El BCE también comienza a hablar de reducción de estímulos

El economista jefe del BCE asegura que Frankfurt reaccionará si lo exige el movimiento de ficha de la FED

Christine Lagarde, presidenta del BCE REUTERS

Pese a que el BCE parece hasta ahora mantenerse al margen del discurso de Jackon Hole, hay miembros del Consejo que hablan ya abiertamente de cambios en la política de estímulos. «El BCE debe tener en cuenta la reciente mejora de las condiciones financieras ... al discutir el futuro del programa de compras de emergencia pandémica (PEPP)», ha declarado hoy Francois Villeroy de Galhau, también gobernador del Banco Central de Francia. Aunque pone por delante que no hay urgencia para decidir sobre el futuro del PEPP en la reunión de política monetaria de septiembre, sugiere que la institución de Frankfurt podría ajustar las compras mensuales. según condiciones económicas. En declaraciones a la radio BAM, Villeroy ha subrayado que las condiciones financieras en la zona del euro han mejorado desde la última reunión de junio y señala que «nuestras conversaciones deben tomar en cuenta esta mejora en las condiciones financieras».

Lagarde también ha mencionado recientemente que la economía de la eurozona está comenzando a recuperarse, aunque la recuperación sigue siendo frágil y no está preparada para la retirada de las medidas de estímulo. «Hemos acordado mantener el PEPP al menos hasta marzo de 2022 y, en cualquier caso, hasta que evaluemos si la crisis pandémica ha terminado. Aunque la recuperación ha comenzado a acelerarse, sigue siendo frágil», fueron sus palabras. Pero los analistas no las interpretan con un mensaje que descarte la retirada de estímulos y consideran probable que el BCE anuncie el próximo trimestre la reducción de compras de activos. «Esperamos que el BCE empiece a discutir la retirada del PEPP en septiembre , aunque no se tomará ninguna decisión hasta diciembre», augura George Buckley, economista jefe para el Reino Unido y la zona del euro de Nomura, en una nota a los clientes, que recoge también que «a medida que aumentan los casos de COVID-19 y se mantiene la incertidumbre sobre el futuro del virus en otoño , es posible que el BCE quiera continuar con las compras al ritmo actual hasta finales de año, para evitar un aumento injustificado de los rendimientos».

Esta no es una opinión aislada. En na encuesta de Reuters, realizada entre el 9 y el 13 de agosto, 12 de 29 economistas predijeron un anuncio en septiembre y 15 eligieron el próximo trimestre. Dos dijeron que esperan el anuncio en la primera mitad del próximo año. «Las discusiones del BCE tendrán como telón de fondo un posible 'taper tantrum' en EE.UU. », añade Bas van Geffen, estratega macro senior de Rabobank, refiriéndose a un posible aumento de los rendimientos de los bonos en respuesta, «pero suponiendo que la Fed avise con antelación en septiembre, eso todavía deja el PEPP en marcha para mitigar cualquier posible impacto en el cuarto trimestre , con suficiente margen para mantener el ‘ritmo alto’ de compras hasta diciembre». Cuando se les preguntó cuándo empezaría el BCE a reducir sus compras, 18 de 29 dijeron que antes de finales de este año y 11 que en 2022. Más del 85% de los economistas, 29 de 34, predijeron que el programa estará cerrado a finales del primer trimestre de 2022.

«El BCE está preparado para responder a cualquier alteración en el mercado que pueda surgir cuando la Reserva Federal de EEUU (FED) comience a retirar su estímulo monetario», ha garantizado por su parte el economista jefe del BCE, Philip Lane. «El BCE no es un espectador pasivo. Si se generan repercusiones para las condiciones financieras de la eurozona, estamos dispuestos y somos capaces de actuar según corresponda, como ya lo hemos demostrado», ha insistido. Lane enfatizó que el consejo del BCE está decidido a hacer que las condiciones de financiación en la eurozona se mantengan favorables y señaló que se tomarán su tiempo para decidir cómo realizarán las compras de bonos una vez que expire su programa de emergencia por la pandemia. «No necesitamos demasiado tiempo para pensarlo», indicó, y agregó que septiembre está «muy lejos» de la actual fecha de término de marzo. «El otoño y el invierno nos darán más información sobre lo que sucede con la pandemia, por lo que deberíamos aprovechar el otoño para pensar en estos temas», sentenció.

Sin duda esta posición está fundamentada, no solo en los movimientos de ficha de la FED estadounidense sino también en el reconocimiento del riesgo de que la inflación en la eurozona resulte superior a lo esperado , no solo a corto sino también a medio plazo. Eso se desprende del acta de la reunión del BCE de julio, que se publicó la semana pasada. El BCE aún considera que el aumento de precios de este año es principalmente un fenómeno temporal. En julio, la inflación en la zona del euro subió hasta el 2,2% según la medida europea del índice armonizado de precios al consumo (IAPC). En Alemania, el estado miembro más grande, fue del 3,1% en comparación con el año anterior, utilizando el método de cálculo europeo. El índice de precios al consumidor (IPC) alemán, de composición algo diferente, incluso subió un 3,8%.

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