La eólica busca vientos de innovación para cerrar el círculo sostenible
Se estima que en el próximo lustro se tendrán que reciclar más de 145.000 toneladas de palas de aerogeneradores, un complejo rompecabezas tecnológico que el sector comienza ahora a resolver
Las empresas elevan la mirada hacia la energía de las estrellas
![Estas palas reciclables de Siemens Gamesa se han instalado en el parque Kaskasi (Mar del Norte alemán). Tienen 81 metros de longitud](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/economia/2023/03/17/SIEMENS-GAMESASGRE_Kaskasi_Blade_Transport_2022_4-Rlt0K83pupQFGx7xPjQgIyO-1200x840@abc.jpg)
Ala energía eólica todavía le falta un capítulo por escribir en su libro de tecnología totalmente limpia y verde: el reciclaje de las palas de los aerogeneradores cuando ya han cumplido su vida útil, que suele producirse entre los 20 y 25 años de ... operación. A esa edad de jubilación va a llegar en los próximos años una ingente generación de antiguos gigantes del viento que se empezaron a instalar desde mediados de la década de los noventa en nuestro país. Entonces España era pionera en el despegue de la eólica hasta que se ha convertido en el quinto país del mundo por potencia instalada y en el tercer exportador de aerogeneradores, gracias al desarrollo de una fuerte industria que es referencia internacional y que dispone del 90% de toda la cadena de valor.
Ahora es necesario cerrar el círculo. Y como fuimos de los primeros en desplegar la eólica, es de justicia que también seamos de los primeros en dar solución a los residuos que esta tecnología genera, lo que puede suponer una gran oportunidad de negocio para crear un ecosistema del reciclaje de palas en España.
Residuos que vienen
Si bien de los aerogeneradores se recicla alrededor de un 85% de sus componentes (hormigón, acero, aleaciones metálicas, engranajes, ejes, rodamientos...), las palas plantean un verdadero desafío y son, precisamente, los desechos que más se van a originar en los próximos años. Según la Asociación Empresarial Eólica (AEE), en este 2023 se estima que 34.637 toneladas de palas ya han cumplido sus 20 años, es decir que están llegando al fin de su vida operativa.
Para dar salida a ese aluvión de residuos, el IDAE (Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía), en coordinación con la Subdirección General de Economía Circular del Ministerio para la Transición Ecológica, lanzó hace un par de meses una línea de ayudas (que concluyó el pasado 10 de marzo) de 30 millones de euros con el fin de poner en marcha las primeras instalaciones de reciclaje de palas en nuestro país antes de enero de 2026. «Las solicitudes presentadas en esta primera convocatoria no llegan a diez. Son pocas pero podrían ser suficientes. Son plantas industriales y no tienen por qué ser muy numerosas, sino exitosas y adecuadas para el volumen del mercado de palas a transformar a partir de 2025 o 2026», estima Juan Ramón Ayuso, jefe del departamento de Eólica y Energías del Mar del IDAE.
De forma paralela, se cerró también el 10 de marzo otra línea de ayudas de otros 150 millones para la repotenciación circular de los parques eólicos existentes. Esto quiere decir: para sustituir los aerogeneradores con tecnología ya obsoleta por otros modernos. Una iniciativa que amplía el escenario, pues habrá que reciclar más aspas. Según AEE, 145.475 toneladas en los próximos cinco años, 29.095 por año.
Repotenciar los parques obsoletos es lo que toca ahora. «Los aerogeneradores antiguos no son capaces de cumplir con la normativa eléctrica que ha ido evolucionando y es cada vez más exigente», explica Tomás Romagosa, director técnico de AEE.
Así también se reduce el impacto paisajístico de estas instalaciones y se aprovecha de forma más eficiente el viento en unos emplazamientos que están situados en las zonas donde existe mejor recurso eólico. «Los aerogeneradores nuevos tienen palas más largas y permiten aprovechar mejor las velocidades medias y bajas del viento, generando al año casi el doble de energía. Además, los antiguos de poca potencia se sustituyen por un menor número de aerogeneradores modernos. En el parque eólico de Malpica (Galicia) se han reemplazado 69 aerogeneradores obsoletos por once modernos», matiza Rogamosa.
Con este panorama por delante, será una ingente masa de palas a las que habrá que buscar una segunda vida. En su favor hay que decir que son residuos inertes, no son tóxicos, ni producen lixiviados que perjudique el medio ambiente, como ocurre con otros desechos que contaminan los acuíferos y aguas subterráneas. «No hay ninguna regulación que obligue a reciclarlas. Las palas son voluminosas, ocupan mucho espacio y tienen un impacto social negativo si aparecen en vertederos», señala Rogamosa.
