El nuevo gurú de Yolanda Díaz, ariete de la ofensiva contra los beneficios de las empresas y defensor de los topes legales a los precios
Carlos Martín Urriza, actual director del Gabinete de Estudios de CC.OO., se ha volcado en los últimos meses en recalcar en informes y redes sociales el vínculo entre el IPC y las ganancias empresariales
Crítico con el modelo económico impuesto por Alemania, defiende la creación de empresas públicas en sectores estratégicos y la fijación de suelos de contribución fiscal a empresas y ricos
Carlos Martín Urriza (CCOO) será el referente económico de Sumar
![El director del gabinete técnico de CC.OO. y nuevo gurú económico de Sumar, Carlos Martín Urriza](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/economia/2023/06/14/CarlosMartnUrriza-RnuksSWwLcXBGrBAazaZCoK-1200x840@abc.jpg)
«Los beneficios empresariales son los responsables de la subida de precios. En el cuarto trimestre de 2021 originaron el 106,5% del alza, que compensó un recorte de impuestos del 10%. Y en el primer trimestre de 2022, el 83,4%. Los salarios ... fueron responsables del 3,5% y el 13,7% respectivamente». Era mayo de 2022 y andaban las autoridades ocupadas en cómo amortiguar el impacto de la escalada de los precios de la energía sobre familias y empresas, cuando el responsable del gabinete de estudios de Comisiones Obreras, Carlos Martín Urriza, al que este miércoles Yolanda Díaz ha presentado como el nuevo cerebro económico de Sumar, empezó a apuntar a la supuesta acumulación de ganancias empresariales para explicar la escalada de la inflación.
Lo hizo a la contra de lo que aseguraban por aquel entonces otras instituciones como el Banco de España, que lejos de observar una evolución descontrolada de los beneficios empresariales detectaba en aquellos días una contracción de los márgenes de las empresas sobre sus ventas y los situaba por debajo de los niveles anteriores a la pandemia, con la única excepción de las empresas más dañadas durante el Covid. Y lo hizo a partir de la explotación de la información de la Contabilidad Nacional y de la Agencia Tributaria, que según varios economistas consultados quizá no sea el método más afinado para medir la evolución de las ganancias de las empresas. «Lo relevante a la hora de medir la ganancia empresarial no pueden ser los márgenes brutos, sino el resultado empresarial, hacerlo al revés obvia el coste fiscal, los costes financieros, los costes indirectos y el esfuerzo inversor», asegura uno de los economistas consultados.
Sin embargo, el diagnóstico de Martín Urriza de que las empresas estarían repercutiendo de manera íntegra sus incrementos de costes en los precios a costa de las economías «de las familias trabajadoras», que reiteró de manera insistente en artículos, mensajes en redes sociales e informes de CC.OO., hizo fortuna tanto en el ámbito sindical como en una parte del gobierno hasta el punto de que sirvió de antesala a la reivindicación y posterior aprobación de los célebres gravámenes sobre los beneficios extraordinarios de banca y empresas energéticas.
La mirada del nuevo gurú económico de Sumar no solo ha estado detrás de ese diagnóstico sino también de algunas de las recetas que Yolanda Díaz ha ido poniendo en los últimos meses encima de la mesa para afrontar las consecuencias de la inflación, como los topes de precios. En un informe publicado por el gabinete técnico de Comisiones Obreras el pasado mes de octubre se aseguraba que «aunque el incremento de la imposición a estas empresas (por banca y energéticas) sigue siendo recomendable» el fenómeno de la acumulación de beneficios empresariales ya se estaba dando en sectores diferentes a estos lo que exigía otras medidas. «Las intervenciones deberían ir encaminadas a generar tarifas reguladas y controles de precios dinámicos que reduzcan precios a niveles compatibles con unos beneficios empresariales razonables", concluía el estudio, es decir, regulaciones de precios para garantizar que los beneficios empresariales no se desmanden.
Un técnico con un perfil muy político
Carlos Martín Urriza es el director del gabinete de estudios de Comisiones Obreras desde enero de 2014, aunque ya ha deslizado que dejará el cargo si resulta elegido en las próximas elecciones generales. Doctor en Economía por la Universidad Complutense de Madrid es miembro del Consejo Económico y Social (CES), del Comité Asesor Europeo sobre Información Estadística, del Comité Asesor Sindical de la OCDE y de la Fundación Europea para la Mejora de las Condiciones de Vida y de Trabajo.
Ha publicado artículos y estudios sobre un sinfín de materias relacionadas con la economía, en los que siempre ha subrayado sus preferencias por la gestión pública sobre la privada, por la intervención del Estado en la economía para corregir los desajustes en los mercados y por la existencia de empresas públicas en aquellos sectores que se identifiquen como estratégicos para la gestión económica, como la energía o en los últimos meses la distribución alimentaria, siempre con el objetivo declarado de mejorar las condiciones de vida de los trabajadores.
Su trabajo durante la última década le ha granjeado un importante ascendente en la definición de las posiciones en materia de política económica de Comisiones Obreras, donde se le ve como "un excelente economista, de los mejores desde el punto de vista académico".
Fuera de ese entorno más inmediato, las opiniones sobre su trabajo como economista varían un poco. Le achacan una falta de interés por aportar una visión global sobre la economía y una acusada a inclinación a sesgar su análisis económico desde una perspectiva unidimensional: la de mejorar las condiciones de vida de los trabajadores. Un actor del diálogo social consultado por ABC le achaca "un planteamiento demasiado dogmático" en el que "todo lo público se presenta como bueno y todo lo privado tiene un sesgo negativo para el interés de los trabajadores".
"Siempre ha tenido un perfil más político que técnico", explica el analista jefe de una de las instituciones incluidas en el panel de Funcas, que recuerda que Martín Urriza ya figuró de manera testimonial en la lista de Más Madrid en las autonómicas del pasado mes de mayo, aunque en el último puesto de la lista de la candidatura.
A partir de ahora será el rostro visible para la economía de la candidatura de Sumar, que este miércoles ha revelado las cuatro líneas maestras de su política económica: resolver el problema de inflación generado por la acumulación de márgenes empresariales y equilibrar su relación con la mejora del poder adquisitivo de los trabajadores; impulsar la creación de una Consejo de Productividad; abordar una reforma empresarial que facilite que ganen tamaño e institucionalice la participación de los trabajadores en su gestión; y una reforma integral del sistema fiscal con un impuesto permanente sobre las grandes fortunas y una gran reforma del Impuesto de Sociedades, una figura para la que Martín Urriza entiende que se debería fijar un suelo de tributación.
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