Esbozos y rasguños
Jugadores con estrella
En Braga, en una noche europea más incómoda de lo previsto, Rodrygo volvió a marcar de nuevo, prolongando su gran racha en la competición del balón estrellado
Gol esperado o xG: el enigmático dato que sentencia a Rodrygo
Si hubo un jugador del Real Madrid al que defendí siempre, contra viento y marea, ese fue Gonzalo Higuaín. Cada uno elige su colina en la que morir. Esa fue la mía. Desde que llegó de River Plate siendo un extremo eléctrico de 18 ... años con el pelo acaracolado hasta que se volvió un nueve pesadote que parecía sacado de una liga de veteranos de fútbol 7, siempre estuve ahí. Glosando sus virtudes, elogiando su versatilidad, soportando las críticas. Incluso cuando se dejó un pelo largo con alisado japonés no demasiado favorecedor. Pero hubo un tema ante el que ni yo mismo pude ejercer como su abogado: su maldición en Champions. Apenas marcó 8 goles (solo dos de ellos en eliminatoria directa) en sus siete temporadas de blanco. Un dato demoledor. Esto contrastaba, además, con su facilidad para ver puerta en Liga donde sí mantenía cada año cifras de delantero de la élite europea. No es que no supiera marcar goles, es que sufría un bloqueo en la Copa de Europa. Se le atragantaba. Y eso en el Real Madrid es como ser vegano trabajando en una fábrica de salchichas: acaba pasando factura.
Rodrygo Goes es todo lo contrario. Ha marcado tantos goles en Champions como en Liga: 17. Sus cifras son tremendas entre semana: marca en uno de cada tres partidos en Europa. Sus goles, además, han dado muchos puntos y noches de gloria. Su nombre ya está para siempre asociado a remontadas mágicas en el Bernabéu, como aquellas contra el Chelsea o el City. Pese a todo, siempre creeré que su gran noche europea fue otra distinta no tan conocida ni tal vez recordada. Hace exactamente cuatros años, en octubre de 2019, el Madrid estaba a estas alturas de la temporada con un pie fuera en la Champions tras haber perdido contra el PSG y empatado en casa contra el Brujas. Se jugaba la vida en Estambul contra el Galatasaray. Zidane decidió sorprender a propios y extraños dando la titularidad a un Rodrygo de 18 años que hasta entonces había estado prácticamente inédito durante la temporada. Vinicius, por ejemplo, se quedó fuera de la lista. El Madrid acabó salvando aquel match-ball por la mínima en Turquía y aunque Rodrygo no marcó aquella noche sí hizo un partido muy serio pese a su inexperiencia en un escenario complicado. Su serenidad y su madurez en un momento tan delicado me impactaron. No tomó ni una mala decisión, parecía a ratos un veterano. Demostró personalidad y madera de gran delantero.
Este martes en Braga, en una noche europea más incómoda de lo previsto, Rodrygo volvió a marcar de nuevo, prolongando su gran racha en la competición del balón estrellado. Tal vez justo cuando más lo necesitaba tras un comienzo en Liga en el que está más en entredicho que nunca por su sequía goleadora. No son pocos los que piden su suplencia por bajo rendimiento. Pero algunos sabemos que el chico de Estambul no se viene abajo con tanta facilidad. Es de los que tiene estrella.
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