La guerra entre Ryanair y Aena: una batalla sin cuartel en la que ambos se necesitan
España es el segundo mercado de la aerolínea irlandesa, que a su vez es el principal cliente del gestor aeroportuario
El presidente de Ryanair llama «ministro loco comunista» a Bustinduy por «inventarse multas»

Ryanair y Aena se han enzarzado en una guerra sin cuartel, en la que no ha faltado la mano del ministro de Transportes, Óscar Puente, siempre dispuesto a apuntarse a un bombardeo. La aerolínea de bajo coste irlandesa quiere pagar menos tasas por ... transportar a sus pasajeros en España y pide impuestos especialmente bajos para operar en los aeropuertos menos transitados, donde ha recortado 800.000 plazas para este verano. El gestor aeroportuario, por su lado, defiende su política de incentivos para esas infraestructuras, propuesta el año pasado, y dice que no va a ceder al chantaje del gigante de la aviación. Pero ambos se necesitan: para Aena, Ryanair es el primer cliente por ser la compañía que más pasajeros transporta en España (más de 66 millones en 2024), y la irlandesa necesita a Aena porque España es su segundo mercado (solo detrás de Italia) y donde tiene puesta buena parte de sus expectativas de crecimiento, con los 5.000 millones de inversión hasta 2030 que propuso el año pasado su CEO Michael O'Leary al ministro Puente y al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Un dinero que ahora se ve amenazado por la pelea.
Ninguno de los dos implicados parece tener, por el momento, intención de ceder. Ryanair crecerá en los principales aeropuertos españoles, pero se llevará las plazas suprimidas a otros mercados como Croacia y Marruecos, mientras Aena seguirá apostando por su programa de incentivos, que puso a disposición de las aerolíneas el año pasado y que estará activo hasta 2026. Se trata de un plan centrado en los aeropuertos de menos de tres millones de pasajeros anuales que todavía no se han recuperado de la pandemia, por el que se ofrece a las aerolíneas que no paguen tasas por todos los viajeros adicionales que consigan atraer respecto a la temporada equivalente del año anterior. Un plus al que se suman descuentos del 100% en las tarifas correspondientes a seguridad aeroportuaria y pasajeros de movilidad reducida, en los mismos términos de ganancia de viajeros.
La defensa de la cotizada que lidera Maurici Lucena es que, con estos incentivos, las aerolíneas pueden ahorrarse un 70% de los costes operativos, razón por la que aseguran que Ryanair y el resto de las compañías aéreas han llegado a pagar solo 2 euros por pasajero, frente a los 10,35 euros que se abonan actualmente en la mayoría de infraestructuras controladas por la semipública. Ryanair asegura que esa cifra es «falsa» y dice que los aeropuertos regionales de otros países europeos son más competitivos porque piden menos impuestos. Aena, en cambio, ya conversa con otras aerolíneas para que ocupen el hueco dejado por la irlandesa. «Hay conversaciones todo el tiempo», aseguran fuentes del gestor. Las aspirantes naturales son otras 'low cost' como Vueling o Volotea.
Recorte de plazas
Gracias o no a su plan de bonificaciones, Aena ha conseguido aumentar un 3,1% el número de pasajeros en los aeropuertos regionales hasta llegar a los 22,6 millones, según los datos extraídos por este periódico. Pero también es cierto que en cinco de los siete aeropuertos donde la irlandesa ha recortado plazas para el próximo verano, ya había perdido pasajeros y reducido operaciones en 2024. Destacan Asturias, donde los vuelos se diluyeron un 18%, hasta los 950, y Santander (-14%), aeropuerto para el que la 'low cost' es esencial porque le aporta más de la mitad de los pasajeros: 622.600 de los 1,09 millones que tuvieron como partida o destino la infraestructura norteña. El gigante europeo ha suprimido 25.000 plazas para la época estival en este último, por los 15.000 asientos que ha quitado en el aeródromo asturiano.
Para Zaragoza, Ryanair también representa más de la mitad de sus pasajeros (386.912 de los 689.369 totales de 2024), pero ha recortado 65.000 plazas para verano, tras aumentar el año pasado operaciones y número de viajeros, aunque muy levemente, un 3%. Mientras que en Vigo, donde la irlandesa ha eliminado 40.000 plazas, ya en 2024 se redujeron los vuelos un 5%, hasta los 502. Donde más recorta vuelos Ryanair es en Santiago de Compostela (-370.000 plazas), tras mantener prácticamente las mismas operaciones en 2024 (9.938) que en 2023 y representar casi la mitad de los pasajeros que transitaron por Lavacolla: 1,68 millones del total de 3,6.
De los dos aeropuertos que la compañía ha anunciado que abandonará por completo, Valladolid y Jerez, llama la atención que en este último aumentó un 20% tanto en pasajeros (171.259) como en operaciones (1.000) en 2024. En la ciudad del Pisuerga, en cambio, Ryanair redujo un 2,4% las operaciones y transportó un 5% menos de pasajeros. Aquí su ausencia también dejará huella tras aportar el año pasado 97.683 de los 192.000 turistas que pasaron por Villanubla.
Cruce de cartas
La batalla ya ha llegado al más alto nivel, con cruce de cartas entre O'Leary, y el ministro Puente. «Expreso mi disconformidad con el tono conminatorio y un tanto insolente de la carta que, como CEO de Ryanair, me envió el pasado 21 de enero», le apuntó el vallisoletano en la misiva adelantada esta semana por Cinco Días. En paralelo, O'Leary también mantiene un pulso con el ministro de Derechos Sociales, Pablo Bustinduy, a quien llamó «loco comunista» por la multa de 108 millones que le ha impuesto por el cobro de la maleta de mano.
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