CON PERMISO
Repsol, BBVA, Naturgy, Caixabank, Iberdrola, Telefónica... Sánchez, al asalto del Ibex
Caza a la gran empresa. España huele a Venezuela. Que todo empezó con Ferrovial y ya nadie parece acordarse. El objetivo hoy es Imaz, o Brufau, que tanto monta... mañana puede ser Torres, Reynés, Gortázar, Galán o Pallete. Se rifan asaltos y muchos son los que tienen papeletas
Repsol condiciona futuros proyectos en España a que haya estabilidad regulatoria y fiscal
![El presidente del Gobierno en funciones y líder socialista Pedro Sánchez (c) junto a la vicesecretaria general María Jesús Montero (d) y el secretario de Organización, Santos Cerdán durante la reunión de Comité Federal del PSOE](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/economia/2023/10/28/1473404439-Rnvfbm3PFvpSA23AfeT0gbK-1200x840@abc.jpg)
Friedrich Nietzsche dijo: «Aquel que tiene un porqué para vivir, puede soportar casi cualquier cómo». Hoy, el Gobierno de Pedro Sánchez, incluso estando aún en funciones, se está cargando el porqué de muchos, que son aquellos que tiran y tiran, y vuelven a ... tirar, del carro de la economía y de la actividad del país. Los empresarios, claro. Los que crean empleo y pagan nóminas. Todos, los dueños y líderes de empresas grandes, medianas y pequeñas. Todas. Junto a los autónomos, en peligro de extinción. Por lo que el 'cómo' en la España actual de los subsidios y las paguitas, en la que triunfan antes los mediocres que los talentosos -echen un rápido vistazo entre las sillas de las bancadas del Congreso- se está convirtiendo en misión imposible de soportar para todos ellos.
Y así, tras el pacto para seguir apoltronados en el poder, caiga quien caiga, entre dos de los mayores fenómenos que ha dado la política económica de este país -a saber, el tándem Sánchez-Díaz- la amenaza que viene para nuestras empresas, y por ende para trabajadores, accionistas e inversores, es un secreto a voces. Lo que vendrá detrás de la rebaja de las horas de trabajo, las subidas de sueldos, impuestos a troche y moche... será el aquí te quedas tú y tus ideas que yo me busco la vida y me voy con mi música a otra parte. Y como el que avisa no es traidor, tras el camino abierto por Ferrovial -con su sede en Ámsterdam tras el anuncio en marzo pasado-, otras vendrán que buena la harán. Es el reflejo del hartazgo, por ejemplo, de la utilización política de los impuestos, que no tienen objetivo recaudar sino poner contra las cuerdas un modelo económico que no les gusta -el capitalismo- y que además es un mensaje que agrada a sus votantes. No les importa las consecuencias en la economía real, en el empleo, las inversiones, la credibilidad de España en el panorama internacional. Todo es pura demagogia.
Pues nada, ¡intervengan, intervengan, que algo queda! Un maltrato que puede ser soportable hasta que ya las consecuencias son tan graves para la globalidad económica española. Porque lo realmente importante y relevante es que hacen inviables y, sobre todo, no rentables las inversiones hechas en España. Es un tema de competitividad pura y de retorno de la inversión que deja de existir.
El caso es que las calles del centro de Madrid están hoy repletas de empresarios venezolanos que hace no tanto estaban con Nicolás Maduro como hoy está Josu Jon Imaz -CEO de Repsol- con Sánchez. Y tras la declaración de intenciones de Imaz -recortar inversiones en España y llevar proyectos a otros países si sale adelante la propuesta de convertir en definitivo el impuesto extra a las energéticas-, Moncloa ha soltado la jauría 'mediaticopolítica' para que hagan jirones de la gran petrolera española, y sirva de ejemplo a todo aquel que se resista al asalto sanchista.
Pero Imaz sabe bien de lo que habla, que ha sido cocinero antes que fraile, y de los del PNV, que ya saben, tienen recetario propio. La mano derecha de Antonio Brufau no pasa precisamente por ser un exaltado desconocedor de la política ni un destemplado empresario tremendista. Aunque créanme eso le da igual a Sánchez, pues su plan es apropiarse de España, con sus empresas e instituciones, y en ese camino hará cuanto tenga que hacer y helará las sangre que tenga que helar. Imaz habla y dice lo que otros compañeros del selectivo pupitre del Ibex 35 todavía callan... de momento. Así, Francisco Reynés, presidente de otra de las grandes energéticas objetivo de las huestes socialistas, Naturgy, está lo mismo frenado por el jefe con más experiencia y 'know how' de situaciones complicadas. Un Isidro Fainé, digo, que sabe mejor que ninguno hasta dónde está dispuesto a llegar Sánchez y su desmelenada clá de la 'smart people'. Mientras, el también guerrero y díscolo presidente de Iberdrola, Ignacio Galán, anda, dicen, retenido por un PNV que no quedaría bien entre los suyos recriminando a los mismos con los que pacta el descalabro propio. Aunque sus palabras, prudentes a la par que elegantes, avisan de la deriva si la cosa se termina por confirmar: «Vamos a esperar a que se forme el Gobierno, porque ahora mismo están en conversaciones con los socios potenciales del futuro Ejecutivo». Tiempo habrá para contraatacar y coger, o no, las de Villadiego. Y el resto del Ibex -las Caixa, BBVA, Telefónica... que habrá para todas- pues ya ven, le toca estar aún de perfil, como cuando el genial Gila decía aquello de «como no me gusta la violencia le voy a detener con indirectas: alguien ha matado a alguien y no me gusta señalar».
De momento, sepan, la posicion de Imaz y Brufau -que operan en un mercado libre-, es la que es y no va a cambiar porque esa es además la de su capital -por cierto, mayoría extranjero y muy disperso, grandes inversores institucionales de EE.UU. y el Reino Unido-; y ni Sánchez, ni su fiel escudera, la vice Nadia Calviño, tienen posibilidad alguna de hacer nada contra ellos, al contar con el soporte unanime de sus accionistas y de su consejo.
Caza al Ibex pues. España huele a Venezuela. Se están rifando asaltos, y algunos tienen muchas papeletas; que todo empezó con la Ferrovial de Rafael Del Pino y parece que ya nadie se acuerda. Hoy, el objetivo es Imaz, o Brufau, que tanto monta... mañana puede ser Torres, Reynés, Gortázar, Galán o Álvarez-Pallete... Mientras Sánchez avanza en su amnistía por España pero sin España, Alberto Núñez Feijoó ha puesto en alerta al PP por si suena la flauta de unas nuevas elecciones y maneja con cuidado los informes que le llegan sobre el riesgo de próximas fugas de empresas y de aquellos empresarios que, al calor del sanchismo-zapateril, hace ya tiempo que se exiliaron, moralmente.
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