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Un tercio de las hipotecas todavía seguirán encareciéndose en 2024

Más de 42.000 hogares ya han solicitado las ayudas que ahora Sánchez quiere ampliar

El Banco de España espera un repunte de la inflación el año que viene y reajusta a la baja el crecimiento para 2024 y 2025

Nadia Calviño, vicpresidenta del Gobierno en funciones, y Pablo Hernández de Cos, gobernador del Banco de España josé ramón ladra
Daniel Caballero

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Más de 42.000 hogares han solicitado ya ayudas a las hipotecas en los siete primeros meses de 2023. Concretamente, 42.800 familias, por un montante de 5.367 millones de euros de deuda pendiente, según ha desvelado el Banco de España en su último informe de estabilidad financiera. Unas medidas que el supervisor avala para evitar los impagos. «Ante el aumento de la presión financiera de los hogares, la modificación de las condiciones contractuales de su deuda puede contribuir a aumentar las probabilidades de recobro y mitigar los impactos negativos sobre el consumo», indica el documento. Todo ello, además, en un entorno en el que las hipotecas se seguirán encareciendo porque todavía falta que se traslade por completo la subida del euríbor a la totalidad de los préstamos para vivienda.

La institución reconoce que «el número de solicitudes ha sido limitado con respecto al número total de hipotecas vivas (menos del 0,4%) y también respecto a las que cumplían las condiciones para acogerse». Sin embargo, destaca también que la cifra es «notablemente superior al volumen medio observado en períodos de esta duración en la experiencia histórica del código de buenas prácticas (CBP) introducido en 2012. Ahora se piden más las ayudas a las hipotecas que con el anterior código.

Estas ayudas son dos códigos de buenas prácticas que llevan en vigor desde principios de año. El primero es una modificación del que ya existía para familias vulnerables y el segundo, de nuevo creación, para hogares en riesgo de ser vulnerables. Las medidas, así, se aprobaron en colaboración con las entidades financieras derivadas de la subida de las cuotas hipotecarias por el ascenso del euríbor y van desde congelación de cuotas, a ampliación de plazos, carencias...

En una edición anterior del mismo informe, el Banco de España calculó que se beneficiarían de estas medidas unas 200.000 familias, una cifra que queda muy lejos del millón que calculó el Ejecutivo. Ahora el volumen de solicitudes ya está en 42.800, pero no todas están aprobadas.

En el documento actual, el supervisor bancario indica que solo el 8% de las peticiones de adhesión a las ayudas están efectivamente realizadas, mientras que un 50% están pendientes de resolución. Alrededor de un 40% han sido rechazadas, «un porcentaje muy elevado por no ser elegibles de forma objetiva para el programa».

Muchas de las solicitudes ya han sido rechazadas, y por ahí también es donde quiere actuar el Gobierno. En el pacto PSOE-Sumar para hacer presidente a Pedro Sánchez se incluye, entre otros asuntos, una ampliación del umbral hasta 37.800 euros de renta para beneficiarse de las ayudas, frente a los algo menos de 30.000 euros en que está actualmente.

Relacionado con todo ello, el Banco de España señala que es de esperar que los tipos de interés se trasladen con más fuerza a la presión financiera que soportan los hogares. Es decir, que cada vez haya más familias con una salud financiera cuestionable, ya que todavía falta que el euríbor se traslade a todas las hipotecas. «Se estima que alrededor del 30% de las hipotecas a tipo variable experimentarán una revisión al alza de sus tipos de interés de más de 1 punto porcentual en los 12 meses posteriores a junio de 2023», indica el informe. Un tercio de las hipotecas todavía tienen que sufrir un golpe mayor en su cuota por culpa de la subida del euríbor, que aunque ahora se ha estancado en el entorno del 4,1%, puede suponer un problema para muchas familias.

En este sentido, la institución dirigida por Pablo Hernández de Cos advierte de que «el porcentaje de hogares con deuda con una carga financiera neta elevada se vería presionado al alza en 4,2 puntos porcentuales, hasta el 14,6%, ante un incremento del euríbor a 12 meses de 500 puntos básicos (algo superior al observado hasta ahora)».

Aun así, esto no quiere decir que la banca esté afrontando, ni que vaya a afrontar a corto plazo, una ola de morosidad. Esto sí que es un riesgo para las entidades financieras españolas pero por el momento la situación está contenida. «La calidad crediticia en España, sin embargo, sigue mostrando una notable resiliencia y no se aprecian señales destacables de deterioro», dice el Banco de España.

Riesgos para España

La subida de los tipos de interés por parte del Banco Central Europeo (BCE) lleva año y medio presionando a las familias españolas, pero el impacto no se queda ahí. El Banco de España afirma que en los próximos trimestres las empresas también verán más lastrados sus resultados, en buena medida por los costes de financiación.

«El aumento gradual del coste medio de la deuda corporativa a medida que se trasladan los aumentos de los tipos de interés, en particular a la vinculada a préstamos bancarios, que ha empezado a frenar el avance de los beneficios después de intereses en el primer semestre del año, continuará de forma previsible ejerciendo una presión negativa sobre la rentabilidad», indica el documento.

Asimismo, el informe añade que en las compañías afrontarán riesgos sobre su rentabilidad más allá de los costes de financiación. «El menor impulso de la demanda tenderá a frenar el avance de sus beneficios, tanto a través de un menor dinamismo de la facturación, como por la capacidad más limitada para trasmitir los aumentos de costes a sus precios de venta. Además, la presión al alza sobre los costes laborales y de los inputs energéticos también contribuiría a una evolución menos positiva de los beneficios», ahonda.

Ante esta situación, el supervisor bancario reclama a las entidades prudencia y que mantengan una política de provisiones y de planificación del capital adecuadas, para evitar que un futuro golpe en sus balances suponga un problema mayor.

Más en términos macroeconómicos, el Banco de España también advierte, una vez más, sobre el elevado nivel de endeudamiento público y de déficit público estructural, que siguen representando «un elemento de vulnerabilidad significativo de la economía española, en particular ante potenciales escenarios de cambios abruptos de la percepción de riesgo de los mercados, como los mencionados con anterioridad».

La institución señala que con una deuda estancada por encima del 100% y el déficit estructural superando incluso el 3%, se reduce el espacio fiscal par que España pueda actuar frente a futuras crisis. «En este contexto, la política fiscal debe cumplir con las recomendaciones de la UE, de forma que se reduzcan gradualmente el endeudamiento y el déficit público estructural. Para ello, se requiere el diseño e implementación de un programa de consolidación fiscal sostenida en el tiempo». Y añade que se requiere también «un paquete de reformas estructurales ambicioso», que «contribuiría al objetivo de reducción de los desequilibrios fiscales a través del aumento del crecimiento potencial de la economía».

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