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Juegos Olímpicos

El «me he roto» que tortura a Carolina

La rodilla derecha vuelve a martirizar a la campeona; esta vez con más amargura, acariciando la final

La Federación de Bádminton pide un bronce honorífico para Carolina Marín

La silla de ruedas

Carolina Marín, desconsolada tras sufrir la lesión de rodilla en la semifinal olímpica EFE
Laura Marta

Laura Marta

Enviada especial a París

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«Me he roto». Carolina Marín ya lo sabía cuando fue a buscar un volante cerca de la red y la rodilla no le aguantó. «Me he roto», le dijo a su entrenador en la primera mirada que cruzaron. Ahí, las primeras lágrimas, la ... rabia, la desesperación, Fernando Rivas fue a buscarla, más a consolar que a ayudar. Sabían los dos que eso era imposible de levantar. En el suelo del pabellón de la Porte de la Chapelle se habían quedado la rodilla derecha, las ilusiones, ocho años de sacrificio y espera, otras dos lesiones parecidas. Ahí se había quedado Carolina Marín.

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