Fútbol
«Barbaridad», «caos», «grosero»: el examen que irrita a los agentes de futbolistas
300 representantes pasan de mala gana en España por el pupitre para ajustarse a las nuevas condiciones de la FIFA, mucho más restrictivas
Se hicieron pruebas en distintas ciudades del mundo. El rechazo del sector es palpable
El superagente que dirige el Elche desde Buenos Aires
![Los representantes de futbolistas, examinándose en la sede de la RFEF por obligación de FIFA](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/deportes/2023/04/20/rfef1-RuN59OIxP2TRz9zdSmebdXO-1200x840@abc.jpg)
Ya no basta con ser padre, madre o hermano de un futbolista profesional para poder ser su agente. La FIFA rectificó hace unos meses la liberalización impulsada en 2015 para ejercer la profesión, y a partir del próximo mes de octubre será obligatorio tener ... una licencia oficial para poder representar a jugadores. Se trata de uno de los muchos aspectos de la nueva normativa que ha irritado a la Asociación Española de Agentes de Futbolistas (AEAF), que califica de «barbaridad» el sistema ideado por la FIFA para alcanzar una mayor transparencia en el mercado internacional de fichajes.
El primero de los exámenes fijados para obtener esa licencia se celebró este miércoles en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas, donde se presentaron 260 personas de las 500 previstas. Todo agente que comenzó a desarrollar su actividad después de 2015 está obligado a superar la prueba para poder seguir ejerciendo. Un cambio de horario a última hora había ya irritado a algunos de los examinados (que venían desde otras provincias o países), pero las quejas por el «caos» se multiplicaron después de que la plataforma de la FIFA se colgase durante más de media hora.
Empleados de la Federación hablaron entonces con la FIFA para que retrasaran el fin del examen (previsto a las 14:00 horas); aparentemente accedieron a ello desde Suiza, pero la aplicación se cerró puntualmente a las dos de la tarde. «Las preguntas eran muy enrevesadas, yo no las completé todas», dice a ABC uno de los participantes. Cada agente había llevado su ordenador portátil y el examen fue a libro abierto; es decir, los candidatos podían consultar el material didáctico en un portal web (los móviles, apagados).
A pesar de ello, hubo muchas críticas a la escasez de tiempo disponible. Otros errores indujeron a la mofa: en un caso, había dos respuestas idénticas entre las opciones posibles para acertar una pregunta. En otra, a alguien se le había colado una respuesta en francés (el examen se celebró en todo el mundo y fue traducido a varios idiomas).
La tasa para poder hacer la prueba costaba 420 euros. Los aspirantes (entre los que se encontraban agentes conocidos como Iván de la Peña y Óscar Ribot) tuvieron que contestar en una hora 20 preguntas de respuesta múltiple sobre el sistema de traspasos, los Estatutos de la FIFA o su Código de Ética, entre otros temas. La opinión general de los agentes era que se trató de una prueba bastante complicada.
No obstante, la evolución del modelo de representación en el fútbol tiene consecuencias mucho más preocupantes para estos profesionales que la obligación de hacer un examen. A partir del próximo 1 de octubre, los agentes serán vigilados con lupa: sólo podrán cobrar un 5% de los salarios inferiores a 200.000 dólares y un 3% de los salarios que superen esa cantidad. Además, la FIFA vetará el contacto de agentes con futbolistas que tengan contrato en vigor hasta dos meses antes de que finalice este: una medida diseñada para evitar la búsqueda de comisiones que inflen adicionalmente el mercado.
Otra novedad interesante del nuevo sistema es la prohibición de representación múltiple (para evitar conflictos de intereses, algo frecuente en la Liga española). A partir de ahora, el agente sólo podrá representar a una de las partes en el negocio, no al jugador y a los clubes que realizan la operación. Con una excepción: podrá representar simultáneamente al club comprador y al jugador a la vez si están de acuerdo. Pero no puede representar a las tres partes (club vendedor, jugador y club comprador). También se les retira la protección cuando los clubes quieren negociar directamente con los futbolistas, sin intermediarios: una decisión que, según los representantes, les coloca en una situación de desamparo absoluto.
Comisiones
Los límites de las comisiones futuras por traspasos han puesto de uñas a un sector donde algunos ganan muchísimo dinero, pero no todo el mundo se vuelve millonario. La FIFA reacciona con esta reforma a la sensación de abuso especulativo que desprenden los agentes más poderosos «en un mercado con tendencia a la evasión fiscal y en el que muchos futbolistas acababan siendo una mercancía desprotegida, con poco control sobre su carrera», como comentan fuentes del organismo a ABC. De hecho, se prevé que todas las transferencias por comisiones se centralicen en una nueva Cámara de Compensación creada recientemente en París para estas operaciones, controlando así el negocio directamente.
La normativa debe ser todavía adaptada por la Federación Española de Fútbol (RFEF) al ordenamiento jurídico español (la FIFA da cierto margen de flexibilidad a cada ámbito jurídico nacional: por ejemplo, si la Ley de Protección de Datos de un país no permite publicar los emolumentos de cada agente o imponer baremos orientativos de honorarios, como pretende la reforma). A preguntas de este periódico, la RFEF afirma que «el reglamento nacional se está desarrollando como complemento al de la FIFA dentro del marco que se puede regular en España, por lo que no hay ningún tipo de choque».
Pero según Pedro Bravo, presidente de la Asociación Española de Agentes de Futbolistas (AEAF), «la Federación sabe que no pueden aplicarlo sin más; de ahí el retraso que llevan». Bravo explica el enfado del sector en conversación con ABC: «El examen es como si la DGT te obligase a examinarte del carnet de conducir dentro de tres meses otra vez. ¿Por qué ponen la fecha de 2015 como criterio de separación y no otro? Es absolutamente discrecional, hasta grosero. Imponer normas retroactivas no es legal».
El miércoles en Las Rozas, Bravo les dijo a todos los representantes españoles que constaran su desacuerdo con la prueba, aclarando que se examinaban con la cláusula 'ad cautelam'. Pero más allá de eso, considera la reforma nociva porque «rompe el principio de exclusividad: en cualquier momento, a la hora de firmar, el jugador puede desvincularse del agente que ha preparado la operación, irse con otro agente avispado o incluso ir por libre. ¡Y no se establecen penalidades para el jugador!».
La AEAF ha anunciado denuncias judiciales en España «a pesar de que me temblaría la mano si tengo que poner una denuncia a mi amigo Rubiales». En paralelo, buscan fórmulas para eludir las restricciones de la FIFA. «A partir de septiembre voy a hacer contratos de prestación de servicios», avanza el agente: «Me daré de alta como asesor deportivo autónomo en Hacienda, en la FIFA no me ven la cara. ¿Son conscientes de que se están cargando el libre mercado? Lo de la exclusividad es tremendo. ¿Alguien puede creerse que los jugadores van a respetar a sus agentes siempre?».
Existen ya varias demandas interpuestas contra la FIFA por estas reformas, y el Tribunal de Justicia de la Unión Europea habrá de resolver una cuestión prejudicial presentada por un tribunal alemán (algo similar a lo que sucedió con el caso de la Superliga con un tribunal de Madrid).
En las grandes agencias, mientras tanto, muchos jóvenes representantes trabajan discretamente en operaciones que son firmadas después por agentes veteranos de la misma compañía, esquivando por ahora el examen y la licencia. La segunda prueba está prevista para el próximo 20 de septiembre. Los agentes del miércoles tenían claro que algunos iban a tener que volver a la reválida en Las Rozas; lo sabrán seguro la próxima semana.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete