Tenis
Alcaraz y la incertidumbre en su tercera gran semifinal
Wimbledon
El español cambia sus hábitos y se concede día libre la víspera de un partido, ante Medvedev, que no sabe cuándo comenzará porque irá tras el Djokovic-Sinner
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Horario y dónde ver Alcaraz - Medvedev

Ya ha conseguido tanto que a veces uno se olvida que Carlos Alcaraz tiene 20 años. Que solo ha disputado dos semifinales de Grand Slam: US Open 2022, ante Frances Tiafoe, que ganó, suelto; y Roland Garros 2023, ante Novak Djokovic, que perdió, acalambrado. ... En esta tercera que hoy estrena en Wimbledon, contra Daniil Medvedev, (en el segundo turno de la pista central, tras Djokovic-Sinner, que comienza a las 14.30 horas, Movistar) el español intentará poner en práctica lo que le funcionó de la primera y evitar lo que no funcionó en la segunda. Son distintos rivales, pero la ronda es la que es. Y tiene 20 años.
«Es una semifinal de Grand Slam, en Wimbledon, voy a estar igual de nervioso contra Daniil que contra cualquier otro –razonaba–. Desde la de París ha pasado bastante para analizar qué hice mal, y tengo ahora otra oportunidad para hacerlo mejor. Quizá probar otra rutina antes del partido, hablar más antes». En Wimbledon, cambia el paso. Si ante Djokovic en París se pasó un rato en la pistas de entrenamiento, llena para verlo en directo, la dinámica se rompe ante Medvedev en Londres. Aunque sus entrenamientos son más un peloteo para desengrasar la mano y unas risas con el equipo para soltar los nervios, decidió no acercarse al All England Tennis Club; apostó por la sesión de fisioterapia en el hotel y relajación.
Sobre todo porque se va acercando lo que se auguraba desde el inicio, ya en semifinales, donde nunca había estado, tan cerca del domingo que todo quema un poco más. Aunque sin casi notarse, la presión se acrecienta con el paso de los días. Lo asume de palabra –«Sí, me veo preparado para ganar Wimbledon»–, y también de cuerpo, como ante Alexandre Muller en su primera presencia del curso en la pista central (donde había perdido el único partido previo, ante Sinner en octavos de 2022), como ante Holger Rune en cuartos. Superior por físico y por todo lo demás, tensó de más los músculos en el primer set. Estuvo bien, seguro, fino, pero también con ese punto de presión que él mismo reconocía. «He empezado bastante nervioso, he estado luchando internamente y hasta el final del primer set no he sabido cómo controlar esos nervios y emociones. El grito me ha ayudado a soltar todos los nervios, cambiar un poco el juego y empezar a disfrutar». A partir de ahí, el triunfo.
Ante Medvedev hoy tiene otro reto de los grandes. El ruso, quinta edición en Wimbledon, también estrena semifinales, pero también las armas cargadas. Y la adrenalina por las nubes porque le tiene ganas a Alcaraz. Fue el ruso quien venció en su primera cita en el circuito profesional, precisamente en estas pistas, en 2021; pero el último antecedente se lo llevó el español por paliza: 6-3 y 6-2 en la final del Masters 1.000 de Indian Wells.
«Creo que lo de Indian Wells no cuenta mucho para este encuentro. Las condiciones allí eran muy lentas y no va a ser lo mismo. En Wimbledon la pelota bota muy poco; el saque es más importante; allí no tenía la sensación de que pudiera hacer puntos gratis», explicaba el ruso tras vencer en cinco sets a Christopher Eubanks. Se confía el ruso en que no es el Medvedev de marzo, pero tampoco es este el Alcaraz de 2021. Y la semifinal anda muy pareja en números si es que eso alguna vez puede dictar sentencia en una pista de tenis. A los 115 golpes ganadores del ruso responden los 121 del español, aunque este duplica con la derecha (75-36), mientras el ruso se desmarca con el revés (46-30). También por errores van por el mismo camino, limitados a 115 para el ruso y 121 para el español, y son ya cinco partidos a cinco sets. Solo con el saque sobresale Medvedev, 57 aces por los 35 de Alcaraz, pero estos son más potentes, con una máxima de 217 kilómetros por hora por los 206 del ruso.
Conchita Martínez, nombrada en la jornada de ayer directora de las Finales de la Copa Billie Jean King, analizaba así la partida: «Medvedev es una piedra, es muy luchador. Su juego se adapta muy bien a la hierba, juega superplano, la pelota no se levanta demasiado del suelo y Carlitos va a tener que agacharse mucho». Pero la campeona de Wimbledon 1994 apunta a la confianza del español. «Se le ve muy cómodo, se ha adaptado a la perfección, puede aguantar desde el fondo, ser agresivo, ganar con la volea. La confianza que tiene es un plus».
La confianza, otra vez ella, que pasa por domar los nervios, otra vez ellos. El golf, bromear con su equipo y pasear le sirven para los días de descanso, pero hoy se enfrenta a la incertidumbre de no saber a qué hora saltará a la pista. Solo conoce que será después del Djokovic-Sinner, ya sabiendo, para bien o para mal, quién estará el domingo en la final. «En tenis, a no ser que tengas el primer turno o un 'no antes de', no puedes prepararte en función del horario, y es algo muy difícil de prever. Lo que intentas en esos casos es programar el partido contando que puede suceder algo o que será un partido corto», explica Anabel Medina.
Apunta en dos direcciones: preparación física y mental: «Si luego se va a las cinco horas lo intentas gestionar lo mejor posible. Primero para que las emociones no te pasen factura de estar como jugando el partido antes durante mucho tiempo; o todo lo contrario, no quedarte aplatanado y entrar en la pista medio dormido después de tanta espera. Y tener los horarios de comida y de calentamiento. No entrar en la pista con el estómago vacío, sino preparado para luego poder estar cuatro o cinco horas en pista. Y hacer un buen calentamiento para entrar en la pista activo si el partido ha sido muy largo». "Cada jugador tiene sus propias rutinas. Cuando no sabes cuándo vas a jugar, los tenistas hacen un calentamiento previo en pista antes del primer partido, y cuando prevé que va a terminar empieza un precalentamiento suave de activación. Si el partido termina, como hay un pequeño tiempo entre partidos, se intensifica el calentamiento en el gimnasio con ejercicios específicos enfocados al partido. Si se alarga el partido se vuelve a esperar, y comienza el mismo proceso. No es lo más fácil, pero los jugadores ya están acostumbrados a estas situaciones y lo tienen muy asimilado", corrobora Pato Clavet.
Una incertidumbre que ya sufrió en la segunda ronda, aplazada para el día siguiente por la lluvia. Una incertidumbre que Alcaraz también quiere aprender a dominar. Ya no es el de la semifinal del US Open 2022, ni el de la de Roland Garros 2023. Ha sumado todo; es el Alcaraz de Wimbledon.
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