De ahí que la propia patronal de la industria eólica europea, WindEurope, haya adoptado el compromiso de que las palas no vayan a parar a vertederos a partir de 2025. Es más, incluso ya hay países europeos que exigen en las subastas eólicas criterios de reciclabilidad.
La segunda mano
Hoy día, en España todavía el volumen de palas para reciclar es bajo porque se han desmantelado pocos parques. Según Rogamosa solo se han repotenciado once instalaciones. «Hay empresas —dice— que han habilitado mercados de segunda mano para aerogeneradores que se desinstalan. Han creado plataformas virtuales y mediante un sistema de subastas se colocan aerogeneradores antiguos en mercados internacionales. Se está comprobando que a los 20 años los aerogeneradores se encuentran en buen estado y pueden seguir operando. Y hay países para los que los aerogeneradores modernos tienen costes muy elevados y para seguir desarrollando renovables se decantan por componentes de segunda mano. También se venden como repuestos para promotores que tienen parques con máquinas que ya están descatalogadas y siguen operando. Si se produce una avería, tienen su stock de repuestos para sustituir piezas. Estos mercados han podido reabsorber las palas que se han desmantelado hasta ahora». Algo que también confirma Ayuso, desde el IDAE.
También hay empresas que reutilizan estas piezas para soluciones arquitectónicas innovadoras: pantallas acústicas en autopistas, marquesinas, o incluso parques infantiles o aparcamientos para bicicletas.
La patronal eólica europea se ha comprometido a que las palas no vayan a vertederos en 2025
Estas propuestas ya no servirán en los próximos años. Y el reto tecnológico para dar salida a estos desechos es mayúsculo, porque las palas están formadas por materiales compuestos. Por tanto llevan diferentes materias: resinas poliméricas que se refuerzan con fibras de vidrio o carbono, o ambas a la vez. «Con esta composición, con su diseño aerodinámico, su fabricación todavía muy artesanal, se consigue que las palas tengan las propiedades adecuadas para obtener energía del viento: resistencia y durabilidad elevadas con la menor densidad posible», explica Ayuso.
Pero esa misma composición es lo que hace difícil separar cada uno de sus materiales y su reciclaje. «La fibra de vidrio son como hilos de un tejido. Para reconvertir la fibra ya tratada y aplicada en una pala y devolver esas mismas características iniciales, como si fuera un textil, con el fin de reutilizarla en otras aplicaciones, se precisan procesos de reciclaje complejos que todavía no están al cien por cien desarrollados. La industria está tratando de mejorarlos para que la fibra resultante tenga mayor calidad y propiedades», indica Romagosa.
![](https://static.abc.es/media/infografias/2023/03/toneladas-palas-edad/toneladas-palas-edad-desktop.png?v=1679051962278)
Toneladas de palas por edad
Toneladas de palas que irán llegando al final de su vida útil en España entre 2021 y 2025
>20 años
18-20 años
15-17 años
<15 años
200000
150000
100000
50000
0
2021
2022
2023
2024
2025
Fuente: Asociación Empresarial Eólica (AEE) / ABC
![](https://static.abc.es/media/infografias/2023/03/toneladas-palas-edad/toneladas-palas-edad-movil.png?v=1679051963040)
Toneladas de palas por edad
Toneladas de palas que irán llegando al final
de su vida útil en España entre 2021 y 2025
>20 años
18-20 años
15-17 años
<15 años
15.348
28.259
2021
51.188
161.433
23.376
39.879
2022
67.961
125.012
34.637
44.786
2023
68.141
108.664
43.607
51.188
2024
78.337
83.096
63.255
67.961
2025
58.166
66.847
Fuente: Asociación Empresarial Eólica (AEE) / ABC
Se trabaja en tres procesos de reciclaje que se encuentran en diferentes fases de desarrollo, algunos son incipientes. Por eso, se necesitan fuertes inversiones e impulso público para escalarlos a nivel industrial.
El tratamiento mecánico trocea y tritura las palas. El material resultante se utiliza en obra civil y para mezclas en construcción (cementos, hormigones, aislamientos...) Por ejemplo, «al añadir al asfalto fibra de vidrio triturada se consiguen pavimentos más flexibles que aguantan mejor los cambios de temperatura», detalla Rogamosa. «Es una opción de bajo coste relativo pero también representa la tecnología con menor calidad o grado de recuperación de materias primas secundarias. El procesado físico es el que representa una mayor pérdida de valor comparado con el material original», apunta Ayuso.
Luego está el procesado térmico a través de pirólisis. Esto es calentar las fibras «a altas temperaturas, deseablemente con biogás u otros gases renovables. Así se pueden recuperar fibras de vidrio y carbono de elevada calidad», cuenta Ayuso. Pero es una tecnología que todavía hay que optimizar.
Y de forma experimental se ensaya el procesamiento por solvólisis química, en el que se añaden disolventes para diluir las fibras. «En este caso se generan subproductos que necesitan un adecuado tratamiento», sostiene Rogamosa.
Ecosistema incipiente
Aún con todas estas incógnitas por resolver, en España se están dando los primeros pasos para crear un ecosistema del reciclaje de palas. «Estamos actuando con la anticipación suficiente para que ese problema medioambiental no ocurra. Tenemos agentes y cadena de valor, ahora es el momento idóneo», considera Ayuso.
Diversas propuestas están empezando a tomar forma a través de alianzas entre diferentes compañías. Por ejemplo, el proyecto EoLO-HUBs, cofinanciado con 10 millones de euros por la Unión Europea, reúne 18 socios del continente y está liderado desde Zaragoza por Aitiip Centro Tecnológico. Esta iniciativa abarca estudiar y mejorar innovadoras soluciones desde que se desmonta una pala hasta que se valoriza el residuo. «Muchas aspas tienen 30 años y se ha perdido la trazabilidad de los materiales que las componen. Por ello, vamos a desarrollar software avanzados y herramientas que permitan identificar esos componentes de manera no destructiva, por ejemplo con óptica y láser. Así podemos caracterizar el residuo antes de someterlo a los procesos», expone Javier Pérez, gestor de Proyectos de I+D Europeos en Aitiip y coordinador del EoLO-HUBs.
Este consorcio también investiga cómo reducir las emisiones de carbono en el proceso de pirólisis. «Queremos hacerlo más eficiente aprovechando los gases que se generan al quemar la fibra con la resina. Algunos de esos gases alimentarán el propio proceso. Hoy día se hace para recuperar fibras de carbono, que tienen más valor. Si reutilizamos los gases, también será atractivo para recuperar fibra de vidrio», explica Pérez. Al mismo tiempo trabajan en hacer más sostenible la solvólisis a partir de química verde, es decir recuperar las fibras de las palas «con disolventes que no tengan implicaciones medioambientales», detalla. Y buscan mejorar los procesos de tratamiento para que las fibras recuperadas mantengan elevadas propiedades para un segundo uso en los sectores de automoción, construcción y eólico.
En los terrenos que ocupaba la central térmica de Compostilla II (en el municipio leonés de Cubillos del Sil), hoy en proceso de desmantelamiento, un consorcio internacional de 14 empresas y centros tecnológicos, liderado por Endesa (en colaboración con PreZero y Reciclalia), prevé construir una planta de reciclaje de palas este año. Este proyecto, denominado Blades2Build, podrá reciclar cerca de 6.000 toneladas de palas al año y de residuos procedentes de la propia fabricación de las aspas modernas. «Estamos preparados para absorber picos mayores», destaca Javier Sardinero, responsable por Endesa del proyecto de reciclaje de palas.
Ubicación estratégica
Esta planta realizará un procesado mecánico de las palas desechadas. «Para poder empezar, la mejor solución a nivel industrial y para que el residuo tenga una segunda vida es el triturado mecánico. El material reciclado se puede introducir en la cadena de valor de otros sectores», indica Sardinero. La ubicación de esta factoría en León no ha sido fortuita. «Es importante la logística y el traslado de las palas, porque recuperar y reciclar estos equipos supone un importante gasto. Nuestro proyecto en Cubillos del Sil está próximo a una flota importante de aerogeneradores instalados en Castilla y León, Galicia y también cubriría el norte de Portugal».
Este mismo factor ha tenido en cuenta Iberdrola que junto a FCC han creado la compañía EnergyLOOP para iniciar este otoño la construcción de una instalación de reciclaje de palas en el municipio de Cortes (Navarra). «Esta zona sur de Navarra es propicia para minimizar el coste de transporte de palas procedentes de los parques eólicos de Castilla y León, Aragón y la propia Navarra, donde existe una gran concentración de aerogeneradores», señala Álvaro Portellano, responsable de nuevos emprendimientos en Perseo-Iberdrola.
La idea es que esta factoría esté operativa en 2024. «Una primera fase consistiría en un tratamiento mecánico que, a medida que la cantidad de palas a reciclar vaya aumentando, podrá ser mejorado en una fase posterior con soluciones de reciclaje avanzado para separar y acondicionar las fibras para usos de mayor valor añadido. Mientras tanto se está trabajando con empresas de sectores como el químico, el cerámico o el de la construcción para mejorar la valorización de los materiales resultantes». Iberdrola tiene como objetivo reciclar el 100% de las palas a nivel global en 2030.
MÁS INFORMACIÓN
Con estas soluciones para el reciclaje de las palas, ahora hace falta fuertes inversiones y tiempo de desarrollo para seguir escribiendo renglones y cerrar el capítulo de la circularidad en el libro verde de la energía eólica.
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