Ronaldo Nazario, de estrella del balón a referente del compromiso social en Brasil

Esa hospitalidad refleja el espíritu del evento que tendrá lugar esa misma noche: la primera gala y subasta de la Fundación Fenómenos, una organización creada en 2012 por Ronaldo y que, bajo la dirección de Celina, ha multiplicado su impacto social en Brasil.

«Desde muy joven tuve conciencia social», comienza Ronaldo al explicar sus motivaciones. «Siempre destinaba las primas de los campeonatos a causas benéficas y fui embajador del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo durante 15 años. Cuando me retiré, quise estructurar un proyecto sólido que pudiera tener un impacto real. Optamos por una fundación porque, en Brasil, las supervisa el Ministerio Público, lo que asegura transparencia».

Bajo la dirección de Celina Locks, la fundación ha pasado de ayudar a 10.000 personas a más de 100.000. Celina no solo comparte la visión de su esposo, sino que la amplifica con una gestión enfocada en la sostenibilidad. «Venimos de contextos similares, de comunidades donde ayudar siempre ha sido parte de la vida. Lo que más me motiva es ver cómo las personas recuperan su dignidad y oportunidades. Trabajamos en etapas para garantizar que cada comunidad pueda ser sostenible por sí misma», explica con pasión. «Cuando conocí a Ronaldo, comencé como embajadora de la fundación. Luego, me invitó a asumir la presidencia. Acepté con una condición: tener autonomía para aportar mi visión».

Ayer visitamos una de las comunidades apoyadas por la fundación: Jardim da União, un barrio construido literalmente con las manos de sus residentes tras desalojos violentos en la periferia sur de Sao Paulo. Desde su fundación en 2013, las más de 600 familias que lo conforman han construido casas, calles y parques en un esfuerzo colectivo que simboliza su lucha por la vivienda y la dignidad.

Suelen Ribeiro, la portavoz de la comunidad, habla con orgullo de su colaboración con la Fundación Fenómenos. «Desde que trabajamos con ellos, todo funciona mucho mejor, ha sido un gran cambio. Las formaciones han sido clave, ahora entendemos la importancia de las gestiones burocráticas para mejorar nuestras condiciones de vida. Aquí somos como una familia. Yo quiero morir aquí, en mi hogar».

Este año, el 12 de octubre, Jardim da União celebró su aniversario bajo el lema 'Paz na quebrada', en homenaje a la reconciliación con la comunidad colindante después de una época marcada por el conflicto. Las tensiones entre ambas comunidades se habían agravado tras la trágica muerte violenta de un joven de la comunidad vecina, un hecho que desató altercados entre los jóvenes de ambas partes. La tragedia fue aún mayor cuando, el mismo día, el hermano del fallecido, un chico con problemas de salud, sufrió un ataque al enterarse de la noticia y también murió.

La conmemoración de este año no solo celebró los 11 años de Jardim da União con su tradicional tarta de 11 metros, uno por año desde su constitución, sino que se convirtió en un símbolo de paz y unidad. Los residentes de ambas comunidades, liderados por las mujeres y madres, trabajaron juntos para honrar a las víctimas y construir un futuro de diálogo y cooperación, que quedó reflejado en un grafiti pintado en el muro de la escalera que las comunica.

Ronaldo y Celina destacan que su enfoque va más allá de financiar proyectos. «No se trata solo de dar recursos, sino de capacitar a las personas y conectarlas con oportunidades», explica Ronaldo. Celina añade: «Lo primero es escuchar. Entendemos las necesidades y diseñamos planes adaptados. Trabajamos de la mano con ellos, construyendo juntos soluciones sostenibles a futuro».

El racismo es otro tema que Ronaldo aborda con firmeza. «Sí, sufrí racismo muchas veces durante mi carrera, y lamentablemente sigue siendo habitual. Lo que enfrenta Vinicius Jr. no es solo su lucha, es la lucha de todos». Desde la fundación, tanto Ronaldo como Celina trabajan en proyectos que empoderan a comunidades negras y promueven la igualdad. «El racismo es una de las mayores estupideces de nuestra sociedad, pero es algo que podemos combatir con conciencia y empatía. Tenemos que pelear muy pero que muy duro contra el racismo», concluye.

En su casa en Sao Paulo, Ronaldo y Celina nos llevan hasta una sala presidida por una estructura metálica, una obra de arte que despierta nuestra curiosidad. «¿Sabéis qué es eso?», pregunta Ronaldo.«Un campo de fútbol deconstruido». Es un símbolo perfecto que nos lleva a hablar del impacto del deporte en sus vidas y proyectos.

«El deporte tiene un poder transformador único», afirma Ronaldo, un principio que también guía su labor como presidente del Real Valladolid. Describe este cargo como «una experiencia espectacular». Con humildad, reconoce: «La gente juzga bastante por los resultados deportivos, pero esto ya no está en mis manos ahora que ya no juego». En los seis años al frente del club, Ronaldo ha liderado una transformación significativa: «Hemos cambiado la historia del club, mejorado el estadio, la infraestructura y la experiencia de los aficionados». Sin embargo, la brecha económica entre los equipos consolidados y los recién ascendidos es enorme, lo que hace difícil competir. «Pese a ello, hemos hecho un gran trabajo y seguiremos peleando para que el club crezca cada vez más. Y este año, obviamente, pelearemos para que podamos permanecer en Primera división».

La experiencia adquirida en el Valladolid y en el Cruzeiro lo ha preparado para retos mayores, como una posible candidatura a la presidencia de la Confederación Brasileña de Fútbol. «Antes era un sueño, pero ahora me siento preparado. Ahora mismo ni siquiera hay elecciones convocadas, pero, si se da la oportunidad en el futuro, me encantaría revolucionar el fútbol brasileño. Tengo ideas increíbles y tengo ganas».

Cuando la conversación deriva hacia el fútbol español, Ronaldo analiza así la temporada de los dos gigantes: «Veo a Madrid y Barça increíblemente bien. El Madrid quizá está pasando por algunas dificultades, pero eso es algo normal. Ha ocurrido otros años y, al final, la temporada terminó con grandes triunfos. Por lo tanto, no creo que esta situación sea definitiva. Incluso una mala racha durante el curso no significa que el equipo no pueda remontar y lograr éxitos importantes».

Sobre un posible futuro en el Real Madrid, Ronaldo confiesa: «Tengo una relación magnífica con Florentino Pérez, a quien respeto mucho y de quien he aprendido enormemente en mi experiencia como presidente. Antes de comprar el Valladolid, trabajé como embajador del Madrid, y siempre lo seré de forma simbólica porque es un club que amo profundamente. Estoy enamorado de Madrid, tanto de la ciudad como de su equipo. Siempre estaré dispuesto a ayudar al Madrid, por supuesto, siempre que no entre en conflicto con mi Valladolid».

Cuando la noche cae, asistimos a la esperada gala solidaria de la Fundación Fenómenos, donde un público entusiasta se reúne para pujar en la primera subasta organizada por la institución. En juego hay camisetas originales firmadas y experiencias únicas, desde encuentros con figuras del fútbol como Beckham y Neymar hasta momentos exclusivos con el propio Ronaldo, el Fenómeno.

La atmósfera es vibrante y los resultados hablan por sí solos: dos millones de euros recaudados para transformar vidas en comunidades vulnerables. Hay goles que solo se pueden marcar en equipo.