Golf
El imperio de Carlota Ciganda
La navarra ya es la más victoriosa de siempre tras ganar su segundo Open de España
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El golf es un deporte especial y Carlota Ciganda, mucho más. Con la imprevisibilidad que tienen todos los genios la golfista de Pamplona ha ido subiendo peldaños a su ritmo hasta consolidarse a sus 34 años como la mejor golfista de la historia. Los primeros ... triunfos llegaron con los equipos nacionales amateurs, destacando el British de 2007, y luego con Arizona State, con quien logró ser la primera jugadora en ganar dos campeonatos consecutivos (2008 y 2009).
Su carácter tímido contrasta con la garra y la raza que muestra en el campo y que le han llevado a a ser número uno de Europa (2012), a ganar diecisiete títulos en sus veintitrés años de profesional y a disputar tres Juegos Olímpicos. Por su explosividad y capacidad de generar golpes imposibles se la ha denominado «la Seve femenina», a lo que ha contribuido su rendimiento cuando juega para el bando europeo en la Solheim Cup, combinado del que es la auténtica líder.
En sus seis participaciones ha logrado cuatro copas y sus compañeras confían plenamente en ella. Al igual que la afición española, que desde el logro de Finca Cortesín del año pasado, en el que consiguió el punto de la victoria ante la mirada del mismísimo rey de España, la tienen en la más alta consideración.
Esta devoción se vio clara desde que Carlota aterrizó en Málaga a primeros de la semana pasada para disputar el Open de España, que sirve de escaparate mundial para vender las bondades del golf en Andalucía en general y la Costa del Sol en particular. No le importó el trastorno causado por la diferencia horaria con Estados Unidos, donde había disputado por 12.ª vez consecutiva la final del LPGA. «Estoy muy orgullosa de la regularidad que he mostrado hasta ahora en mi carrera profesional, pues no es fácil estar tantos años entre las mejores de un circuito tan exigente como es el americano», expresó la de Ulzama.
Según pasaron las jornadas en Guadalhorce, Ciganda se sintió más cómoda cada vez y alcanzó una ventaja de cuatro golpes de cara a la última ronda. En ella se jugó el título con la belga De Roey y, como era de esperar, cumplió el pronóstico y ganó su ansiado segundo Open nacional.
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