Un año de subidas de tipos de interés: cómo el BCE ha cambiado tu vida

La institución con sede en Fráncfort maneja el precio del dinero como banco central de la eurozona. En la crisis financiera llevó los tipos a mínimos históricos y así los mantuvo durante la pandemia, pero luego llegó la inflación. Esta se desbocó en la mayoría de países comunitarios y el BCE se vio forzado a actuar subiendo los tipos. ¿Por qué hace esto? Porque al encarecer el precio del dinero se logra 'estrangular' a las economías y provocar que descienda la inflación.

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A lo largo de estos meses se ha especulado sobre si la organización dirigida por Christine Lagarde estaba pasándose de frenada hasta tal punto de llevar a la eurozona a una recesión. Pero el BCE ha repetido en varias ocasiones que su mandato es devolver la inflación al 2%, dando a entender que asume el golpe que pueda provocar con sus decisiones sobre el crecimiento de los países.

Dicho y hecho. La zona del euro entró en recesión técnica (dos trimestres en negativo) en el primer trimestre de este año, con Alemania como gran damnificada. En el caso español la economía también se está desacelerando: en 2022 el crecimiento fue del 5,5% y para 2023 el consenso de analistas pronostica un 2,1%.

¿De qué manera ha afectado la política monetaria del BCE a los españoles? Tiene un efecto esperado positivo, pero también otros negativos. Lo primero se fundamenta en el objetivo que tiene subir los tipos: bajar la inflación. La institución inició esta senda para domar el IPC, y en el caso de España ya se coloca alrededor del 2%, dentro del objetivo, aunque con matices.

Nuestro país fue de los primeros en registrar una elevada inflación no vista en décadas, en los tres primeros trimestres del año pasado, mientras que en el resto de Europa llegó más tarde. Es por ello que ahora España es el país que antes está viendo moderarse el IPC. Sin embargo, la inflación subyacente (sin productos frescos ni energéticos) sigue en el entorno del 6%, y los alimentos se encarecen a un ritmo de más del 10% todavía.

En el lado más negativo de la balanza de las subidas de tipos está la financiación que piden y necesitan los hogares y las empresas. Si el BCE sube tipos, significa encarecer el precio del dinero, con lo que ir al banco a solicitar un préstamo es cada vez más caro. Y los datos así lo muestran.

A cierre de 2021, según el Banco de España, el interés de las nuevas operaciones de crédito para vivienda (TEDR, que excluye gastos y comisiones y sirve para medir mejor la transmisión de la política monetaria) estaba en el 1,38%; en el crédito al consumo, en el 6,1%; y en los préstamos para otros fines, en el 2,44%. Ahora ese panorama es radicalmente distinto, con cifras a cierre de mayo, último mes con datos: el crédito para vivienda ya cuesta un 3,71%, el que es para consumo casi un 8% y el de para otros fines un 5,75%. En suma, el coste de endeudarse se ha más que duplicado en muchos casos.

En el supuesto de las empresas, el impacto es muy similar. En 2021 conseguían créditos al 1,24% y ahora lo hacen al 4,49%. Esto son más de tres veces más que antes de que empezaran las subidas de tipos de interés del BCE.

Así las cosas, en lo que más nota el consumidor las subidas de tipos es en las hipotecas. Si se encarece el precio del dinero, el euríbor, que es el índice de referencia para la mayoría de préstamos para vivienda, sube. A cierre de 2021 este se encontraba en el -0,5%; ahora supera ya el 4%. Esto, para quienes tienen su hipoteca a variable está suponiendo que, de media, tengan que asumir un aumento de su cuota mensual de en torno a 300 euros. Se ha producido, además, el incremento más rápido en la historia del euríbor, desde que se creara justo antes de la entrada en funcionamiento de la moneda única.

Más allá de todo ello, las subidas de tipos deberían suponer un incentivo al ahorro para los hogares. Entre esos tipos que incrementa el BCE está el de facilidad de depósito, es decir, lo que el banco central paga a las entidades por tener depositado dinero en el propio banco central. Hasta julio de 2022, la facilidad de depósito estaba en el -0,5% y ahora en el 3,5%.

Esto debería haber provocado que las entidades bancarias aumentaran la remuneración por los depósitos de los hogares. Sin embargo, no ha sido del todo así ya que los tres grandes bancos todavía no han entrado en esa 'guerra' por el pasivo.

Según los datos del Banco Central Europeo, que llegan hasta el mes de abril, el sector financiero remunera los depósitos a plazo igual o inferior a un año al 1,33%, mientras que los que son a más de un año lo hace al 1,64%. Estas cifras son sensiblemente inferiores a las del resto de grandes países comunitarios, donde se llega a más que doblar la remuneración en comparación a España en ciertos casos.