Correos pierde 600 millones en tres años y se acerca al abismo
El deterioro de la posición financiera de operador desde 2019 dispara el riesgo de que entre en causa de disolución
La firma se vio obligada a pedir otros 231 millones de financiación bancaria el año pasado para salir adelante
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![El presidente de Correos, Juan Manuel Serrano](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/economia/2023/07/07/1461349241-RohdHSiHL2vcjycby1trPXJ-1200x840@abc.jpg)
Primero fue la pandemia y ahora es la guerra en Ucrania. El presidente del Grupo Correos, Juan Manuel Serrano, el que fuera jefe de gabinete de Pedro Sánchez en los años en que peleaba con Susana Díaz por el liderazgo del PSOE, ha encontrado siempre una coartada ... para explicar el imparable deterioro en la situación financiera de la mayor empresa pública del país, que está empujando al operador postal propiedad del Estado a las puertas del abismo.
Las recién presentadas cuentas de 2022 arrojan unas pérdidas después de impuestos de 217 millones de euros, como ya avanzó ABC, lo que supone el segundo peor saldo a cierre del ejercicio de la historia del grupo tras los 264 millones que perdió el año de la pandemia. Lo más preocupante es que ese negativo balance viene maquillado por la activación de 62 millones en créditos fiscales por pérdidas de años anteriores sin los cuales los números rojos de la compañía se habrían ido hasta los 279 millones, y hasta los 286 millones si solo se tuviera en cuenta la actividad operativa del grupo.
«La interacción de múltiples factores (guerra en Ucrania, crisis energética, dificultades de abastecimiento, una inflación inédita en años o el cierre intermitente de fronteras en China) provocó tensiones en numerosos sectores de actividad. También en aquellos en los que opera el Grupo Correos, afectando a las previsiones financieras de la compañía», se justifica Serrano en la memoria de 2022.
Los sindicatos con mayor representatividad en la empresa, CC.OO. y UGT, hacen un análisis bien distinto de la situación. En un comunicado conjunto difundido esta semana, atribuyen el agujero en las cuentas de la empresa postal a la «nefasta» gestión de su presidente y al «exorbitante y millonario gasto destinado, entre otras cosas, a publicidad o a inventarse carísimas ocurrencias disfrazadas de diversificación que no eran más que meras campañas de promoción personal, como Correos Cargo, Correos Frío, Correos Market, Despierta España o el avión que no llegó nunca a volar…-, que no han hecho más que engrosar los números rojos de la cuenta de resultados».
La actual Dirección puede encontrar coartadas en las circunstancias externas, pero difícilmente en las cuentas de la compañía. Desde el año 2018, el Grupo Correos solo ha esquivado las pérdidas en 2019, en que la sucesión de convocatorias electorales, dos elecciones generales y unas autonómicas y territoriales, dispararon su facturación y le permitieron presentar unos beneficios de 13 millones de euros.
Casi 1.000 millones perdidos
El saldo del quinquenio, no obstante, arroja pérdidas operativas de 975 millones, adecentadas por la aplicación de 250 millones en créditos fiscales que han amortiguado el agujero generado a costa de las arcas públicas.
El desempeño de la compañía en estos últimos años ha erosionado su solvencia financiera. El patrimonio neto del Grupo Correos, observado como el indicador más fiable para medir su valor real, se ha reducido a la mitad, desde los 1.615 millones en que estaba en 2017 hasta 851 millones, a causa sobre todo del crecimiento exponencial del pasivo de la compañía, que se ha más que duplicado durante la era Serrano.
La situación es inquietante. Expertos en análisis mercantil consultados por ABC advierten de que de seguir la tendencia de los últimos tres años la compañía podría entrar en causa de disolución en un plazo de entre tres y cinco años. Según la legislación mercantil, una empresa entra en causa de disolución cuando su patrimonio neto cae por debajo del 50% del capital, que en Correos es de 611 millones.
Desde la compañía se atribuye esta situación en exclusiva al desplome del negocio postal tradicional y al hecho de que hoy se tramitan la mitad de envíos postales que se tramitaban en 2017. Como ya publicó ABC el retroceso del negocio postal tradicional no ha impedido al resto de correos europeos acreditar resultados más positivos que los del operador español, al calor del auge del comercio electrónico.
El esfuerzo realizado por Correos para reforzar su división de paquetería, Correos Express, tanto en inversión como en recursos humanos (su plantilla ha aumentado en cerca de 300 efectivos en un contexto en el que el grupo postal ha perdido más de 6.000 trabajadores) no ha sido capaz de mejorar su cuota de mercado y en 2022 incluso aportó pérdidas al grupo.
Tampoco han tenido el éxito esperado iniciativas impulsadas desde la cúpula directiva de Correos con gran fanfarria y gasto en publicidad para impulsar la diversificación de la compañía como Correos Frío, la nueva línea para ofrecer el servicio de transporte frigorífico; el tren amarillo en colaboración con Renfe para entrar en el negocio del transporte ferroviario de mercancías, del que nada nuevo se ha vuelto a saber; o Correos Cargo, la aerolínea de transporte de carga lanzada con Iberojet que ha resultado ser un fiasco y que le va a costar más de 20 millones a Correos.
El resultado de esta agitación corporativa apenas ha elevado los ingresos operativos del grupo, pero sí sus costes de funcionamiento, hoy un 36% más altos, y el gasto por servicios contratados a externos, qu e se ha disparado de 300 a cerca de 410 millones.
Sin recursos propios suficientes para hacer frente a esta subida de costes, a Correos no le ha quedado más remedio que solicitar financiación a la banca para operar. En 2022 solicitó tres líneas de crédito a Caixabank e Ibercaja para obtener 231 millones y en 2021 prevé recurrir a este cauce para obtener 149 millones extra.
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