Fútbol
La Premier League rompe con las casas de apuestas
Los clubes no podrán lucir en sus camisetas, a partir del verano de 2025, los logos de empresas dedicadas al negocio del juego
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La Premier League ha roto, al menos parcialmente, con una de las relaciones más longevas y arraigadas de Inglaterra. A partir de la temporada 2025-26, ninguno de sus 20 equipos podrá llevar publicidad en el frontal de sus camisetas de ninguna casa de apuestas, una decisión impulsada desde las entrañas del Parlamento británico y que ha aceptado voluntariamente la liga, la primera competición deportiva profesional del país que adopta esta posición. Aunque hay matices, pues los equipos sí podrán promocionar estos establecimientos en cualquier otro lugar de la equipación, en las camisetas de entrenamiento o en las vallas publicitarias de los estadios, lo cierto es que el giro de la situación es radical, ya que actualmente hay ocho equipos que cuentan con este tipo de patrocinios. Toca reajustar las cuentas.
Según la web deportiva Sportingpedia, un total de 48 millones de libras (unos 54 millones de euros) se verán comprometidos de manera anual por la decisión. Everton (11 millones), West Ham (11), Southampton (8,5), Leeds (6,8), Newcastle (5,6), Bournemouth (4,5), Fulham (3,4) y Brentford (2,8) ingresan por llevar en su camiseta logotipos de diferentes casas de apuestas, escudos acostumbrados a la mitad de la clasificación o a luchar por evitar el descenso (esta temporada, salvo el Newcastle y el Brentford, todos están de mitad de tabla para abajo).
Equipos a los que la búsqueda de nuevos patrocinadores les pone en un aprieto, pues la gran ventaja de tener como aliados a las casas de apuestas es que estas suelen pagar hasta el doble que otro tipo de socios. Es por eso que la prohibición se ejecutará desde verano de 2025 y no de manera inmediata, para que a los menos ricos de la Premier les dé tiempo a buscar alternativas y a no incumplir contratos.
Se rompe de esta manera un ejercicio tribal con cientos de años de tradición. Es cierto que desde la antigüedad, ya fuera en los primeros Juegos Olímpicos o en los coliseos romanos, las apuestas eran un elemento más del espectáculo, pero su modalidad más moderna no se entiende sin el mundo anglosajón como cuna. Los primeros pronósticos de eventos de ocio o deportivos en Reino Unido datan del siglo XVIII, en carreras de caballos y de galgos, para luego adherirse al auge de los deportes de equipo, casi todos inventados en la antigua Britania, como el fútbol, el rugby o el cricket.
Tal era el fanatismo de los isleños por el pronóstico que incluso en la temporada 1962-63 de la liga de fútbol, durante uno de los inviernos más duros que se recuerdan y tras la cancelación de varios partidos por las condiciones climáticas, la industria decidió reunir a un comité de sabios para que se inventasen los resultados de los partidos aplazados y, de esta manera, que los ciudadanos pudiesen seguir dejándose el jornal. Los imaginarios resultados incluso se daban por la radio nacional. Una locura que con el paso de los años se ha visto cercada por la política.
Ya en 2005 se aprobó una nueva ley para restringir la barra libre de apuestas que se deslizaban a lo largo y ancho del Reino Unido y su influencia en el deporte rey. Incluso la segunda división lleva en el nombre una de las casas más influyentes del país (Sky Bet Championship), compromiso que aporta a la competición de plata unos jugosos 47 millones de euros al año.
Tras los pasos de España
Inglaterra sigue el camino que ya tomaron otras grandes competiciones europeas como, por ejemplo, la española, que en 2021 vivió una prohibición gubernamental similar (en aquella temporada había 42 clubes entre Primera y Segunda con casas de apuestas como patrocinadores principales), refugiados ahora los equipos nacionales en las comunidades autónomas que representan y en empresas de todo tipo, desde el sector textil hasta el energético o bancario. Ahora le toca a la liga más antigua del mundo reinventarse.
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