¿Qué pasó con... Luis 'Pitufo' Álvaro?
Este sevillano fue dos veces campeón de España de motociclismo con quince años y ha sido de los pocos andaluces que ha competido en el Campeonato del Mundo, siendo piloto revelación en 1989
El sevillano Luis Ignacio Álvaro (1972) empezó a montar en moto antes que en bici, con cuatro años, y tal fue su progresión y precocidad que a los 16 años ya estaba compitiendo en el Mundial de motociclismo. Lo apodaron Pitufo y así, como Pitufo ... Álvaro, se le conoció en el mundillo hasta que a los 24 colgó el mono para iniciar una nueva vida.
¿Le molestaba su apodo?
No, me lo pusieron cuando empecé. Como era pequeñito, Baldomero Torres, el locutor del Circuito de Jerez, empezó a llamarme Pitufo y se me quedó. Siempre lo he tomado con cariño. Lo llevo con orgullo. Me trae muy buenos recuerdos de una etapa muy bonita de mi vida.
¿Cómo comienza su historia?
Empecé porque mi padre era muy aficionado a las motos. Soy el pequeño de cinco hermanos y aprendí a montar en moto con cuatro años. Con trece, hicieron una prueba en el Circuito de Jerez a la que me presenté con mi hermano, con Jaime, y tuve la suerte de que me eligieron. Con quince años fui dos veces campeón de España, de 80 y 125. Fue maravilloso. Ganar dos Campeonatos en un mismo año, en los que tuve el apoyo de E. Castro, era un meritazo.
En el Campeonato del Mundo empieza con Krauser, ¿no?
Con Krauser, sí, marca alemana, en 80 cc. La preparó muy bien Eduardo Castro, que es como mi segundo padre. Una bellísima persona, muy trabajador. Lo quiero mucho y también a su familia. Los adoro.
La etapa en Derbi no fue como esperaba.
No. Era una elección muy buena porque Derbi había dado campeones del mundo, como Ángel Nieto, Ricardo Tormo, Álex Crivillé, Champi Herreros. Era difícil rechazar esa propuesta en aquella época. Tenía ofertas muy buenas de Marlboro y Ducados, pero había que montar el equipo y con Derbi tenías una fábrica trabajando para ti. En Suzuka, en la primera carrera, las motos no eran competitivas y Derbi anuncia que se retira. Y en el segundo año, a pesar de todos los problemas que tuve, porque las motos se rompían, fui el segundo mejor español tras Aspar.
¿Se hacen amistades a nivel de pilotos en el paddock?
Hay mucha rivalidad en la carrera y muchas veces con tu compañero de equipo. Pero yo guardo muy buenos recuerdos y tengo grandes amistades del Mundial. Y eso que hace años que me retiré. Hace poco estuve en la casa de Milán de Ezio Gianola, mi compañero en Derbi. También con Torrontegui, con Aspar...
¿Por qué lo dejó?
Por desmotivación. Se generaron unas expectativas altas, y después de unos años en que se fueron truncando, llegó el 96 y estaba decepcionado con los sponsors y las condiciones mecánicas. Tenía casi todos los huesos del cuerpo rotos, pero me sentía joven, con ilusión de tener un trabajo cotidiano y ver más a mis padres, mis hermanos y mis amigos. Cuando empiezas tan pequeño, hay una infancia que te pierdes. Estás siempre de viaje y con la presión encima de hacerlo bien. Detrás de cada triunfo hay mucha gloria y a veces mucha pena.
Luego siguió ligado a la automoción.
Sí, y ahora estoy en la start up Scoobic Urban Mobility. Trabajamos con grandes, medianas y pequeñas empresas para el reparto de mercancías al casco urbano de la última milla con motos cien por cien eléctricas. Estamos subiendo como la espuma y muy contentos. Es un proyecto muy bonito, diferente. Le tengo mucho aprecio al CEO, José María Gómez, que era un sponsor de mi época de piloto y con quien me une una gran amistad.
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