de la rebaja del IVA, por el hecho de ser alimentos básicos y, además, porque constituyen una parte muy importante de la cesta de la compra de los españoles, llegando a un porcentaje cercano al 40%», apuntan fuentes de la patronal preguntadas por esta cuestión, que insisten en que «esta medida ayudaría, principalmente, a las familias económicamente más vulnerables, que, en ausencia de medidas incentivadoras del consumo, como es la reducción del IVA, tendrán inevitablemente que optar por otros alimentos en sustitución de la carne, uno de los alimentos más completos».

El Gobierno defiende que solo el aceite haya sido incluido en la rebaja. «La lista de productos que ya desde el principio estuvieron sometidos a la reducción fiscal son los que deben estar», defendió ayer el ministro de Agricultura, Luis Planas, insistiendo en que «para los que plantean la inclusión de otros productos, como el pescado, por ejemplo, considero que, más de un problema fiscal o de precio, nos encontramos más con un problema de cultura de consumo».

Según el acuerdo, no serán todos los aceites los que se beneficien de esta rebaja impositiva. Como confirman fuentes de Agricultura consultadas por este periódico, el pacto firmado recoge solo la rebaja del IVA en el aceite de oliva, el que más se ha encarecido durante los últimos los años. De hecho, según se desprende de los datos del IPC del INE, su máximo incremento de precio tuvo lugar el pasado mes de octubre, cuando se disparó un 73,5% respecto al mismo mes del año anterior. No obstante, los grupos parlamentarios podrán hacer propuestas para incluir otros.

Así con todo, y teniendo en cuenta el proceso legislativo, todavía pasarán semanas hasta que comience a aplicarse la rebaja del aceite.

En concreto, aunque el miércoles se convalidó el real decreto con las medidas anticrisis, ahora se tramitará vía de urgencia como proyecto de ley y volverá a pasar por las dos cámaras, Congreso y Senado, cuando se incorporarán las medidas incluidas en el pacto Junts-PSOE, como los cambios previstos para el oro líquido. En el momento el que se apruebe esa ley, entrará en vigor.

«La aplicación no es inmediata. Puede tardar semanas e incluso meses, depende de cuánto se alarguen los plazos y de los tiempos que fije la mesa del Congreso», apuntan fuentes expertas en asuntos regulatorios.