AJUSTE DE CUENTAS
El 'Pepedeclarante' ante el Senado
Javier Hidalgo olvidó que estaba ante la representación de todos los españoles
Hidalgo acude a la tercera llamada y no niega contactos con Begoña Gómez
![El exconsejero delegado de Globalia, Javier Hidalgo, a su llegada para testificar en la comisión del Senado que investiga el caso Koldo](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/economia/2024/12/01/1489328054-RfmmIm8NONFKvptCJy723qM-1200x840@diario_abc.jpg)
Era difícil reconocer en ese individuo airado y mal encarado que compareció en el Senado a uno de los artífices de Pepephone, aquella compañía 'buenrrollista' que hizo de los principios éticos su estrategia y que gracias al boca-oreja pasó de cero a 500. ... 000 clientes compitiendo contra gigantes. Pepephone no tenía nada especial, pero había una impronta iusnaturalista en su forma de ser: «Todo el mundo sabe lo que está bien y lo que está mal», decían en su blog. De tan antiguos, sus principios eran novedosos. Cuando las demás compañías te hacían vivir un suplicio para darte de baja, ellos decían: «Si un cliente se quiere ir, se le deja ir sin molestarle. Tampoco se le humilla ofreciéndole para que se quede, algo que se podía haber ofrecido antes».
Pepephone nació en noviembre de 2007 como filial de Globalia, el emporio turístico de la familia Hidalgo. Javier, el único hijo varón de Juan José Hidalgo, no quería vivir bajo el ala del progenitor y estaba probando su olfato comercial en otras áreas. Se dice que su primer negocio fue una agencia de modelos. La apertura a otros rubros fue una de las estrategias de su padre para retenerlo a su lado. De hecho, el éxito de Pepephone surgió del feliz encuentro de Javier con Pedro Serrahima, un madrileño educado en un colegio del Opus Dei que tras leer 'San Manuel Bueno, Mártir' se convenció de que no era necesario creer en Dios para ser buena persona, según cuenta Miguel Ángel Uriondo en 'La píldora Seharrima', una biografía de 2021. Serrahima fue el alma de Pepephone y Pablo Lago el que transformó en marketing sus ideas. Falta un tercer personaje, Miguel de Lucas, creador de Pepeworld, un gigantesco paraguas de marca. Todos fueron atraídos a Globalia por Javier Hidalgo.
En 2012, cuando el negocio estaba madurando, pero Globalia y la familia pesaban más que acunaban, Javier y la consultora Atento de su amigo Rosauro Varo compraron la empresa a Globalia (de la que Javier era director general) y la independizaron. La operación desató una bronca interna y Javier se alejó de Globalia. Empezaron entonces los mejores años de Pepephone, cuando alcanzó su máxima relevancia social. En 2016, Másmovil compró Pepephone por 158 millones de euros. Nunca se publicó la cifra original en que Globalia vendió a Javier, pero se estima que sus plusvalías (y las de Varo) rondaron los 70 millones de euros, según publicó Vozpopuli en 2019.
Tras ese magnífico negocio, 'Pepe' Hidalgo le pidió a su hijo que volviera a Globalia en septiembre de 2016. Lo hizo y se llevó consigo a Serrahima, pero al año éste abandonó. «No tiene sentido estar ganando dinero de una compañía cuando se tiene una visión diferente en cuanto a la estrategia y la forma de gestionar la empresa», dijo el madrileño.
Tres años después, y según una de las pocas cosas interesantes que contó Hidalgo en su declaración en el Senado en la que se dedicó a abroncar a los representantes de los españoles, contrató a Víctor de Aldama. Lo demás fueron medias verdades sobre Iberia y sobre sus propias decisiones. jmuller@abc.es
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