Estrellas precoces, brillo entre amenazas
El peligro Lamine Yamal, los riesgos de la precocidad
Futbolistas cada vez más jóvenes lucen en clubes y selecciones, éxito que deben saber gestionar física y mentalmente para que sus carreras no se tuerzan
De la Fuente: «Lamine Yamal hará cosas importantes siempre que sea humilde»
La precocidad ha llegado al fútbol, deporte en el que jugadores como Lamine Yamal siguen quemando etapas a una velocidad vertiginosa. La confirmación del delantero en el Barcelona y su debut con la selección española absoluta con 16 años recién cumplidos ( ... el más joven de la historia) reabre el debate sobre los peligros de someter a un niño o a un adolescente a la presión que supone alcanzar la élite a una edad tan temprana. Es una tendencia cada vez más extendida y se pudo comprobar durante la última ventana FIFA para que las selecciones disputasen partidos clasificatorios.
Yamal debutó ante Georgia anotando, además, un gol. Lo hizo con 16 años y 57 días pero no fue el más precoz en este parón de selecciones. El senegalés Amara Diouf actuó ante Ruanda con 15 años y 94 días. La joven perla, seguida por el Real Madrid, forma parte de la Academia Génération Foot, de la que salieron estrellas como Sadio Mané. Sus 20 minutos ante Ruanda convirtieron el estreno del africano en el más precoz desde que Martin Odegaard jugara con la camiseta de Noruega ante los Emiratos Árabes Unidos en 2014, cuando todavía tenía 15 años y 253 días.
A Yamal y a Diouf se les unía Kendry Páez, que, con 16 años, 4 meses y 8 días, se convertía en el jugador más joven en defender a Ecuador, superando a Caicedo. El centrocampista fue titular ante Uruguay.
Ahora el objetivo es intentar que la trayectoria de estos jugadores sea tan larga y prolífica como se les intuye. Tarea complicada por la dificultad que supone competir bajo tanta presión. Precisamente, Luis de la Fuente, seleccionador que ha hecho debutar a Lamine Yamal, apelaba a la cautela: «Seamos prudentes, puede hacer cosas importantes siempre que sea humilde y que tenga los pies en el suelo. Este tipo de futbolistas son diferentes. Los procesos formativos son mucho más rápidos, situaciones que a otros bloquean, ellos las resuelven con mucha naturalidad. Hay que protegerlo, formarlo, cuidarlo. Por su bien y por el fútbol español. Lo mejor es ser prudentes todos e ir con calma. Atravesará picos menos buenos, porque es normal».
Andrés París, pedagogo, exfutbolista y experto en desarrollo del talento y la gestión emocional en el ámbito educativo y deportivo, hace hincapié en la importancia de la gestión de las emociones. «Debemos respetar los tiempos y el desarrollo de las personas. Tenemos que aprender mucho de la naturaleza. No he visto nunca vendimiar en marzo. Saltarnos cualquier paso en el desarrollo de la persona puede ser bastante perjudicial para el deportista. Vemos a un chaval de 15 años que juega en el Barça y a los tres partidos es internacional. Luego hablamos de que hay juguetes rotos, pues hasta cierto punto es normal», explica a este diario.
El pedagogo se muestra contrario a esta excesiva precocidad. «No me parece apropiado que con tres partidos en Primera división puedas ser un jugador internacional con 16 años. No has vivido más por mucho que hayas corrido», añade el pedagogo.
«Saltarnos pasos en el desarrollo de la persona es perjudicial; luego hablamos de juguetes rotos, normal...»
Andrés París
Pedagogo y exfutbolista
Silvia Rodríguez-Bautista, psicóloga y cofundadora del gabinete 'Mood Psicología', discrepa ligeramente en este argumento porque «el éxito no está directamente relacionado con que puedan aparecer problemas en la personalidad de un niño», aunque coincide en que «hay que tener en cuenta cómo el núcleo familiar interpreta y vive ese éxito junto él». Rodríguez-Bautista delega las consecuencias en «las características de personalidad que tenga cada individuo». «Unos estarán más predispuestos a asumir el éxito con humildad y otros desde una posición más narcisista, pero eso depende de las características personales concretas de cada ser humano. Si una persona tiene una personalidad narcisista, cuando tenga éxito se engrandecerá más, y el que tenga la generosidad, la bondad y la humildad como rasgos marcados, tenderá a compartir ese éxito», apunta.
«El éxito no se relaciona directamente con la aparición de problemas en la personalidad de un niño»
Silvia Rodríguez
Psicóloga, de Mood Psicología
Una teoría que también suscribe Alfredo Argensó, exfutbolista del Espanyol, exentrenador de porteros del Roda (club de la cantera del Villarreal) y director de la escuela de porteros Alfredo Argensó. «Cuando yo llegué a la élite aún era una persona bastante inmadura y eso te perjudica. Tienes que tener muy bien amueblada la cabeza y estar rodeado de gente que te diga qué tienes que hacer y por dónde tienes que ir. Pero veo muy bien que haya jugadores que puedan debutar en la élite tan jóvenes», explica. «Yo siempre les digo que tienen que tener los pies en el suelo y que igual que puedes subir puedes bajar. Llegar es difícil pero mantenerse lo es mucho más. Este trabajo es mucho más psicológico que físico y lo primero que les aconsejaría es que lean la menor prensa posible, que no vean la tele. Tienen que asimilar que lo que ha hecho es muy difícil pero que hay gente muy buena».
«Todo depende de cómo tengas amueblada la cabeza y de estar rodeado de gente que te guíe bien»
Alfredo Argensó
Exfutbolista y entrenador
«Hay que modelar y calibrar las expectativas y aquí la pedagogía y la educación son fundamentales para enseñarle cuáles son las oportunidades que te ofrecen pero no rápidamente ir al resultado. Mantener la perspectiva. No podemos forzar la máquina de un niño, porque al final no deja de ser un niño. Hay que enseñarle a controlar la presión, la alta regulación emocional y la ansiedad que pueda llegar. Es fundamental que tenga un profesional que le ayude, y no estoy hablando del representante, sino de un pedagogo deportivo, un psicólogo deportivo, alguien que le pueda ayudar en esta carrera», interviene Andrés París, que advierte que «siempre hay que respetar cuatro leyes mágicas que son importantes a la hora de mantener el equilibrio del vestuario: ley de llegada (eres el último y no tienes los mismos privilegios), ley de jerarquía (saber el rol de cada uno e integrarse), ley de reconocimiento (saber quiénes son mis compañeros) y ley de equilibrio (que el vestuario no se resienta).
El informe Fifpro
«Lamine es muy joven para quemarlo», dice Xavi, que está tratando de vigilar los minutos de Yamal, pero los datos recientes dicen que jugará siendo joven muchos más partidos de los que disputaron sus predecesores.
El último estudio del sindicato mundial de futbolistas, Fifpro, publicado en marzo, resalta que hoy los jóvenes más prometedores tienen cargas de trabajo muy superiores a las que tenían en el pasado. Ponen ejemplos: Bellingham a su edad ha jugado más de 15.000 minutos profesionales, Rooney, otro niño prodigio, no llegaba a los 11.000. Cuando Mbappe cumplió 24 años había disputado 26.952 minutos; en el mismo tiempo, Henry acumulaba 18.026. A los 20 años, Pedri había disputado ya 12.000 minutos, un 25% más que Xavi en el mismo periodo de tiempo. Lamine, por más que le rebajen la carga, muy probablemente batirá todos esos registros.
«Hasta donde yo sé no hay ningún estudio que evalúe las consecuencias físicas y de salud mental en los jugadores por largos periodos de tiempo», explica el profesor Vincent Gouttebarge, jefe médico de Fifpro y exfutbolista. El sindicato conduce desde 2019 un observatorio que evalúa el impacto del fútbol entre los 25 y los 35, pero todavía no existe algo similar con los más jóvenes. «Invitamos a otros académicos a hacer estudios al respecto», remarca.
Desde 2021, el sindicato monitorea las cargas de partidos, viajes y los tiempos de recuperación de los jugadores. «Empezamos porque muchos futbolistas de élite nos lo pidieron, ya que se sentían muy presionados mental y físicamente por el calendario», explican desde el sindicato. Los datos son públicos y de ellos surgen estudios como este que dice que los jóvenes cada vez juegan más.
Los problemas físicos pueden ser evidentes, como es el caso de Pedri, pero la preocupación se extiende también a lo psicológico. «Una alta carga de trabajo puede ser un factor para los problemas de salud mental de los jugadores. Desencadena respuestas emocionales y psicológicas como fatiga, cambios en la autoestima y ansiedad derivada de presiones internas y externas», explica el profesor Gouttebarge.
Esos problemas de ansiedad ya están muy presentes en el fútbol. Fifpro encuestó a 64 jugadores tras el Mundial de Qatar, un 20% de ellos estaban experimentando «niveles extremos de fatiga mental y emocional». Y nada apunta a que la tendencia vaya a cambiar.