AJUSTE DE CUENTAS
Patrañas presidenciales
Sánchez aprovecha que uno de los acuerdos fundamentales de la crisis cayó en el olvido para presumir
Patronal y sindicatos ensalzan el diálogo sin el Gobierno en la firma del pacto de subida salarial
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez durante su visita a la Casa Blanca
Como el presidente del Gobierno no abandona la cápsula de seguridad en la que lo ha metido su equipo de producción, no se entera de cómo está el patio. El miércoles, en la sesión de control, presumió de un país que disfruta de «la mayor ... paz social de Europa». Lo hizo al hilo del acuerdo marco entre la patronal y los sindicatos sin el menor respeto por la verdad. «¿Por qué hay paz social?», se preguntó. Y se contestó el mismo dirigiéndose al PP: «La hay porque hay diálogo social, porque este Gobierno aprobó una reforma laboral que recuperó la paz social que ustedes desmantelaron».
Sánchez no suele cumplir los compromisos que puedan hacerle caer del poder. Y como Dios escribe con renglones torcidos, eso le llevó a incumplir su promesa de derogar la reforma laboral del PP. No lo hizo porque sabía que no podía volver a la picadora de vidas humanas que existía en el gobierno de Zapatero cuando hubo trimestres donde se destruyeron más de 800.000 empleos (el primero de 2009, por ejemplo). Hacerlo suponía chocar con Bruselas y con el consenso. Así que optó por una reforma cosmética, cuya gran innovación ha consistido en extender el contrato fijo discontinuo a sectores de la economía que los sindicatos nunca habían permitido hasta ahora. En eso se ha cumplido la regla de que hay determinadas reformas que sólo pueden hacer los políticos del mismo sector que más las repudia.
Pero si la de la reforma laboral es una verdad a medias, lo de que no hubo diálogo social en el gobierno del PP es una patraña. Cuando Rajoy ganó las elecciones de 2011 llamó a los sindicatos y a la patronal y les pidió que pactaran la reforma laboral. Los agentes sociales dijeron que preferían que la hiciera el PP que acababa de conseguir una mayoría absoluta en las urnas. Rajoy le encargó la reforma a Fátima Báñez que la llevó al Consejo de Ministros el 10 de febrero de 2012. Pero, en paralelo y en un gesto de responsabilidad que ha caído en el olvido en medio de la crisis, Juan Rosell (CEOE), Jesús Terciado (Cepyme), Ignacio Fernández 'Toxo' (CCOO) y Cándido Méndez (UGT) firmaron el II Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva el 25 de febrero de 2012 . En junio de 2015, otra vez con Rajoy, se firmó el tercer acuerdo y el cuarto se suscribió el 18 de julio de 2018, ante la mirada de la ministra socialista Magdalena Valerio. Ésta y los agentes sociales invitaron a Báñez, ya exministra, al acto teniendo en cuenta que las condiciones para su firma se habían producido con ella. «Dime de lo que presumes y te diré de qué careces», dice el refranero.
Sánchez se olvidó, cuando presumía en la tribuna del Congreso, de los numerosos conflictos laborales que hay en el sector público, donde las costuras de la Justicia, de la Sanidad, de la Educación, del Servicio Público de Empleo o de la Seguridad Social están a punto de romperse. Es frustrante que al gobierno que ha creado más empleo público en la última década no se le reconozca su generosidad a la hora de gastarse el dinero del contribuyente. jmuller@abc.es