Meloni ordenó al CEO de Enel endurecer el control a Endesa, en línea con su política energética

Entonces, las primeras palabras de Cattaneo tras sustituir a Francesco Starace al frente de Enel se tornaron premonitorias para la cúpula española de Endesa: «adoptaremos un enfoque más selectivo hacia las inversiones para maximizar la rentabilidad y minimizar los riesgos». Entre estos planes, Meloni –que pretende convertir a Italia en la puerta de entrada del gas para Europa desde África – exigió ajustar las milmillonarias cantidades destinadas en tecnología en renovables y gastar más en redes. Una de las claves, por cierto, no poner en peligro los suculentos dividendos de la española para el Estado italiano. Cuanto menos invierta Endesa, más dividendo recibirá Italia.

De momento, tras la actualización del plan estratégico de Endesa anunciado a finales del año pasado, Enel se aseguraba unos ingresos mínimos de 3.000 millones de euros con el programa de dividendos para el periodo 2023-2026 de su participada española. La garantía pasa por el compromiso de la eléctrica española de fijar un «suelo» de retribución de un euro por acción en cada uno de esos ejercicios, según el plan presentado entonces a los inversores.

Según ha podido saber ABC en fuentes próximas a la directiva de la eléctrica italiana, con Cattaneo al frente de Enel, por tanto dentro del consejo de Endesa –desde hoy, además consejero dominical tras su ratificación en la junta de aaccionistas–, las directrices de Meloni a España «llegaron muy rápido y fueron claras y directas». Prioridad, «la política energética de Italia frente a la española». Para ello, apuntan las mismas fuentes, Meloni encargó directamente a Cattaneo «endurecer el control de la gestión de Endesa y estrechar la política de inversiones». Fue dicho, y hecho.

En relación al exceso del control sobre la española, otras fuentes en cuadros directivos en España coincidieron al señalar que «no en vano, el nuevo CEO de Enel y vicepresidente de Endesa se ha ganado fama en la compañía de hiperdetallista y de estar encima hasta de temas realmente irrelevantes».

Las fuentes explicaron que el plan de inversiones presentado por Bogas para el periodo 2024-2026 se consideró en Italia excesivo, sobre todo en lo que se refiere a las renovables, por lo que Meloni «recomendó» su revisión. Así, de una cifra total de 8.900 millones de inversión, 2.800 millones de euros brutos se destinarían a redes de distribución, 200 millones más que en el plan anterior pendientes de una mayor visibilidad sobre la revisión regulatoria; otros 4.300 millones para renovables, misma cifra que en el plan precedente, con un mayor peso de la eólica para alcanzar los 13.900 MW de capacidad renovable a final de 2026 y con Andorra, Pego y los 800MW eólicos de Galicia como proyectos estrella; y 900 millones para el área de clientes para alcanzar los 7,5 millones en el mercado libre en la Península Ibérica al final del trienio, al tiempo que la electrificación de todos los usos energéticos guía la estrategia comercial.

El mandato de la primera ministra italiana al equipo gestor de la española vía Cattaneo fue más allá: «inversiones con socios financieros y, si fuera necesario, ajustar los cuadros directivos y del resto del personal de los activos que se compartieran con esos nuevos socios», añaden las fuentes italianas.

Oídas las directrices, el equipo directivo de la eléctrica española se puso manos a la obra y, a finales de noviembre del año pasado, «actualizaba» su plan de inversiones, al mismo tiempo que anunciaba la apertura del capital en el área de energías renovables, lo que permitiría a Endesa incrementar sus inversiones y ampliar su alcance en el mercado, especialmente en un sector que enfrenta desafíos significativos de crecimiento debido a la baja remuneración y contracción de la demanda.

En línea con el retoque de los planes, y con la connivencia de Cattaneo, por tanto de Meloni, a finales de febrero de este año, Bogas volvía a anunciar que la compañía estaba «en avanzadas negociaciones» con varios candidatos, entre los que se encuentran fondos de inversión y grupos industriales, para incorporar «antes de que acabe el primer semestre» un socio financiero al accionariado del negocio de renovables. «Con un apalancamiento de 2,4 veces el Ebitda, no seríamos capaces de abordar este plan solos», afirmó Bogas, que añadió entonces que «con el nuevo socio, tendremos el volumen necesario para duplicar nuestras inversiones actuales».

Endesa, pues, busca incorporar socios financieros en cada uno de sus proyectos. De momento, ha iniciado operaciones de rotación de activos, con los que busca obtener financiación por valor de 2.800 millones de euros, cubriendo más del 65% de la inversión prevista en renovables de 4.300 millones hasta 2026. Conforme a los precios del mercado, la venta del 49% de la cartera de plantas fotovoltaicas en funcionamiento de la compañía, compuesta por aproximadamente 2.400 megavatios (MW) rondaría los 1.500 millones de euros.

Además de esta venta, Endesa tiene previsto lanzar una segunda cartera de renovables, compuesta por proyectos en desarrollo o listos para construir. Aunque la venta de este paquete se encuentra en una etapa inicial, con la cantidad de MW a vender todavía por definir, se espera que se concluya durante el segundo semestre del presente año.

Fuentes financieras del sector defienden la posición que tenían los españoles frente al Gobierno italiano, tanto con Starace anteriormente como con Cattaneo, y explican a este periódico que el plan de este último «da continuidad con más firmeza a algo que ya se apuntaba con Starace, consistente en no entender o no aceptar que una empresa que es sistémica para la economía y el sector eléctrico español no puede tener en cuenta únicamente la rentabilidad inmediata para invertir o no. Hay otras necesidades del país y de los territorios que Endesa siempre tuvo en cuenta y que supo compatibilizar con la rentabilidad de sus inversiones».