Bádminton
La lucha infinita de Carolina Marín
Un documental recoge la dura preparación de la onubense para los Juegos, el mal trago de su lesión y la alegría por el Princesa de Asturias
¿El mejor deportista español de la historia?
![Marín, durante la presentación de su documental](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/deportes/2024/11/30/marin_20241130165330-RAZ44bQ3HiCO32RCVcYrL3I-1200x840@diario_abc.jpg)
Arropada por un buen número de medallistas olímpicos y paralímpicos (Teresa Perales, Adriana Cerezo, María Pérez, Jordan Díaz, Ray Zapata…), acompañada de su madre y de su equipo más cercano, iluminada por una multitud de flashes, Carolina Marín compareció deslumbrante en el Edificio Telefónica ... para presentar 'La lucha infinita', el documental que recoge, con toda su intensidad, su temporada 2024: la dureza de su preparación para los Juegos de París, el drama de su lesión en las semifinales de aquella cita, la concesión del premio Princesa de Asturias… Todo ello, combinado con momentos fundamentales de su pasado, los más imprescindibles para entender la magnitud de su figura. Un cóctel emocional que deja clara la capacidad de sacrificio de la onubense.
«Sé que todo lo que aparece en el documental es mi vida, que me ha pasado, pero me sigue emocionando porque lo veo casi como en tercera persona. Hay momentos que para mí son muy delicados, como pensar en mi papá perdiéndose cosas tan importantes como el Princesa de Asturias. Pero también hay momentos muy bonitos, como cuando gané la medalla de oro en Río de Janeiro. Revivirlo todo me conmueve profundamente», explica Marín sobre el resultado del documental producido por TBS y que podrá verse en la plataforma Movistar+ a partir de mañana.
«El deporte tiene algo mágico, y es un privilegio poder contar estas historias con sensibilidad y cuidado», analizaba Enric Rojas, director de deportes de Movistar+. «Y esta, en concreto, es sin duda una historia de éxito y superación que va a maravillar a todos».
«¿Qué hubieras preferido: el oro en los Juegos de París o el Princesa de Asturias?». Esa pregunta, lanzada a Carolina Marín en el Teatro Campoamor de Oviedo, nada más recibir ese segundo galardón, sirve como punto de partida para revivir los últimos meses en la vida de la onubense, centrados al cien por cien en la preparación de la cita olímpica. Primero en el CAR de Madrid y después en el de Sierra Nevada, donde, aislada y a 2.300 metros de altitud, vive los momentos más duros.
Fernando Rivas, entrenador de Marín, es uno de los grandes protagonistas de la historia. Es el encargado de llevar a la deportista más allá de su límite. A exigirle con una dureza extrema en cada sesión de prácticas en la cancha, donde la onubense realiza los ejercicios frente a dos sparrings masculinos. Rivas no muestra compasión por su pupila. No puede ni quiere tenerla, porque en el pacto tácito entre ambos, él es quien debe contarle siempre la verdad, decirle lo cerca o lejos que está de la ansiada medalla de oro. Llevarla por el camino del logro, y no el de la evitación. En el documental queda reflejada fielmente la compleja relación entre ambos, pero también el cariño que se profesan.
En el día más difícil, poco después de aterrizar en Granada, Rivas llega a abandonar el entrenamiento, dolido por la actitud de su pupila, quien acaba entrenando durante horas hasta lograr cumplir con el ejercicio que le había requerido su entrenador.
Hay más personas implicadas. Guillermo Sánchez, preparador físico; Carlos de Santos, fisioterapeuta; María Martínez, psicóloga… Todos cumplen una labor imprescindible para Carolina. Son su familia fuera de la familia. «Cada uno de ellos es una pieza fundamental en el puzle de mi vida profesional», asegura la campeona.
El documental viaja después a París, acompañando a Carolina en su camino hacia el segundo oro, truncado por una mala caída. La andaluza estaba a un paso de la final cuando su rodilla izquierda crujió de nuevo. Y aparecen Rafa Nadal y Saúl Craviotto, representantes del sentir general de desolación de todo un país. El piragüista, máximo medallista español de la historia, le dedicó su bronce solo unos días después. Y el tenista le envió un mensaje de audio imperdible. Ambos también prestan su voz y relatan en primera persona lo que sintieron entonces.
También hay espacio para He Bing Jiao, la jugadora china que estaba al otro lado de la pista cuando Carolina se retorcía en el suelo llena de dolor y rabia. La misma que quiso después homenajear a la española sacando un pin de la selección española en el podio.
Toñi, madre de la protagonista, protagoniza algunos de los momentos más emotivos de la cinta. También de los más jocosos. Si Fernando Rivas es el pepito grillo de la volantista en la cancha, Toñi ejerce ese papel fuera de ella. Siempre pendiente de su hija. Orgullosa. Con lágrimas en los ojos, recordaba cómo fue el viaje de vuelta a Huelva después de dejar a una Carolina adolescente al cuidado de Rivas en Madrid, una decisión trascendental que permitió que España conociera a una de las deportistas más importantes de su historia.
«Las decisiones importantes no siempre son fáciles, pero con el tiempo, cada sacrificio vale la pena. El deporte tiene una fecha de caducidad, pero el legado que dejamos puede ser eterno», concluía la propia Marín tras la exhibición de la película, orgullosa de ver en el parque frente a su casa a padres jugando al bádminton con sus hijos y de haber contribuido al crecimiento de su deporte: «Hemos puesto al bádminton en la boca de todos los españoles».
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