Hazte premium Hazte premium

Tenis

Coco Gauff, la impostora que reina en Nueva York

La joven tenista, que tuvo problemas de confianza en sí misma, se ha convertido en la gran atracción del US Open para el público local

Los secretos del entrenamiento de Carlos Alcaraz

Coco Gauff, tras vencer a la checa Karolina Muchova AFP
Javier Ansorena

Javier Ansorena

Corresponsal en Nueva York (estados Unidos)

Esta funcionalidad es sólo para registrados

La primavera del año pasado, Coco Gauff se metió en la final de Roland Garros. La joven estadounidense cargaba desde 2019 con la responsabilidad de suceder a Serena Williams, la dominadora del tenis mundial de este siglo. En aquel año, Gauff irrumpió con 15 años en los grandes escenarios del tenis mundial: se metió en octavos de final tras tumbar a Venus, la hermana mayor de Serena.

Serena había desperdiciado en 2018 la posibilidad de convertirse en la jugadora más laureada de la historia -con 23 'grandes', se quedó a uno de igualar a la australiana Margaret Court- y EE.UU. encontró en Gauff -adolescente y negra- la persona ideal para tomar el relevo.

A Coco le costó llegar a lo más alto, como en aquella final en París, donde cayó con claridad ante la número uno del mundo, Ida Swiatek. «No creía que tenía lo que hay que tener, en especial contra Ida», ha explicado esta semana, tras volver a meterse en una final, esta vez en Nueva York, que disputará hoy contra Aryna Sabalenka. Será su oportunidad para coronarse por primera vez.

Los juegos mentales que provoca el tenis se lo pusieron difícil. Cuando conseguía buenos resultados, como llegar a una final de un 'grande' pensaba que no lo merecía. «Siento el complejo del impostor», dijo el pasado abril. «Es algo serio y lo siento a veces. Estoy trabajando en ello para entender que estoy donde estoy por una razón, que mi ranking es el que es por una razón y que merezco todo eso de verdad».

Quizá las dudas sobre su impostura y sobre sus capacidades le volvieron a afectar en Wimbledon este año, donde cayó en primera ronda contra Sofia Kenin. Desde entonces, parece haber conseguido despejar esas sombras y ha firmado una temporada de verano en pista dura difícil de superar: campeona en Washington, cuartos en Toronto y vencedora otra vez en Cincinnati, la gran prueba preparatoria para el Abierto de EE.UU., donde ganó a Swiatek en semis y a Muchova en la final.

«Ahora me estoy creyendo más que merezco lo que me pasa», aseguró en rueda de prensa tras ganar su pase a la final sobre ese síndrome. «He tratado de hablar sobre mí con positivismo y de decirme que soy una gran jugadora».

De eso no hay dudas fuera de la cabeza de Gauff. La estadounidense, de 19 años, la más joven del país en llegar a una final desde Serena en 2001, es una de las grandes sensaciones en Nueva York. Desde hace años, se la disputan las marcas, y en Flushing Meadows es la tenista que más espectadores congrega en el cuadro femenino.

La aspirante considera que ahora está mejor preparada para una final. «Me he estado centrando en mí misma, tratando de no ir a las redes sociales o escuchar lo que dice la gente sobre si puedo o no puedo ganar»» dijo. A Gauff no le quitó la concentración ni una protesta climática en las gradas de Arthur Ashe, la central del Abierto de EE.UU. Cuatro activistas interrumpieron el partido con sus gritos, pero el parón se alargó mucho más de lo esperado: uno de ellos se había pegado sus pies desnudos contra la butaca y tardaron 50 minutos en sacarlo de allí.

Sabalenka, su rival

Pero quien tendrá la palabra más importante sobre las posibilidades de gloria de Gauff es Sabalenka. La bielorrusa era favorita desde antes de que empezaron a sonar los raquetazos en Queens y remontó en semifinales de manera heroica ante otra estadounidense, Madison Keys.

La jugadora local salió en tromba y le endosó un 'bagel', un donut, un set en blanco a la favorita. Sabalenka, se aferró al partido como pudo y forzó el 'tie break' en el segundo set. La moneda volvió a caer de su lado en una nueva muerte súbita en la tercera manga, que pudo haber sido trágica.

Porque Sabalenka celebró la victoria -tiró la raqueta, se llevó las manos a la cara- con el marcador 7-3. Se le olvidó que en este torneo, cuando se llega al 'tie break' en el set definitivo, hay que llegar a diez puntos.

«Estoy feliz de haber sido capaz de mantener la concentración y acabar ganando el partido»; celebró Sabalenka tras la victoria (0-6, 7-6, 7-6), que le abre la puerta para levantar un segundo 'grande', tras su victoria en Australia a comienzos de año.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación