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Rodri Hernández gana el Balón de Oro y rompe 60 años de sequía para el fútbol español masculino

El madrileño, digno sucesor de Luis Suárez, premiado en 1960, se une en la lista de triunfadores nacionales a Aitana Bonmatí, que suma su segundo galardón consecutivo

Lamine Yamal, Ancelotti, Emma Hayes, Jenni Hermoso, Mbappé, Kane, 'Dibu' Martínez, Barcelona femenino y Madrid masculino, el resto de premiados en una gala marcada por el plantón del Madrid

Rodri rompe un desprecio de más de seis décadas

Rodri Hernández, ganador del Balón de Oro 2024 AFP
Daniel Cebreiro

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Rodri Hernández es historia del fútbol español. El centrocampista se ha proclamado ganador del Balón de Oro y ha puesto fin a las más de seis décadas de sequía del balompié nacional en el prestigioso galardón masculino, desde que Luis Suárez lo conquistara allá por 1960.

El principal motivo, ser campeón de la Eurocopa, elegido mejor jugador del torneo, el faro y el líder sobre el campo y fuera de él de la mejor selección, por juego y resultados, del Viejo Continente. Un triunfo colectivo del que quiso acordarse con cariño, con mención a tres nombres en especial. Luis de la Fuente, «por su confianza desde el primer día», Carvajal, que sufrió la misma lesión que Rodri y que «merecía estar aquí como ganador», y Lamine Yamal, a quien empujó a «seguir trabajando duro» para que la sequía española no tenga que durar otra seis décadas.

Aupado al escenario que centraba todos los focos ayudado por muletas, debido a la lesión de cruzado que le mantendrá sin jugar toda la temporada, y con los ojos llorosos, Rodri acariciaba algo incrédulo todavía el tan ansiado trofeo. Su primer recuerdo, para su entorno más cercano, desde su novia con quien cumplía precisamente ayer ocho años juntos, hasta su familia, responsable de moldearle hasta convertirle en quién es. «Agradecido por los valores que me han dado y lo que representan para mí, a no confundirme, a seguir los pasos correctos», mantuvo.

Asimismo, reivindicó su triunfo como un triunfo colectivo del balompié nacional español. «No es una victoria solo mía, es de todo el fútbol español. Se ven recompensados tantos jugadores que no lo han ganado, como Xavi, Iniesta, Iker (Casillas), Busi (Busquets), no quiero dejarme a ninguno». Además de los citados por el madrileño, que sufrieron el yugo de la despiadada pelea entre Messi y Cristiano, Butragueño, Míchel, Fernando Torres y, sobre todo, Raúl, se quedaron a las puertas de llevarse el Balón de Oro. Una sequía que se prolongaba hasta que de las entrañas de Madrid salió un tal Rodri, reconvertido en don Rodrigo. Un jugador de época, un centrocampista esplendoroso, que rompió un desprecio de más de seis décadas y se cobró la deuda del galardón más prestigioso con el fútbol español.

Criado deportivamente en la cantera del Atlético de Madrid, se mudó a Villarreal, donde su sueño de convertirse en futbolista vivió su peor momento, como narró este lunes en la gala. «A los 17 años hice las maletas para cumplir mi sueño de jugar en Primera. Pero un día dije basta. Llamé a mi padre llorando con la sensación de que todo había acabado, de que había invertido toda mi vida para conseguirlo y el sueño se me desvanecía. Él me dijo que no podía tirar la toalla y que debía seguir hasta el final. Desde ese día cambió mi mentalidad hasta aquí».

Se dio a descubrir como un futbolista diferente en el Madrigal, lo que llevó al Atlético a recomprarle. Una temporada en el Metropolitano fue suficiente para que Guardiola desembolsara 70 millones de euros. En el Manchester City ha alcanzado la grandeza. «Estoy en el mejor club del mundo, y gracias a ello todo es más fácil», elogió Rodri a su entidad.

El madrileño quiso también poner en valor la posición de centrocampista, muchas veces alejada del foco que merecería. «Muchas veces hacemos el trabajo sucio y gracias a este premio todo ese trabajo ha salido a la luz», sentenció.

Asimismo, Rodri presumió de su forma de ser. Una personalidad 'rara avis' en el mundo del fútbol, que parecía que le restaba posibilidades de cara a alos galardones individuales y copar los grandes focos. Sin embargo, ha demostrado que puede ser todo lo contrario. «Un chico normal, con valores, que estudia, que no se fija en los estereotipos, puede llegar hasta aquí y ser el mejor jugador del mundo», concluyó.

Aitana Bonmatí mantiene la gloria del fútbol femenino español

Por su parte, sigue de dulce el fútbol femenino español en cuanto a galardones individuales se refiere. Aitana Bonmatí emuló a su predecesora Alexia Putellas y sumó su segundo Balón de Oro consecutivo, aumentando así hasta cuatro los galardones que encadenan las futbolistas nacionales. Campeona de todo con el Barcelona, goleadora y mejor jugadora de la final de la Champions, ganadora de la Nations League con la selección, se mantiene un año más como la mejor futbolista del mundo.

A pesar de las grandes opciones que había, ningún técnico español pudo llevarse el rebautizado trofeo Johan Cruyff. Los ausentes Carlo Ancelotti, campeón de Liga y Champions, y Emma Hayes, seleccionadora estadounidense y campeona olímpica en París, fueron los mejores entrenadores de la temporada pasada.

El primer galardón de la noche parisina fue el trofeo Kopa, que premió sin sorpresa a Lamine Yamal como el mejor jugador menor de 21 años, convirtiéndose así en el más joven de la historia en ganarlo a sus 17 primaveras. Su actuación en la Eurocopa le catapultó al estrellato mundial y, tras confirmarse como el mejor jugador mancebo del mundo, Drogba, presentador de la gala, le presentó un reto mayúsculo que tiene por delante: superar a Ronaldo Nazário como el Balón de Oro más tempranero de siempre.

Tras bajar el barcelonista del escenario, subieron a él su presidente Joan Laporta y su colega Alexia Putellas como representantes del mejor club femenino. Premio indiscutible tras el histórico repóquer conquistado por las de Jonatan Giráldez, Champions y Liga incluidos. Le siguió el Real Madrid, nombrado mejor club masculino, también rey de Europa y España, pero quedó huérfano el trofeo físico debido al plantón del club blanco.

Una circunstancia que se repitió en el premio Gerd Müller, que homenajea al máximo goleador de la temporada. Kane y Mbappé fueron los coganadores gracias a su empate a 52 goles la campaña pasada, pero únicamente el inglés recogió el galardón. En la zona opuesta del campo, el Lev Yashin que elige al mejor portero fue por segundo año consecutivo para Emiliano 'Dibu' Martínez, campeón de la Copa América con Argentina y pieza clave en el exitoso Aston Villa de Emery.

En el único episodio extradeportivo de la gala, Jenni Hermoso sucedió a Vinicius como ganadora del premio Sócrates, que valora el compromiso de los futbolistas por construir una sociedad más justa e inclusiva. La jugadora española reclamó en su discurso un fútbol «libre de prejuicios y de de violencia de género».

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