César A. Hidalgo. Experto en Big Data e inteligencia artificial
«No llegaremos a un futuro distinto en un mundo donde nadie se arriesgue a crearlo»
Llamado 'el domador de datos', este economista y físico es capaz de establecer orden en el big data desarrollando programas que son la principal fuente de consulta del mercado, desde Chile a Estados Unidos pasando por numerosos países
![César A. Hidalgo](https://s2.abcstatics.com/media/economia/2021/12/21/RIC_0831-kPNE--1248x698@abc.jpg)
César A. Hidalgo es un físico y empresario chileno, en el pasado fue profesor en el Mit Media Lab, y ahora que dirige el Centro de Aprendizaje Colectivo del Instituto de Inteligencia Artificial y Natural (Aniti) de la Universidad de Toulouse y enseña en ... la Escuela de Ingeniería y Ciencias Aplicadas de Harvard. Reconocido como uno de los mayores expertos sobre la aplicación de la inteligencia artificial y el ‘big data’ al mundo empresarial, Hidalgo (fundador también de Datawheel, una startup con sede en Boston que trata de ‘democratizar’ el mundo de los datos) nos ofrece su punto de vista sobre el presente y el futuro de estas tecnologías.
¿Cuáles son sus principales líneas de investigación?
Por un lado, mi centro de investigación se dedica a la democracia digital. Por otro, tengo una línea de investigación de 16 años sobre la difusión, acumulación y generación del conocimiento. Y también llevo tiempo desarrollando una plataforma de distribución de datos para generar informes automatizados, aplicados al mercado. Empecé a desarrollar herramientas que nos permitían hacer recomendaciones de diversificación económica para regiones y países. Y en ese contexto caí en la cuenta de que la digitalización de muchos estados estaba muy atrasada. Mientras que en 2010 las empresas tecnológicas habían avanzado en la búsqueda en la web, desarrollo de mapas o email, los gobiernos seguían varados en los años noventa. Así surgieron iniciativas como Data Viva y Data USA, y ya hemos hecho más de veinte plataformas que ayudan al proceso de modernización. Y también se aplica a las empresas, porque son entidades que atienden a un gran número de personas y está manejando un fondo de dinero importante. y necesitan herramientas que les ayuden a tomar decisiones y lubricar las piezas para que puedan moverse con facilidad.
En sus conferencias siempre defiende la creatividad como un valor de competitividad.
La tecnología que estamos usando para comunicarnos requiere de inventos y descubrimientos que involucran pensar de manera creativa en cómo combinar las cosas que se conocen, y generar nuevos usos. Pero en cierta manera se necesita ir más allá. Hay leyes de difusión y creación que son más decisivas que la creatividad. Me refiero a aspectos como la generación de conocimiento, su acumulación en algunas regiones, y al desarrollo de instituciones que regulan los mercados y el tipo de organizaciones que podemos formar y limitan las capacidades que tenemos para interactuar con otros.
También asegura que pensar en los datos como archivos es un error. ¿A qué se refiere?
Muchos esfuerzos para distribuir datos están centrados en archivos. Esta es una manera fácil de guardar y compartir datos, pero no es la mejor forma de comunicarlos. En general, los datos se refieren a algún aspecto de la realidad, sea este el genoma de un microorganismo o la economía de un país. Ya sea en una empresa, un Estado o gobierno regional uno necesita elementos macroscópicos como un telescopio para mirar el cielo o un microscopio para mirar a las células, es decir herramientas de visualización de datos para poder mirar los sistemas en los que uno está involucrado. Para comunicar datos hay que incluirlos en historias. Las historias, no los archivos, son los vehículos naturales para comunicar datos. Así los hacemos más accesibles a los motores de búsqueda y a la ciudadanía.
Los gobiernos se mostraron incapaces de generar buenas plataformas tecnológicas de distribución e información para comunicar el número de personas infectadas o los casos. Por ejemplo, el mapa de John Hopkins lo empezó un estudiante chino que había comenzado a estudiar el coronavirus en diciembre. Los instrumentos de inversión pública no están adaptados a la fluidez y la velocidad que necesita el ‘software’. Estamos en una situación donde las capacidades están y las necesidades existen, pero hay una falla entre ambas.
¿Cuál es su último proyecto?
En mi laboratorio de la Universidad de Toulouse lanzamos recientemente Constitutín que permite a las personas construir una constitución que lanzamos en conjunto con la Convención constituyente de Chile. Con un equipo de abogados e ingenieros estudiamos las constituciones del mundo y creamos una plataforma que permite a las personas crear una constitución jugando minijuegos, tomas un tema que recogen las constituciones como el derecho de la privacidad o la estructura del poder ejecutivo y el juego te muestra cómo esto se estructura en distintas constituciones del mundo y luego te toca elegir cómo te gustaría que fuera tu constitución. En estos momentos Chile se encuentra escribiendo una nueva Constitución. En mi grupo hemos estado interesados en desarrollar herramientas de participación digital que sean más escalables.
¿Cuál es la idea que está detrás de esta iniciativa?
La idea en general es que uno puede aumentar a las personas y a la democracia con las herramientas tecnológicas, en cierta manera tenemos una democracia que está en crisis porque hay bastante descontento con los representantes. Tienen un problema de imagen pública que nos ha llevado a una política agresiva que ha provocado una desconexión, pero la apatía no es una solución y la crisis no se resuelve sola y lo que intentamos es aumentar la capacidad de las personas para participar. Internet nos ha ayudado a comunicarnos a gran escala, pero no nos ha ayudado a hacerlo de una manera constructiva. Nuestras herramientas ayudan a la capacidad de deliberación de manera más armónica. Y parte de eso involucra a la IA, porque en general cuando uno tiene un sistema en el que hay muchas decisiones que tomar y las personas tienen un tiempo finito, uno quiere aumentar la capacidad de las personas de tomar decisiones usando la información que la persona te entrega y multiplicarla.
En alguna ocasión has hablado de la visión que tiene Yuval Harari de la tecnología, ¿cuál es su visión?
A diferencia de Yuval, al cual conozco en persona y me cae muy bien, durante los últimos diez años he liderado el desarrollo y lanzamiento de docenas de proyectos tecnológicos. Eso me hace más consiente de las limitaciones involucradas en el desarrollo de la tecnología, tanto técnicas como de los equipos humanos que las crean. Cuando vemos la tecnología desde afuera, se ve potente y bien empaquetada. Pero los que estamos metidos en los "fierros" sabemos que bajo la capota que hay mucha "cinta adhesiva" y un universo tecnológico inestable y cambiante. Es por eso que mi visión es muy gradualista, porque sé que una buena ideo o prototipo están lejos de pasar a producción (muchas veces nunca lo hacen). Es un proceso que poca gente entiende, porque es difícil de entender sin tener experiencia en el juego mismo. El resultado es una población que cree que ya tenemos todas las tecnologías necesarias para resolver muchos problemas, y que las limitaciones son solo intenciones o intereses. La realidad es más compleja, tanto en las limitaciones de las tecnologías mías como en las dificultades de escalar los equipos de desarrollos necesarios para llevar una idea de un prototipo a producción.
¿Cuáles cree que son los mayores retos tecnológicos en los próximos años?
Creo que uno de los mayores desafíos de este siglo será la creciente brecha entre las instituciones formales y la tecnología digital. Cuando veo series de ciencia ficción, como ‘Star Wars’ o la serie ‘Fundación’ (basada en los libros de Asimov), me sorprende lo imaginativas que son en tecnología y lo mundanas que son en términos institucionales. Son civilizaciones intergalácticas regidas por imperios o asambleas. Fantasías futuristas en lo tecnológico y cuasi medievales en lo institucional. Entiendo que eso ayuda a crear los conflictos necesarios para una serie de acción pero también creo que es una brecha que hoy debemos enfrentar. ¿Será también así nuestro futuro o encontraremos mejores formas de organizar nuestra acción colectiva? No sé cuál es la respuesta, pero sí estoy seguro que no llegaremos a un futuro distinto en un mundo donde nadie se arriesgue a crearlo.
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