Qué fichajes aquellos... de augusto césar lendoiro
Cuando Riazor se convirtió en Copacabana
En los últimos años del siglo XXI, por el Deportivo de La Coruña desfilaron un elenco de fenómenos brasileños, como el mágico Bebeto o el díscolo Djalminha Lendoiro
Su legendaria capacidad de convicción fueron los culpables de aquel estelar proyecto, que se ganó a pulso el prefijo de súper
El peor fichaje del Real Madrid: jugó dos ratitos y se quedó dormido en el banquillo
![Bebeto y Mauro Silva con la equipación del Dépor en una foto de archivo](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/deportes/2024/08/12/lendoiro-Reb7LbF3bqR2ZC8ZteLSdXP-1200x840@diario_abc.jpg)
Decía un famoso cómico que vivir en Galicia es un desafío para valientes porque la región tiene economía española y clima británico. Combinación imbatible que, sin embargo, se esfumó en La Coruña durante los últimos años del siglo XXI. Salió un ... sol que pareció eterno y las pesetas parecían crecer de los árboles. Por aquella época, cuando la ciudad solo podía presumir en el ámbito deportivo de tener un gran equipo de hockey sobre patines, el Liceo, apareció un hombre con nombre de emperador romano y con la labia de un vendedor callejero para montar un proyecto ya de culto, el Superdépor.
Capitaneado por Arsenio Iglesias primero y más tarde por 'Jabo' Irureta, los blanquiazules conquistaron en siete años, desde 1995 a 2002, una Liga, dos Copas del Rey y tres Supercopas de España. Y aunque fueron muchos los héroes de aquel grupo, era los brasileños los que más pasiones levantaban entre las gradas.
En 1992, Augusto César Lendoiro se subió a un avión con destino a Río de Janeiro y con cuatro millones de dólares para fichar a dos imposibles, Bebeto y Mauro Silva, que estaban a punto de firmar con el Borussia Dortmund y con la Roma respectivamente. Pero el presidente, acompañado de su guardia pretoriana y con incontrolable fe, consiguió doblegar a la realidad a su antojo. Primero y sin previo aviso, se presentó en la casa de Bebeto. Tenía claro que habría que convencer a su mujer Denise y, rápidamente, Lendoiro la obsequió con un colgante de Sargadelos, fina cerámica gallega, y un libro con fotos de La Coruña, entre las que destacaban las de la playa de la ciudad, Riazor. Por supuesto, el presidente se sacó de la manga que coloquialmente se la conocía como la pequeña Copacabana y que el clima de Alemania era horroroso comparado con el de la ciudad. «O Bebeto vaise a Coruña», dijo ella poco después.
Con el primer objetivo cumplido, la delegación deportivista se trasladó a Sao Paulo. Los gallegos, en un arrebato que hoy ocuparía portadas, se alojaron en el mismo hotel de concentración del Bragantino, que al día siguiente tenía un importante partido de la Brasileirao, y mientras Mauro Silva dormía Lendoiro redactó su contrato. Al día siguiente ya desayunó como jugador del Deportivo.
Lo que parecía el sueño de un necio se había convertido en realidad y, por supuesto, el festejo debía de estar a la altura de tal proeza. Como no podía ser de otro modo, ambos futbolistas fueron presentados en la pequeña Copacabana, con la equipación deportivista y sin botas, dando toques al balón sobre la fina arena gallega y en un día soleado a más no poder.
Cinco años después, Lendoiro repitió jugada. El también brasileño Rivaldo había abandonado el club en el último día del mercado de fichajes con dirección al Barcelona. Furioso, se puso a buscar como un loco a un talento que estuviese a su altura. Y fue Djalminha el elegido. Se lo trajo del Palmeiras y pagó diez millones de dólares por él, unos 1.490 millones de pesetas, lo que le convirtió en el fichaje más caro de la historia de la entidad. Su paso por el Deportivo se suele resumir con dos imágenes, aquella 'lambretta' contra el Real Madrid y el cabezazo que le propinó a Irureta en un entrenamiento. Pero lo cierto es que seguramente sea el mayor talento que haya pasado por el césped de Riazor, o al menos eso es lo que aseguran los veteranos del lugar, con una 'cunca' de vino en la mano y con un fantástico recuerdo en la mente.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete