La economía alemana se contraerá un 0,6% en 2023
El informe de proyecciones publicado por los institutos económicos alemanes avisa de graves pérdidas de poder adquisitivo y de una alta incertidumbre política
La subida del precio del petróleo en 2024 amenaza la recuperación alemana
![Olaf Scholz, canciller alemán](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/economia/2023/09/28/cancilleraleman-RnDdcMYJp73i7sNpHh6CPSP-1200x840@abc.jpg)
El nuevo informe de proyecciones, que acaban de publicar conjuntamente los institutos económicos alemanes, supone un buen jarro de agua fría para las esperanzas de recuperación. Según el pronóstico económico, el producto interior bruto de Alemania disminuye en un 0,6% en 2023, una fuerte revisión a la baja de 0,9 puntos porcentuales del último pronóstico, realizado en primavera. El informe habla además de graves pérdidas de poder adquisitivo y de incertidumbre política alta.
«La razón más importante para esta revisión es que la industria se está recuperando bastante más lentamente de lo esperado en primavera«, explica Oliver Holtemöller, vicepresidente y jefe del Departamento de Macroeconomía del Instituto Halle para la Investigación Económica (IWH).
Alemania ha estado en una recesión y las recesiones no salen gratis. El fuerte aumento de los precios de la energía en 2022 puso un final abrupto a la recuperación de la pandemia. La inflación de los precios al consumidor ha aumentado más del 8% y el resultado es una eliminación significativa del poder adquisitivo de los hogares privados.
A esto hay que sumar que las tasas de interés clave han aumentado en más de cuatro puntos porcentuales, golpeando a la industria de la construcción en particular. Y el sentimiento comercial se ha deteriorado recientemente, sobre todo debido a la mayor incertidumbre política.
En general, los indicadores sugieren que la producción ha caído nuevamente en el tercer trimestre de 2023. Sin embargo, los aumentos salariales han seguido el aumento de los precios y los exportadores han transmitido sus costes más altos, por lo que se produce una pérdida de competitividad.
«Se espera que la recesión disminuya para fin de año, y el grado de utilización de la capacidad aumentará nuevamente en el futuro«, señala Holtemöller como horizonte: el pronóstico de aumento del PIB de 1,3% para 2024 está ahora sólo 0,2 puntos porcentuales por debajo de su pronóstico de primavera.
Para los años siguientes, los institutos prevén una tasa de crecimiento potencial decreciente y que la carencia de fuerza laboral cualificada se volverá cada vez más evidente, aunque esperan sólo un aumento moderado en el desempleo a 2,6 millones de personas en 2023. En el frente de los precios, la situación se está relajando gradualmente. Se espera que la tasa de inflación sea del 6,1% en 2023 y disminuya al 2,6% en 2024. Los institutos ven la inflación central (inflación excluyendo los precios de la energía) al 6.1% en el año en curso y 3.1% en 2024.
El BCE reconoce en su boletín mensual, publicado este jueves, que las perspectivas de crecimiento a corto plazo en la zona del euro se han deteriorado, mientras que a medio plazo la economía debería volver gradualmente a un crecimiento moderado a medida que se recuperen la demanda interna y externa.
Los economistas del BCE anotan que los pedidos de fabricación y la corrección de los altos precios de la energía han disminuido en gran medida, y los indicadores a corto plazo apuntan a un estancamiento ante unas condiciones de financiación más restrictivas, una débil confianza de las empresas y los consumidores y una baja demanda externa en el contexto de un fortalecimiento del euro.
¿Un repunte del crecimiento en 2024?
Confían en que el crecimiento repunte a partir de 2024 a medida que la demanda externa se acerque a su tendencia anterior a la pandemia y mejoren los ingresos reales, respaldados por la disminución de la inflación, el fuerte crecimiento de los salarios nominales y el desempleo aún bajo, aunque ligeramente creciente. Pero advierten que el crecimiento seguirá frenándose a medida que el endurecimiento de la política monetaria del BCE y las condiciones adversas de la oferta de crédito se transmitan a la economía real y a medida que el apoyo fiscal se retire gradualmente.
Con esto se refieren a los efectos que tendrán futuras subidas de tipos de interés, a las que se mantienen abiertos, tanto en la economía privada como en la capacidad de los estados para manejar el gasto público. A los gobiernos, por cierto, el BCE insta a seguir reduciendo las medidas de apoyo, lo que considera esencial para evitar aumentar las presiones inflacionarias a medio plazo, que de otro modo requerirían una respuesta de política monetaria aún más fuerte.
Las políticas fiscales deben diseñarse para que la economía de la zona del euro sea más productiva y para reducir gradualmente la elevada deuda pública, advierte, las políticas para mejorar la capacidad de oferta de la zona del euro, que se verían respaldadas por la plena aplicación del programa Next Generation EU, pueden ayudar a reducir las presiones sobre los precios a medio plazo, al tiempo que respaldan la transición ecológica.
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