Los informes del caso Negreira: viajes anónimos, prohibición de wasap y entregas en cafeterías

Por este motivo «se le propuso la posibilidad de hacer informes arbitrales para que el primer equipo del Barcelona y el filial prepararan mejor sus partidos». Una propuesta que arroja dudas sobre los verdaderos motivos de su contratación tras la explicación que le dieron sobre la forma de facturar sus servicios. De acuerdo con el presidente del club y el directivo Josep Contreras –y según se recoge en la declaración efectuada por Javier Enríquez ante la Agencia Tributaria– le plantearon que no podía ser contratado como persona física por el Barça para no vincular al club con el apellido Enríquez, puesto que su padre era por aquel entonces vicepresidente del CTA «y podría malinterpretarse que un club contratara al hijo de un directivo arbitral». Una excusa sospechosa teniendo en cuenta que Negreira ya llevaba vinculado al club desde 2001.

Las sospechas aumentan cuando añade que «el directivo Josep Contreras le planteó que los trabajos debían ser facturados a la sociedad TRESEP», participada íntegramente por el mencionado directivo y que este «fuera la persona de contacto a la que habitualmente se le entregarían dichos informes arbitrales». Javier Enríquez no le facturaba al Barça y en el sumario queda claro que TRESEP era la empresa que lo hacía. Precisamente, esta cuestión es motivo de análisis para determinar si Contreras, que hacía de intermediario ente Javier Enríquez y el club, se lucró cobrando comisiones.

Javier Enríquez empezó a realizar los informes requeridos pero en el acuerdo con Contreras se le exigía que, en el caso de tener que viajar para presenciar los partidos necesarios, lo hiciera de manera «anónima». Y explica que «por la confidencialidad de los informes, las únicas personas conocedoras de tal actividad eran el presidente, Albert Soler, director de deportes profesionales, y Gerard López, entrenador del filial».

El oscurantismo llegó a su máxima expresión por las exigencias Contreras, que requirió a Javier para que «imprimiera cada informe, se lo llevara de manera presencial y entregara en mano». Parecía que había un gran interés en no dejar rastro. «Javier acudía al domicilio de Contreras, en Gavá, o a alguna cafetería cercana a su domicilio» para llevarle los informes y «luego él los entregaba en las oficinas del club o en la Ciudad Deportiva», según el informe de la Agencia Tributaria que figura enm el sumario del caso.

Incluso, «las entregas también se realizaron en muchas ocasiones en cafeterías de algún hotel como el antigua Princesa Sofía (cerca de las oficinas del club) o el hotel Majestic». En su propósito de que el hijo de Enríquez no llegara a pisar el Camp Nou, Contreras, en alguna ocasión, fue el que «se desplazó al despacho de Javier para recoger los informes» . Siempre quedaban «a primera hora de la mañana».

Obsesionado con no dejar rastro electrónico, «Contreras nunca utilizaba wasap ni correo electrónico, por lo que todos los contactos se hacían a través de llamadas de teléfono». Javier, que durante todos los años de colaboración «intentó ser contratado directamente por el club, sin éxito», se puso en contacto con Bartomeu por wasap mostrando preocupación por el hecho de que dejaran de contar con sus servicios. Era 2018, el club había decidido recortar gastos y el hijo de Negreira no obtuvo respuesta del presidente del club.