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La economía creó 471.000 empleos en 2022 pero se frena el crecimiento con el peor diciembre en una década

En el último mes del año se sumaron 12.600 afiliados respecto a noviembre, cuando en el mismo periodo del ejercicio pasado la estadística creció en 72.500 personas

La contratación indefinida se apoya en su mayoría en el tiempo parcial y en los fijos-discontinuos

Estancamiento total en el empleo de los autónomos: solo aumentaron en cinco en todo 2022

Un hombre entrando a una oficina de empleo en Madrid EP
Daniel Caballero

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El empleo da síntomas de que con el paso de los meses se va acompasando al frenazo de la economía. El número de afiliados medios a la Seguridad Social creció en 2022 en 471.360 trabajadores, lo que supone un 2,38% más interanual. Una cifra que pone en valor el ministerio del ramo, aunque se trata de un aumento relativo de 1,6 puntos menor al del ejercicio pasado.

Yendo al detalle del mes de diciembre, el año cerró en 20.296.271 afiliados medios, máximo histórico. Pero los síntomas de agotamiento del mercado son una realidad más que tangible. En ese mes, el crecimiento del empleo apenas fue de 12.640 trabajadores, un 0,06% más respecto a noviembre. Para encontrar un diciembre peor hay que remontarse a 2012, cuando se destruyeron 88.367 puestos de trabajo intermensuales.

Desde la CEOE no han dudado en destacar que «las cifras de afiliación y desempleo de diciembre evidencian la intensificación de la desaceleración que se viene observando desde abril, en un mes tradicionalmente bueno para el empleo», así como las incertidumbres a las que se enfrenta la economía española. «Aun encontrándose nuestro mercado laboral en volúmenes de afiliación que encabezan las cifras de la serie histórica, nos enfrentamos a importantes incertidumbres que obligan a priorizar el mantenimiento y la creación de empleo, adquiriendo especial incidencia la flexibilidad y la contención de los costes laborales y de producción», añade la patronal.

Asimismo, tomando como referencia la serie desestacionalizada, es decir, sin tener en cuenta en este caso las contrataciones extraordinarias por la campaña de Navidad, diciembre ha sido un mes negro. No muestra signos de desaceleración del empleo sino ya, incluso, destrucción de puestos de trabajo. La afiliación media desestacionalizada cayó en 8.347 personas en diciembre respecto a noviembre; no se veía destrucción de empleo bajo estos términos desde abril de 2021 y también supone el peor diciembre desde la crisis financiera.

El régimen general, excluidos el sistema agrario y de empleados de hogar, fue el que tiró del empleo en 2022 al sumar casi 525.000 afiliados. Sin embargo, el régimen agrario perdió más de 48.000 trabajadores en el conjunto del año, el del hogar casi 5.600 y los autónomos experimentaron un frenazo total con apenas cinco trabajadores por cuenta propia más. En el detalle intermensual del mes de diciembre, del dato de afiliación tiraron hacia arriba solo el sistema agrario y el de empleadas de hogar, registrando caídas el resto de regímenes.

 

En términos de paro registrado, este descendió en diciembre en 43.727 personas en relación con el mes anterior. En valores relativos, la bajada fue de un 1,52%, dejando la cifra de desempleados en 2.837.653, la más baja desde 2007. Sin embargo, el ritmo de reducción fue sensiblemente menor al registrado en diciembre de 2021, cuando la estadística cayó en 76.782 personas. Por otra parte, respecto a diciembre de 2021, el paro interanual descendió en 268.252 personas (-8,64%).

Así las cosas, se cumple un año de la entrada en vigor de la reforma laboral de Yolanda Díaz. Doce meses tras los cuales el Gobierno sostiene que ya se ven «sus efectos positivos sobre la estabilidad del empleo». Para apoyar esa afirmación utilizan el dato de que los afiliados con contrato indefinido han crecido en 2,3 millones de diciembre a diciembre. «La mayor estabilidad propiciada por la reforma laboral también se aprecia en el aumento de un 25% de la duración de los contratos que han terminado durante 2022, en comparación con la situación prepandemia», destaca también el Ministerio de Seguridad Social.

En 2022 se firmaron un total de 18.310.343 contratos, 4.201.878 contratos menos (-18,7%) que en el mismo periodo de 2019, previo al Covid. De este total, 7.027.160 fueron contratos por tiempo indefinido hasta diciembre de 2022, cifra que supone un ascenso de 4.913.819 sobre el mismo periodo del año 2021, mientras que el total de contratos temporales fue de 11.283.183.

Seis de cada diez contratos en España fueron temporales el año pasado, uno de los problemas que arrastra nuestro país pese a la reforma laboral aprobada por el Ejecutivo. Y todo teniendo en cuenta que en ese dato no se computan los llamados fijos-discontinuos; sumando también estos, el 74% de los contratos no fueron bajo la estabilidad del indefinido.

 

Del total de contratos indefinidos que se registraron en 2022, en términos acumulados de enero a diciembre, un total de 2.966.106 fueron a tiempo completo (+129,41% interanual) y otros 1.741.527 fueron a tiempo parcial (+212,38%). De esta manera, 2.319.527 contratos fueron de los llamados fijos-discontinuos, una figura que suma entre los indefinidos pero que este año ha servido para esconder la temporalidad del empleo, como han denunciado diversas organizaciones y analistas.

La contratación indefinida tras la reforma laboral, así, se ha apoyado en su mayoría en contratos parciales y fijos-discontinuos, ya que entre ambos sumaron más de 4 millones de los 7 millones de firmas que hubo en 2022.

Concretamente en el mes de diciembre, los indefinidos se dividieron también de manera similar a la del conjunto del año. «Los contratos indefinidos del mes de diciembre se dividen, en cuanto a la duración de su jornada, en 178.983 a tiempo completo, 107.292 a tiempo parcial y 177.877 fijos-discontinuos. Respecto a diciembre de 2021: los primeros han subido 69.050 (62,81%), los segundos sehan incrementado en 60.158 (127,63%) y los últimos suben en 161.160 (964,05%)», indican en los datos.

Relacionado con todo ello, desde el sindicato CSIF recuerdan que «hay más de 2,8 millones de personas desempleadas y se ha producido un incremento notable de contratos a tiempo parcial (el triple que en el año anterior frente a los más del doble de contratos fijos), por lo que el Gobierno debe evitar caer en el triunfalismo». Y añaden una advertencia sobre que «la reforma laboral puede enmascarar situaciones de precariedad, dado que se desconoce la cifra de personas fijas discontinuas en inactividad y que no se contabilizan en las cifras de desempleo. Asimismo, se producen otro tipo de situaciones como 'microdespidos' por parte empresas que asumen el coste de la indemnización por despido improcedente en contratos de entre uno y tres meses».

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