Hazte premium Hazte premium

real madrid

Vinicius no piensa parar: cárcel, estadios cerrados y pérdida de puntos

El brasileño solo quiso ser protagonista por su fútbol, pero tras un año de vejaciones xenófobas sin soluciones, luchará hasta el final por acabar con el racismo en España

Las protestas del brasileño por los ataques racistas disparan las detenciones, las actuaciones y las condenas públicas de quienes hasta hace nada ni pestañeaban por lo sucedido

El «estoy harto» de Vinicius, el «aquí me tienes» de Florentino y el dedo acusador contra Rubiales

Vinicius, señalando a uno de los aficionados racistas REUTERS
Rubén Cañizares

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Cuatro meses después de que un muñeco de color negro, con una camiseta del Madrid y el nombre de Vinicius a la espalda, fuera colgado de un puente en la M-11 ubicado cerca de la ciudad deportiva de Valdebebas, justo ahora, la Policía Nacional detuvo en la mañana de ayer a cuatro aficionados del Atlético, tres de ellos miembros activos del Frente Atlético. Todos, según la investigación de las autoridades, participaron presuntamente en este delito de odio cometido en la madrugada del 25 al 26 de enero, noche previa al derbi de Copa.

Las detenciones se llevaron a cabo solo cinco días antes de las elecciones municipales y autonómicas, y 48 horas después de los lamentables hechos acontecidos en Mestalla. No parece, precisamente, un movimiento casual. Los incidentes racistas contra Vinicius en el estadio del Valencia han alcanzado tal magnitud, con el agravante de reincidencia desde hace ya más de un año, que han generado un problema diplomático entre Brasil y España. El embajador del país sudamericano en Madrid ha pedido explicaciones a los organismos políticos y deportivos competentes en la materia y, hasta el Cristo Redentor, emblema de Brasil, se apagó durante unas horas en solidaridad con Vinicius.

Unión impensable

España es, en estos momentos, sonrojo mundial por su tolerancia con el racismo, escenario de pánico que aprieta el botón del oportunismo político, y del deportivo. Lo que parecía imposible, que LaLiga y la Federación fueran de la mano en cualquier asunto, por mínimo que fuera, lo va a lograr este caso y la presión mundial que lo rodea. Tan sólo un día después de cruzarse nuevamente ataques al calor del racismo, ambos organismos anunciaron ayer que, de aquí al final de temporada, ejecutarán de la mano la campaña «juntos contra el racismo» para echar a los autores «fuera del fútbol». Se implementará en redes sociales, en el marcador de las retransmisiones, en la presentación de los onces, en los brazaletes de los jugadores y en los 'flyers' que los clubes repartan en sus estadios. Tebas y Rubiales, dándose la mano. Frótense los ojos.

A ello también ha contribuido el salto hacia adelante del Madrid. El club blanco ha dicho basta y no piensa pasar ni una más. Tras los contundentes comunicados del lunes, llegó el turno de que Florentino pusiera cara y ojos a la indignación blanca: «Lo ocurrido es muy grave. La sociedad en la que vivimos no se merece lo que está pasando. Por ello, anuncio que el Madrid no va a tolerar más insultos racistas contra nuestros jugadores. Es esencial cambiar radicalmente la estructura arbitral del fútbol en España para nunca hacer responsable del delito a la víctima que lo sufre, como está ocurriendo ahora». El CTA y el VAR, también en la diana.

Ancelotti, a la vez que Florentino se mostraba inflexible en sus parlamentos en el Ayuntamiento y la Comunidad, por la celebración de la Euroliga, también marcaba territorio en la sala de prensa de Valdebebas: «España no es racista, pero en sus campos de fútbol hay racismo. Condenar no es suficiente. No sirve de nada. Hay que actuar. El protocolo está obsoleto. Tenemos una oportunidad magnífica para cambiar las cosas. Es el momento de mirar a LaLiga y a la Federación, y también a la inteligencia y la educación de los aficionados».

Aficionados, del Valencia y en concreto tres, fueron detenidos ayer, como presuntos autores de algunos de los insultos racistas hacia Vinicius en Mestalla. Tras prestar declaración en dependencia policiales, fueron puestos en libertad y quedan a la espera de ser requeridos en sede judicial. Además, el club ché anunció en un comunicado que los expulsará de por vida. Otra medida en reacción al grito de socorro de Vinicius, «harto», como contó ayer ABC, de la barra libre de episodios racistas contra su persona.

El brasileño, que al cierre de esta edición no sabía si podrá jugar los próximos partidos por la cartulina roja vista en Mestalla, vino a este país con solo 18 años y, a pesar de soportar tres temporadas de deleznables mofas y memes por su rendimiento sobre el verde, nunca dejó de creer en él y en su potencial. Vinicius solo quiso ser noticia por su fútbol y nunca quiso protagonizar el papel que tiene en estos momentos, pero no piensa dejar pasar la oportunidad que, desgraciadamente, le ha dado el lado racista del fútbol español: «Quiere cambiarlo todo. Gracias a su crecimiento como futbolista se ha convertido en una figura deportiva mundial, lo que conlleva el poder suficiente para cambiar lo que se está viendo, que España tiene un problema de racismo, y grave», comenta a este periódico una persona muy cercana a Vini.

Castigos contundentes

Vinicius no piensa detenerse en sus quejas. Quiere que en España se señale a los racistas con nombre y apellidos, no se le oculte su rostro y acaben en la cárcel. Además, entiende que cerrar los estadios en los que recibe vejaciones xenófobas no sería tampoco suficiente, en caso de que se produjera, que ni siquiera es el caso. Quiere que haya pérdida de puntos, castigo que realmente haga pupa en los clubes en los que hay aficionados racistas. Mira con envidia como en Alemania o Inglaterra este tema lleva años controlado y entiende que Tebas no es la persona adecuada para hacer todos estos cambios. A ojos de Vinicius, el presidente de LaLiga no sabe cómo cuidar su producto, cómo hacerlo crecer y cómo arreglar sus defectos, y de ahí la vehemencia contra él estos días en Twitter.

Además, como seguidor de LeBron y Hamilton, ve en ellos el ejemplo para que el color de piel no sea el que marque lo que está bien y lo que no, y no sirva como pretexto para justificar acciones xenófobas: «Los racistas tienen que tener vergüenza y miedo, que es lo que no ocurre en España. Si miras las imágenes que puso Vini en su Instagram, hay campos en España que parecen propios de la Edad Media. O del Coliseo. Solo quieren sangre y muerte y, si no se para esto ya y ahora, igual un día habrá eso, sangre y muerte», explica otra persona de su entorno. El legado de Vinicius no será solo su fútbol.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación