La escalada armamentística impulsa la era de los aviones hipersónicos y pone en jaque la seguridad
La investigación tecnológica militar acerca el sueño empresarial de desarrollar aeronaves rentables que vayan mucho más allá de la velocidad del sonido
«Los aviones que viajan a velocidades hipersónicas pueden ser indetectables y aunque les lance un misil no podrá alcanzarlo, por lo que está en juego la Seguridad Nacional» y la tensión bélica aumentan las apuestas, explica uno de los expertos
El desarrollo de China en este campo resulta «preocupante» para Estados Unidos

«O fallamos o cambiamos el mundo», sentenciaba Blake Scholl, el CEO de Boom Supersonic , ante el nuevo y acelerado impulso que vive el desarrollo de aviones supersónicos (capaces de sobrepasar la barrera del sonido, conocida como Mach 1, en torno ... a unos 1.235 kilómetros por hora) e hipersónicos (hasta cinco veces por encima de ese límite). Es el fruto de una vertiginosa carrera entre EE.UU., China y Rusia, en la que los logros de un país son rápidamente eclipsados por nuevos hallazgos de sus competidores. El grueso de las investigaciones proviene de las fuerzas armadas o de grandes empresas aeroespaciales que trabajan para los gobiernos , pero también hay propuestas de firmas privadas dedicadas a hacer posible lo imposible con los viajes comerciales. Según James Acton, un físico del Reino Unido que trabaja para el Fondo Carnegie para la Paz Internacional en Washington DC, «hay todo un zoológico de sistemas hipersónicos en la mesa de dibujo».
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Ángel Sierra, socio fundador de Comet Ingeniería , explica que siempre ha habido mucho interés en desarrollar este tipo de aviación, y con los conflictos que están abiertos, se ha puesto de moda hablar de vuelos hipersónicos y supersónicos hermanados con el desarrollo de la industria armamentística . «El antecedente más conocido a nivel comercial de una empresa privada fue el avión supersónico Concorde , pero donde más empuje está teniendo es a nivel militar, especialmente con el auge de la aviación no tripulada. China y Rusia son herméticas en hablar de sus avances, que son mayormente programas más estatales que de empresas. Mientras que en EE.UU. desde la NASA hasta la startup Hermeus o las empresas Boeing y Lockheed Martin están involucradas en el desarrollo de esta aviación. Compitiendo para el transporte de mercancías y de pasajeros», afirma.
Indetectables
La razón de que el gasto militar se haya impulsado en los últimos tiempos se debe especialmente a que el calor generado por aviones que viajan a velocidades hipersónicas crea una capa alrededor de él que puede bloquear las señales recibidas de fuentes externas , como los satélites de comunicaciones, y también puede cegar los sistemas que localizan objetos en movimiento. Como explica el diseñador industrial Óscar Viñals, pionero en España en el diseño de aviones supersónicos y dueño de la empresa homónima Viñals , «esto hace que no sean posibles contramedidas militares, porque aunque les lances un misil no podrás alcanzarlo debido a la velocidad que lleva, ya que una vez detectado no te da tiempo de reaccionar».
Mark Milley, el jefe máximo del ejército de EE.UU., ha tildado de «muy preocupante» el desarrollo hipersónico de China y la tecnología que tienen la compara al hito ruso del satélite Sputnik en 1957
La vinculación a la seguridad nacional complica conocer en detalle estos proyectos hipersónicos y supersónicos en marcha . Pero Sierra matiza: «Sospecho que China puede estar por delante de EE.UU. o poco le faltará». De ahí que Mark Milley, el jefe máximo del ejército de EE.UU ., haya tildado de «muy preocupante» el desarrollo hipersónico de China . Y afirmó que Xi Jinping se posiciona muy cerca de lo que en 1957 fue el lanzamiento del satélite Sputnik; un paso histórico que situó a Moscú en posición de ventaja en la carrera espacial, empujó al presidente J.F. Kennedy a comprometerse en la conquista de la Luna e impulsó la pugna nuclear. La velocidad es poder. Y Europa también tiene algo que decir en esta acelerada carrera hacia el futuro. Y nuevos actores vienen de la mano de países como Japón, India u Oriente Medio.
Sin embargo, la cuestión que hizo que el Concorde desapareciera fue no solo el siniestro de 2000, sino la elevada inversión que suponía y su falta de rentabilidad. A la pregunta de si hoy s on viables empresarialmente este tipo de vuelos , las perspectivas parecen positivas. Dos recientes informes, de BryceTech y SAIC y de Deloitte , llegan a la misma conclusión con información de la NASA: hay demanda suficiente para costear un transporte de alta velocidad. Serían vuelos transoceánicos para usuarios que ahora viajan en aviones de transporte regular o jets privados . Deloitte identifica un mercado de 90 rutas que mueven 2,5 millones de pasajeros anuales y que tienen un potencial de 16.500 millones de dólares en ingresos.
Apostando por aviones más pequeños que el Concorde el gasto de combustible es mucho menor y los problemas de ingeniería menos apremiantes. Viñals señala que «doce horas dentro de un avión se reducirían en teoría con el vuelo hipersónico a tres. Y los supersónicos pueden reducir los vuelos a cinco horas».
Retos constructivos
Sierra, de Comet Ingeniería, explica que alcanzar este tipo de velocidades supone desarrollar en el avión unas formas aerodinámicas semejantes a una aguja. «A partir del Mach 5, los problemas son exponencialmente más complejos que con los aviones supersónicos. No se plantea actualmente que sean tripulados y no se lanzan por su propia propulsión, sino que se cargan en un avión nodriza que despega. Y ya en vuelo, aprovechando la velocidad que lleva ese avión nodriza, la nave hipersónica despega y comienza su vuelo». Ya se ha llegado a alcanzar el Mach 15.
Otro de los grandes desafíos técnicos al superar la barrera del sonido es que el calentamiento del fuselaje aumenta y la resistencia del aire es mayor. La respuesta es ascender hasta 50 km de altura, donde la fricción del aire es menor. También se han desarrollado nuevos materiales para afrontar estos retos, más rígidos, resistentes y ligeros. Fibras de carbono de muy elevadas prestaciones y protegidas por escudos térmicos. La sostenibilidad también es un punto común de los proyectos actuales. La contaminación asociada a los vuelos hipersónicos y supersónicos se debe a motores de combustión, que emiten gases altamente contaminantes.
Además está la contaminación acústica, provocada por la explosión sónica. Cuando un avión rompe la barrera del sonido, genera ondas de choque que causan un ruido tan fuerte que puede romper el vidrio. El Concorde solo podía adquirir velocidad supersónica cuando sobrevolaba los océanos , pero no sobre zonas pobladas. La prohibición de sobrevuelos supersónicos comerciales es para muchos una importante traba sobre muchas rutas potencialmente rentables. Restricciones que no sufre China. En todo este panorama, Sierra apunta que España puede ser un proveedor potente de piezas y componentes con un estándar de calidad elevado y a costos menores que otros países para las empresas que trabajan en estos proyectos.

La UE , en un deseo de no quedarse atrás, ya inició en 2014 un proyecto en vuelos hipersónicos llamado Stratofly , con financiación del programa ‘Horizonte 2020’. Santiago Hernández Ibáñez, catedrático de la Escuela de Ingenieros de Caminos y líder del equipo de diseño del proyecto Stratofly por la Universidad de La Coruña , explica que en el horizonte «hay una ampliación del proyecto, el Stratofly 2, que volaría a Mach 8 a la altura de la estratosfera y podría recorrer los 20.000 kilómetros que separan Madrid de Nueva Zelanda en apenas tres horas de viaje». Su valor diferencial es que la aeronave transportaría a unas 300 personas.
Una propuesta ambiciosa, comenta a ABC el astronauta Pedro Duque , es la de la empresa Destinus , que trabaja en un avión hipersónico capaz de alcanzar velocidades Mach 15 . El ex ministro de Ciencia, que se ha unido a este proyecto como asesor, explica que la iniciativa «busca el transporte de un sitio a otro a máxima velocidad de objetos que se necesiten con gran urgencia». La idea es testar el proyecto en Huelva. Otro prometedor proyecto hipersónico lo encabeza la unidad de la Fuerza Aérea de EE.UU., que ha encargado a la startup Hermeus , con sede en Atlanta, evaluar un diseño de transporte que viaje a Mach 5 y que pueda llevar hasta 20 pasajeros para aplicarlo al avión presidencial .

Por 100 euros
En términos supersónicos, Viñals destaca la propuesta de la empresa estadounidense Boom Technology : el avión Overture, que promete vuelos `low cost´ supersónicos por solo 100 euros. «Nuestra visión para el futuro es que el vuelo más rápido también se convierta en el menos costoso. Ese es el enfoque a largo plazo de Boom para el futuro de los viajes supersónicos sostenibles. Y nos inclinamos hacia tecnologías como los combustibles de aviación sostenibles que permiten que Overture sea un avión con cero emisiones netas de carbono», aseguran a ABC desde esta empresa, que ya ha recibido hasta 76 pedidos de cinco aerolíneas. En 2022 ha iniciado las pruebas de los motores con el primer prototipo del Overture, el Boom XB-1.

Al tiempo la NASA trabaja con la empresa Lockheed Martin con el modelo X-59, con el que trata de resolver el problema del estampido sónico. Sus datos serán determinantes para las decisiones de los organismos reguladores estadounidenses e internacionales sobre la autorización de los vuelos supersónicos comerciales sobre tierra.
Mientras, China está aplicando la tecnología para armas hipersónicas militares al futuro de la aviación civil, algo fuera del alcance aún de EE.UU . La idea es disponer de un avión hipersónico para 100 pasajeros en 2045. Otra empresa china, Space Transportation , va un paso más allá y trabaja en un vehículo capaz de utilizarse para el turismo espacial suborbital de carácter hipersónico. El prototipo Tianxing 1 y 2 se espera que volará en 2023, y será reutilizable.

En esta carrera, Rusia aspira a recuperar el sueño de fabricar aviones hipersónicos aplicando la tecnología estatal avanzada que usa para sus misiles hipersónicos. En la Guerra Fría desarollaron el Tupolev Tu-144 , el avión supersónico que voló antes que el Concorde, pero el proyecto fue abandonado en 1983. Ahora, el instituto Zhukovsky encabeza los nuevos proyectos.
Pese a toda esta efervescencia, Sierra, de Comet Ingeniería, es escéptico. «Dudo que en dos o tres años puedan ser realidad los vuelos supersónicos, y que la aplicación comercial de estos vuelos sea rentable en menos de cinco años. Los vuelos hipersónicos no los veo a nivel comercial, pero sí a nivel militar», precisa. A esto se unen las críticas del Consejo Internacional para el Transporte Limpio , que tras analizar las startups supersónicas, ha calculado que «sus aviones gastarían entre 5 y 7 veces más combustible que las actuales aeronaves comerciales y superarían los límites de emisión de CO2 en un 70%. Por tanto, la capacidad de estas empresas para cambiar el rumbo de la aviación sigue en el aire y se pondrá a prueba en los próximos años.
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