Fútbol americano
Swiftmanía en Las Vegas: la obsesión por la Super Bowl se dispara en EE.UU.
Taylor Swift se cuela en una fiesta que no era suya: en la semana de la Super Bowl, la gran cita del deporte en EE.UU., ella es la protagonista
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![Kelce y Swift](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/deportes/2024/02/09/superbowl2-RGNNqH0tNrrTHFmp8Ct2wDP-1200x840@abc.jpg)
'Tenemos audiciones para Swifties'. Un cartel luminoso gigantesco da la bienvenida al 'Larry Flint's Hustler' de Las Vegas, el club de 'striptease' más conocido -quizá no el más refinado- de la 'Ciudad del pecado'. Es un llamamiento a chicas que quieran trabajar en ... sus salas y que se parezcan a Taylor Swift. El club busca bailarinas con la melena rubia, la tez clara, carmín rojo en los labios y ojos almendrados porque ese es el rostro de la fantasía que domina hoy a EE.UU., a Las Vegas y -de manera inesperada hace solo unos meses- al deporte rey del país, el fútbol americano.
La ciudad de Nevada acoge mañana la Super Bowl, la gran final del fútbol americano, el clímax deportivo anual, y Swift se come buena parte de la atención. Su noviazgo con Travis Kelce, puntal de los Kansas City Chiefs, uno de los equipos de la final, ha sacudido al fútbol americano y ha disparado -algo que parecía imposible- la obsesión del país por la Super Bowl.
En Hustler, con el estadio donde se jugará el partido a la vuelta de la esquina y con la silueta de luz de hoteles excesivos de fondo, buscan hacer caja con ello. Un segurata grande como un armario cachea al visitante -«¿Lleva usted algo puntiagudo?», pregunta mientras lo ejecuta, y no se le ve cara de broma- antes de que la recepcionista pida cincuenta dólares para poner el pie dentro del club. Serán muchos más este fin de semana, con paquetes especiales relacionados con la Super Bowl.
«Se están presentando cientos de chicas para hacer de 'Swifties', tenemos muchas con ese parecido», asegura Gabby Smitth, la encargada del local. «El bombo del partido y del noviazgo es una locura, vamos a estar llenos a rebosar y eso que abrimos todo el día y toda la noche». El 'Hustler' de Las Vegas se ha colado en algunos titulares por ofrecer a Swift y Kelce una noche en el club con un valor de un millón de dólares -migajas para ellos-, un gancho más para ganar publicidad gracias a la pareja.
En la esquina contraria del negocio del amor también se busca un trozo del pastel Swift-Kelce. Una capilla de las muchas que ofician bodas a la carrera en Las Vegas, la 'Chapel of the Flowers', ha anunciado que les regala una boda a los novios si deciden cerrar el fin de semana de la Super Bowl con una promesa de amor eterno. Y extienden la invitación a cualquier pareja con sus nombres, Travis y Taylor.
La Swiftmanía está por todos lados en Las Vegas. Los hoteles y casinos se inventan cocktails inspirados en la cantante -el 'Niebla de lavanda' del Four Seasons, el 'Historia de amor' en el Mandalay, ninguno suena muy apetecible-, bocadillos, batidos, platos y cualquier cosa que se pueda atribuir a Swift o a su pareja.
El 'Silverton', como muchos hoteles, ofrece a sus huéspedes un paquete inspirado en Swift: incluye una camiseta, el café preferido de ella -un 'latte' desnatado al caramelo-, una botella de vino blanco y un ramo con trece rosas, en honor a su número favorito.
Ese número -el 13- es al que más se apuesta en los casinos, grandes como campos de fútbol, donde todavía se puede fumar y donde gentes de todo el país queman dólares con cierta tristeza. El siguiente es el 87, el que luce Kelce en la espalda. Otras apuestas son más extravagantes. Hace unos días, toda la preocupación en Las Vegas era si Swift conseguiría llegar hasta el desierto de Nevada después de su concierto en Japón de este fin de semana y si su avión privado encontraría aparcamiento en el aeropuerto de la ciudad. Despejadas esas dudas -¿cómo no va a estar en la cita?-, ahora se discute qué hará la estrella en el partido. Las casas canadienses -en EE.UU. no se puede jugar dinero a cosas que no ocurren en el campo- permiten apostar a cuántas veces aparecerá Swift en la pantalla e incluso si Kelce se arrodillará al final del partido en el terreno de juego y le pedirá matrimonio.
«Va a ser todo una locura», dice Monique, taxista en Las Vegas. Se declara fan de Swift, pero dice que no cogerá el volante ese día. La cantante vino aquí en marzo, llenó el estadio Allegiant, donde se juega mañana la Super Bowl dos veces seguidas, y los alrededores eran un caos. «Aquella vez llevé a una madre y sus dos hijas al concierto. Se habían gastado tres mil dólares por cabeza para verla», dice mirando al cielo.
Reventa
La Super Bowl de este año -mucho más cara, la reventa más barata está a unos ocho mil dólares- es un fenómeno porque es la eclosión de dos mundos tan populares como alejados: el pop de marca blanca y adolescente de Swift y el juego brutal, rompehuesos, en el que destaca Kelce.
«Son culturas que hasta ahora no se han cruzado mucho», explica Stephanie Hubbard, una fanática de los Chiefs, que ha venido a Las Vegas desde el sur de California. La locura por Swift en la Super Bowl le parece algo bueno «porque ha hecho que muchas chicas se interesen por este deporte, que aprendan, que lo entiendan, que lo disfruten. Ahora hay niñas que ven los partidos con sus padres, es una forma de conectar que antes no tenían», añade desde un centro comercial del Mandalay. Justo detrás tiene una tienda en la que se vende ropa oficial de la Super Bowl. En lugar destacado, una sudadera con la leyenda 'En mi era de los Chiefs', un guiño evidente a la cultura 'swiftie'.
Esa sudadera es un grano de arena en el impacto económico de Swift en este deporte. Un estudio de 'Apex Marketing Group' estima en 330 millones de dólares el incremento del negocio para los Chiefs y la NFL por la aparición de la cantante. Hasta que Swift surgió el pasado septiembre en el palco de un partido de los Chiefs, al lado de Donna, la madre de Kelce, nada la relacionaba con el fútbol americano.
Eso no incluye lo que ocurrirá a partir de esta Super Bowl. El partido es cada año la retransmisión televisiva más seguida y se espera que este año se batan récords. Porque hay muchos que solo se paran delante de la televisión para el espectáculo del descanso (este año lo protagonizará el rapero Usher). Ahora estarán pendientes de si la cámara enfoca a Swift tras una recepción de Kelce o de si los novios se lían a besos y abrazos desde el terreno de juego para celebrar la victoria.
Quienes sueñan con ese final feliz -la extraña coalición que forman la NFL, los 'swifties' y los medios- deben recordar que esto -incluso esto- es deporte y habrá un equipo enfrente, los San Francisco 49ers. Si la noche acaba en derrota, Las Vegas -empezando por Hustler's- tendrá sus crupieres, camareros y bailarinas listos para ofrecer consuelo.
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