Las empresas toman posiciones en el pistoletazo de salida de la carrera hacia la minería espacial
Compañías tecnológicas y startups suman fuerzas con los actores institucionales e investigadores para acelerar el despegue de una actividad con un potencial millonario
Los dirigibles buscan su espacio en los cielos del siglo XXI
![La nave espacial Psyche despegó el año pasado con destino al asteroide del mismo nombre. Los científicos de la NASA creen que tiene una gran riqueza en metales. Se encuentra en los confines del cinturón principal de asteroides entre Marte y Júpiter](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/economia/2024/10/21/NASA-PSYCHEcopia-R1n21rayNK2BkR4b3huAX3M-1200x840@diario_abc.jpg)
La humanidad entra en una nueva era: ya se están dando los primeros pasos hacia el desarrollo de la minería espacial. Sí sí, así como lo leen. Hoy no es una idea descabellada extraer y explotar minerales de cuerpos celestes, sino un nuevo reto que ... se están planteando agencias espaciales de diferentes países, universidades, centros de investigación, empresas y startups. De hecho, un pequeño grupo está trabajando en ello. Por supuesto que de momento toda esta tecnología es muy incipiente. Se encuentra en una fase de exploración, análisis, muestreos, pruebas y demostraciones. No obstante, el despegue hacia la futura minería espacial ha comenzado.
El filón está sobre todo en los asteroides. Se mira a los que orbitan en el cinturón principal del Sistema Solar, entre Marte y Júpiter. Y a los que se denominan tipo M, que contienen metales como el hierro, cobalto, oro, níquel, platino, zinc, iridio, tierras raras... Todos estratégicos para nuestra economía digital y renovable. Están en los teléfonos móviles, en nuestros ordenadores, en el coche eléctrico y en los paneles fotovoltaicos, por ejemplo.
Minas a cielo abierto
Algunas de esas futuras 'minas' espaciales hasta se han tasado y llegan a cifras estratosféricas. «Se estima que el asteroide más valioso es 423 Davida con unos 27 quintillones de dólares. Le sigue 16 Psyche, con un valor de 10 quintillones. Los asteroides son auténticas minas a cielo abierto. Podrían abastecer toda la humanidad durante mil años», apunta Jesús Martínez Frías, experto en Meteoritos y Geociencias Planetarias del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
A 16 Psyche la NASA ha enviado una nave de exploración, que si todo va bien llegará en 2029 para mapear cada centímetro y estudiar sus propiedades. También la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón está realizando misiones de muestreo en asteroides. Y China ha anunciado un plan de colonización y explotación de los recursos minerales del Sistema Solar de 2035 a 2100. Nuestra ESA, Agencia Espacial Europea, ha convocado un concurso para impulsar soluciones mineras avanzadas tanto en la Tierra como en el espacio.
![Ingenieros y técnicos de la NASA realizan las operaciones de ensamblaje final antes del lanzamiento de la nave Psyche. Abajo, recreación de la ESA de uno de los vehículos mineros espaciales](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/economia/2024/10/21/psyche-ensamblaje-U26822468315moG-760x427@diario_abc.jpg)
La empresa de análisis Mordor Intelligence ha puesto cifras a este mercado que se estima en 1.970 millones de dólares hoy día y que crecerá a un ritmo de 16% anual hasta 2037, alcanzando los 4.130 millones. El estudio «Citi GPS Global Perspectives and Solutions» prevé que la explotación minera de la Luna podría suponer unas ventas anuales de unos 12.000 millones de dólares en 2040.
No es de extrañar que esos asteroides hayan despertado el interés de empresas y nuevos emprendedores que están enfocando su actividad a la minería espacial. Por ejemplo, la startup californiana AstroForge realizó su primera misión de demostración (Brokkr-1) el año pasado para probar su refinería en el espacio. Y aunque se perdió la conexión ya tiene planeados los siguientes lanzamientos. La británica AMC Asteroid Mining Company ha diseñado un robot escalador (SCAR-E) para operaciones espaciales. Sus pinzas pueden atravesar cualquier terreno, soporta la radiación y temperaturas extremas. Puede recopilar datos en lugares donde no llega el ser humano ni otros robots. La americana TransAstra trabaja en técnicas de minería óptica para desmenuzar rocas de los asteroides. Y la china Origin Space ha diseñado el robot minero espacial NEO-X.
Legislación
Hay además gobiernos que están aprobando nuevas regulaciones para que sus empresas puedan explotar comercialmente los recursos mineros de la Luna y los asteroides. Lo ha hecho EE.UU., Luxemburgo, Emiratos Árabes Unidos y Japón. A esto se unen nuevos desarrollos tecnológicos que están contribuyendo a que los proyectos espaciales resulten cada vez más viables y reales. Como la miniaturización de los componentes, los avances en robótica y las lanzaderas reutilizables, que pueden cumplir varias misiones permitiendo así abaratar la puesta en órbita de todo tipo de equipos.
¿Por qué salir al espacio en busca de minerales que hay en la Tierra? A medida que avanza la tecnología y la descarbonización y crece la población, la demanda de minerales estratégicos aumenta y también el riesgo de que un día escaseen e incluso se agoten. El informe Citi GPS advertía que las estimaciones sugieren que el indio (por ejemplo), que se utiliza en paneles solares de película fina, puede agotarse en 18 años. Y que si convirtiéramos 500 millones de coches a pilas de combustible y funcionarán nos quedaríamos s in platino en 15 años. «Toda la Agenda 2030 va a suponer un crecimiento en la demanda de iridio, paladio, titanio... Extraer estos recursos de la Tierra, que ya son escasos, va a generar impactos que serán mayores dependiendo de donde se realicen. En países desarrollados la regulación ambiental es restrictiva y hay técnicas avanzadas e impactos controlados. Pero en países con menos desarrollo la legislación es más laxa, hay más impacto y la extracción es más barata. Y el mercado va a tender a explotar en esos lugares con menos costes. Por eso, conseguir esos minerales fuera de nuestra atmósfera resultará más sostenible», indica Javier de Cos, director del Instituto Universitario de Ciencias y Tecnologías Espaciales de Asturias.
Pero también hay un componente geopolítico. EE.UU. y Europa no quieren depender de China que controla el 90% de tierras raras del mundo.
Va a ser la Luna donde veamos las primeras actividades mineras. «Será como un laboratorio intermedio», cree Martínez Frías. La NASA tiene previsto enviar la misión Artemis III en 2026 con astronautas que explorarán una región cercana al Polo Sur de la Luna. «Va a producirse un aprovechamiento de los recursos minerales in situ. Es decir, para la habitabilidad de las primeras misiones tripuladas que vayan a la Luna. El suelo lunar tiene agua, hierro, titanio... Llevar el material al espacio es carísimo todavía. Así que se van a aprovechar los recursos minerales y rocosos que hay en el propio suelo lunar para levantar las pistas de despegue y aterrizaje, para construir carreteras y caminos, para crear escudos antirradiación... Así no tenemos que llevar ese material desde la Tierra», explica Martínez Frías. «Se piensa más en usar esa riqueza mineral para continuar con la exploración espacial. Pero tenemos claro que un día será posible traer los minerales a la Tierra y tendrá una ventaja ambiental», opina Javier de Cos.
Ese será el primer paso para la colonización de la Luna y establecer allí asentamientos definitivos. Después iremos a Marte. Son los objetivos del programa Artemis, liderado por la NASA donde también están otras agencias espaciales como la ESA y empresas privadas como SpaceX, de Elon Musk, o Blue Origin, de Jeff Bezos (fundador de Amazon).
Robots autónomos
Falta mucho desarrollo tecnológico, mucho capital inversor... Pero ya se sabe cómo empezar a explotar las primeras minas: se usarán robots autónomos para la prospección y exploración. Así se limitará el personal y se reducirá la cantidad de suministros necesarios. La minería terrestre requiere de grandes máquinas muy costosas para mover grandes volúmenes de tierra. Esto es imposible en el espacio. Se buscan máquinas pequeñas que realicen técnicas precisas de corte, voladura y procesamiento, que puedan localizar con precisión el mineral sin dejar desechos. La maquinaría en el espacio no podrá conectarse a ninguna red eléctrica, por eso el suministro de energía provendrá de paneles fotovoltaicos que se instalen en los dispositivos. Eso reducirá el combustible que habría que llevar desde nuestro planeta. «En 2100 podemos estar aprovechando los recursos de los asteroides», estima Frías.
Los asteroides contienen minerales estratégicos para el avance tecnológico y la descarbonización
Antes lo quiere hacer la startup AstroForge cuyo objetivo es extraer metales del grupo del platino de los asteriodes cercanos a nuestro planeta. «Utilizaremos viajes compartidos lunares. Nuestro vehículo se separará del cohete, aterrizará en el asteroide objetivo y desplegará nuestro sistema de refinería patentado. Nuestra refinería es capaz de identificar metales específicos y clasificarlos en sus componentes elementales. Luego, los materiales refinados se transportarán de regreso a la Tierra», cuenta Jose Acain, director de Tecnología y cofundador de AstroForge.
Para ello esta startup americana ha conseguido 55 millones de dólares a través de rondas de inversión. La aventura es apasionante. En su primera misión de prueba el año pasado se perdió la comunicación con la nave, pero tiene previsto realizar otra en lo que queda de 2024. La empresa Intuitives Machines lanzará la misión IM-2 que «llevará a bordo nuestro vehículo Odin. Observará el asteroide y determinará su composición mineral a través de imágenes de alta definición. Así comprobaremos si tiene los metales del grupo del platino que hemos previsto». En una tercera misión el vehículo Vestri aterrizará en el asteroide. «La tecnología para extraer minerales de asteroides ya existe, ya que los seres humanos han traído muestras de asteroides a la Tierra. El problema que estamos resolviendo es cómo llevar a cabo estas misiones de manera rentable. Para finales de la década, nuestra nave espacial traerá de vuelta entre 1.000 y 2.000 kilos de metales preciosos refinados por misión, lo que podría suponer un retorno de entre 70 y 140 millones de dólares», prevé Acain.
![Matt Gialich (detrás) y Jose Acain, fundadores de la startup americana AstroForge. Gialich ha trabajado para Virgin Orbit y Acain para la NASA y SapceX](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/economia/2024/10/21/ImagenMattGialichandJoseAcain(AstroForgeFounders)-U10832221141Mhf-760x427@diario_abc.jpg)
![La nave Odin que viajará al asteroide elegido por esta startup](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/economia/2024/10/21/AstroForgeOdinSpacecraft-U18048434321Neb-760x427@diario_abc.jpg)
Al alcance de la mano
El Instituto Universitario de Ciencias y Tecnologías Espaciales de Asturias colabora con el Instituto Astrofísico de Canarias y la NASA para estudiar los asteroides cercanos a la Tierra. «Están a 36.000 y 50.000 kilómetros. A la NASA le preocupa desde el punto de vista de la defensa planetaria. Pero también estamos haciendo una caracterización para recabar datos sobre su contenido mineral, definir su forma, hacer modelos en 3D más detallados, conocer su velocidad de rotación... Y son datos muy interesantes para una futura explotación minera», señala De Cos.
La minería espacial ya no forma parte de la literatura de ciencia ficción, sino de una realidad futura más cercana de lo que parece.
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