Fútbol
El capitán Florentino Pérez
Final de la Champions League
El presidente, con siete orejonas, supera las Copas de Europa de Santiago Bernabéu (6) y agranda su brillante proyecto deportivo
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Hace treinta años, en 1994, el creativo José Luis Esteo puso en las televisiones de todos lo hogares españoles uno de los anuncios más geniales y recordados del mercado publicitario de nuestro país. Para promocionar el nuevo Mitsubishi Montero, el coche llega a un lugar ... recóndito y prácticamente deshabitado (el anuncio se grabó en Maelrayo, en la Sierra Norte de Guadalajara), en la que solo vive un pastor, ya de avanzada edad, con su rebaño. El conductor del vehículo se para en ese peculiar lugar y es invitado a comer a la casa del pastor (papel protagonizado por Jesús García Máquina, natural del pueblo), que le pregunta por varios temas de actualidad de aquel momento, hasta que lanza la consulta final: «¿Y el Madrid, qué? ¿Otra vez campeón de Europa?».
Ese buen señor, que había vivido en su juventud las cinco copas de Europa consecutivas del Madrid de Di Stéfano y Gento (1956, 1957, 1958, 1959 y 1960), más una sexta en 1966, todas ellas bajo la presidencia de Santiago Bernabéu, pensaba que casi treinta años después aquella costumbre seguía viva, pero no era así. El club blanco estuvo 32 años sin ganar una Champions, hasta que conquistó la Séptima en 1998. Después vino la Octava en el 2000, ambas ganadas en el mandato de Lorenzo Sanz, y a partir de ahí comenzó el reinado de Florentino Pérez, que con la de Wembley suma su séptima orejona y ya ha superado a Santiago Bernabéu. Poca broma.
Errores de la primera etapa
El éxito del actual presidente blanco tiene en su primera etapa, tan ambiciosa y romántica como utópica, la base de esta que, para muchos, ya es la mejor de la historia del club. Florentino llegó a la poltrona del Real Madrid en el verano del año 2000, tras ganarle inesperadamente las elecciones a Lorenzo Sanz, que venía con el aval de dos Champions en tres años, pero Pérez, además de su éxito empresarial en ACS, sacó el as de bastos con el fichaje de Figo, estrella del Barcelona. Saneó la deuda, construyó la nueva Ciudad Deportiva de Valdebebas y fichó a los mejores jugadores del mundo, dando forma al Madrid los Galácticos.
El hándicap es que ese proyecto deportivo estaba basado en un equipo de once jugadores de gigante talento, pero detrás había un salto al vacío. La diferencia entre los titulares y los suplentes era enorme, y el factor edad jugaba en su contra. Figo, Zidane, Ronaldo y Beckham llegaron ya cerca de los treinta, lo que les daba un corto recorrido en el Madrid. Además, como el propio Florentino reconoció el día de su dimisión, el 27 de febrero de 2006, había permitido a esos galácticos cosas que jamás hubiera consentido a nivel empresarial: «He maleducado a los jugadores y ellos se han confundido», sentenció el día de su adiós.
Aquello quedó tatutado en el cerebro y en el corazón de Florentino, que regresó a la presidencia en 2009 con ideas renovadas y modernas que el paso del tiempo han demostrado que son las adecuadas: «Siempre va un paso por delante del resto de dirigentes, por eso tiene al Madrid donde lo tiene», explica a este periódico una persona muy cercana a Pérez.
Cambio de plan
Florentino, que de pequeño se tropezó con un escalón del Bernabéu, cuando subía corriendo a celebrar con su padre un gol del Madrid, caída que le dejó una cicatriz cerca de la comisura del labio, visionó antes que nadie que los petrodólares prostituirían el fútbol de élite y pondrían en peligro a los grandes clubes, como el propio Real. Así que fichó en su primer verano todas las estrellas que había en el mercado (Cristiano, Kaká, Benzema y Xabi Alonso) y se puso a trabajar en otro modelo, uno en el que en lugar de contratar balones de oro, los fabricara, algo que hizo a medias con esos cuatro fichajes.
Para eso se rodeó de gente que sabe mucho de fútbol, como Juni Calafat, Carlos Castellanos o Felipe Martín, tres personas que saltaron a la fama en el 'Mundo Maldini' de Canal+ y que aterrizaron en el Madrid en 2013. En sus hombros, como en los de José Ángel Sánchez, recaen los aciertos de haber traído a Vinicius, Rodrygo, Valverde, Camavinga, Tchouaméni, Militao, Lunin o Endrick. Todos ellos en la frontera de los 18 años, con su consecuente largo recorrido en el Madrid.
Además, Florentino cerró el grifo de las prebendas, evitando vicios de su primera etapa. Si un jugador quería mejorar su salario o su estatus, sería él el que tuviera la última palabra, Y si eso significaba el adiós del futbolista, la puerta se le abriría de par en par. Pérez aprendió que a los jugadores había que tratarlos como a los empleados de ACS, y así ha sido. El que decidía no seguir las reglas del juego implementadas por Florentino, o entendía que había agotado su etapa de blanco, se le abrió la puerta sin el más mínimo titubeo, con el consecuente frío que suele hacer fuera del Madrid. Ozil, Di María, Morata, Cristiano, Sergio Ramos, Varane, Casemiro, Asensio, Benzema… Todos le dieron gloria al Madrid, pero eso no les daba licencia para tener un cheque en blanco en el Madrid. Ni deportivo ni económico. El club por encima de los jugadores, que es lo que hizo exactamente Santiago Bernabéu.
Y así ha sucedido, y sucede, en esta segunda etapa de Florentino. Son las normas del capitán del barco, como lo definió Ancelotti nada más ganar la Liga, hace un mes. Ahí está su palmarés. Y los números del club. Y el nuevo Bernabéu. La gestión es impecable y amenaza con mantenerse en el tiempo muchos más años. Es el 'Florenteam' de Pérez.
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