Hípica / entrevista
Sira, amazona e hija de Luis Enrique: «Con mi padre no hablo de fútbol, lo tiene prohibido; y de caballos menos, no entiende»
La amazona, una de las más prometedoras de la hípica española, atiende a ABC antes de su debut en el Madrid Horse Week 2024
Hoy comienza el Madrid Horse Week 2024, uno de los eventos de hípica más importantes del mundo, pura competición equina que reunirá hasta el 2 de diciembre a los mejores jinetes y amazonas del panorama internacional en los pabellones 12 y 14 del Recinto Ferial IFEMA. Son muchos los nombres que levantan pasiones en las horas previas al inicio de la competición, como Eduardo Álvarez Aznar, jinete número uno del ranking nacional, o Santi Serra, que ofrecerá un espectacular show de doma en libertad con caballos árabes, americanos y frisones.
Sin embargo, hay una nueva estrella que ha desatado un interés sin precedentes en el panorama mediático. Se llama Sira Martínez y, además de ser una de las amazonas españolas más prometedoras y estar entrenada por el reconocido jinete brasileño Pedro Veniss, es hija del exjugador y actual entrenador del PSG Luis Enrique.
Son las 10 de la mañana, el sol y la ausencia de nubes disipan el frío otoñal de Madrid y, desde primera hora, diversos jinetes, tanto amateurs como profesionales, ponen a prueba sus capacidades en el Club de Campo Villa de Madrid. Hay más revuelo de lo habitual en el plácido escenario, los periodistas hacen cola y, puntual, aparece Sira con una maleta y ya equipada con ropa de montar. Viene directa de Barcelona, una de sus residencias habituales junto con París y la propia capital, para conceder la entrevista previa a su debut en el Madrid Horse Week y cumplir compromisos promocionales.
Martínez posa con una naturalidad extraordinaria, bromea con los caballos, habla con ellos, y, mientras, responde a las preguntas de ABC. Cuenta que es una pionera, pues nadie en su familia ha montado jamás. «Yo tenía una amiga cuando era pequeña, con ocho años, cuyo padre era herrador. Tenían una finca con caballos y juntas decidimos empezar a montar. Jugaba al tenis, al pádel y bailaba, pero las consideraba actividades extraescolares. Cuando cumplí 12, me tuvieron que operar del codo por una caída cuando vivíamos en Roma. Al estar un año entero sin montar, me di cuenta de que realmente era mi pasión. Yo creo que en mi casa se pensaban que era una moda pasajera», asegura.
Una decisión que, a toro pasado, pareció la correcta, ya que la amazona se convirtió en campeona de España de saltos en la categoría juvenil en 2020, triunfo que le dio acceso a competir junto con sus tres caballos, Texas, Pipper y Jana, en varios de los torneos más exclusivos del mundo. «Para mí es un trabajo. Me estoy sacando la carrera de Economía, pero lo hago a distancia porque estoy siempre viajando a raíz de las competiciones. Además, me estoy introduciendo en el negocio de la compraventa de caballos».
Su trayectoria la avala, pero para el periodista deportivo es imposible no preguntarse cómo Luis Enrique, uno de los personajes más influyentes del fútbol español en el sigo XXI, un competidor inabarcable, ha influenciado a la figura de su hija. Un primer análisis arroja que Sira se siente mucho más cómoda delante de un micrófono que su padre y que, además, ambos se ríen de forma muy similar. Pero hay mucho más detrás.
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«En mi casa me dicen que soy la que más me parezco a mi padre, soy muy competitiva. Me gusta ganar, y me fastidia cuando tengo que ahorrar esfuerzos en una prueba clasificatoria para poder intentar la victoria al día siguiente. Siempre quiero ganar», explica con un discurso claro, sin fisuras, muy parecido a los que suele desarrollar el técnico asturiano en sus ruedas de prensa.
Dos depredadores que, sin embargo, no comparten las inquietudes de sus respectivos campos. «Con mi padre no hablo de fútbol ni de caballos. De lo primero, porque en casa no se habla de fútbol, está prohibido. Y de lo segundo, porque él no entiende de animales», explica Sira entre risas. Pero la indiferencia de Luis Enrique no es total ya que, como ha asegurado la amazona, la pasada temporada, cuando tuvo un bache en el plano deportivo, encontró en el extrenador de clubes como el Barcelona o la Roma mucho más que un padre, un confidente que, tras haber vivido de todo en el deporte rey, supo ayudarla a rehacerse ante la adversidad.
De tal palo tal astilla y ahora Martínez, además de seguir creciendo a lomos de sus caballos, tiene una gran meta en el horizonte. «Mi sueño es estar en los Juegos Olímpicos de Los Angeles en 2028».
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