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El último milagro de la misteriosa doctora Kovacevic

La conocida fisioterapeuta serbia ha logrado abreviar la recuperación de Modric. Sus métodos con placenta de yegua son resistidos por la comunidad científica, pero su distinguida clientela le avala

Curanderas, no gracias

Marijana Vinicius, la doctora que cura futbolistas. Ilustración: Rodrigo Parrado Hernández

¿Curandera, médico o ambas cosas al mismo tiempo? La leyenda de la doctora serbia Mariana Kovacevic (Belgrado, 1970) ha crecido bastante desde que su nombre recorriera por primera vez los periódicos españoles, hace ya nueve años, por intentar curar en tiempo récord a Diego Costa ... para la final de Champions de 2014. La mujer a la que el exfutbolista holandés Robin Van Persie calificó de «ser milagroso» ha regresado este año a la actualidad nacional, después de que Luka Modric recurriese de urgencia a sus técnicas heterodoxas para sanar sus isquiotibiales y llegar a la final de Copa del Rey del pasado sábado. El ídolo croata no fue titular en Sevilla, pero jugó diez minutos y pareció estar recuperado para el tremendo duelo de esta noche gracias a Kovacevic y a la placenta de yegua, el enigmático ingrediente que se ha unido a su figura como un apodo del que le será ya difícil librarse.

El método de la 'doctora milagro' sigue siendo secreto. Son sus clientes (sobre todo los célebres) quienes validan temporada tras temporada unos tratamientos que la comunidad médica sigue sin reconocer. A principios de este año, dos semanas antes del Open de Australia, Novak Djokovic la contrató para resolver unas molestias físicas que no desaparecían; el tenista serbio terminó conquistando el torneo, ganando siete partidos en doce días y cediendo sólo un 'set'. «No puedo dar detalles y tampoco quiero hacerlo, pero le agradezco a la doctora Marijana Kovacevic que haya venido aquí a tratarme», declaró el campeón a la prensa, sin dar detalles, como es costumbre.

Además de a Modric o a Diego Costa, han visitado la clínica de Belgrado en los últimos quince años futbolistas de la talla de Cristiano Ronaldo, Wayne Rooney o el mencionado Robin Van Persie, entre una lista que suma ya varios centenares. La lesión del '10' del Real Madrid, producida el 25 de abril, era un desgarro muscular de grado I o II, cuya curación suele necesitar dos o tres semanas. Modric compareció ante el Osasuna el pasado sábado 6, exactamente 11 días después de abandonar lesionado el estadio Montilivi.

¿Qué arcanos esconde el tratamiento de la doctora Kovacevic? Se sabe que incluye el uso de una crema confeccionada con placenta de yegua, que presuntamente acelera la reparación del tejido muscular desgarrado. Además, al tejido dañado se aplican unas ondas electromagnéticas de alta frecuencia para calentarlo mientras se le da un masaje con un rodillo y un gel original compuesto por diferentes sustancias naturalmente activas, que no altera la piel (y, muy importante, no dan positivo en ninguna prueba antidopaje).

El tratamiento, como informa su página web (que no se actualiza desde 2010), dura de uno a siete días: «El tejido muscular del paciente se regenera completamente, lo que puede comprobarse con una resonancia magnética [...] Y el paciente está listo para el entrenamiento regular». Sin secuelas como cicatrices o fibrosis: un músculo totalmente regenerado. «No hay lugar para el error», como declaró recientemente Kovacevic al periódico croata 'Slobodna Dalmacija' en una de sus escasísimas entrevistas.

Dada su fama creciente en varios países europeos, en la última década se han publicado numerosos artículos sobre sus terapias; en algunos se indica que inyecta aminoácidos y distintos extractos orgánicos en el tejido dañado, pero siempre sin precisiones mayores (ella ha negado utilizar inyecciones). Nadie sabe con qué sustancias mezcla la placenta para ultimar el ungüento. Un periódico de Bulgaria (país donde es conocida por haber trabajado para el CSKA Sofía) publicó hace más de una década que la doctora contaba con una tecnología pionera en cuyo alumbramiento había participado la NASA. Otros medios serbios han informado de que sólo trabaja por las noches, no usa teléfono móvil y recibe a sus pacientes en un despacho sin ventanas.

Kovacevic no utiliza analgésicos: considera que el dolor es nuestro sistema de alarma, y no debe ser inmediatamente reprimido. La 'doctora milagro' vive en Belgrado, rodeada de un halo de misterio, con guardaespaldas y arropada por su familia: su madre (la doctora Dragica Matejević, que fue su primera maestra), sus tres hijos y su marido, dueño de una casa de apuestas. Cuando Diego Costa viajó a verla poco antes de aquella final de Lisboa, los más distinguidos galenos deportivos españoles expresaron sus dudas en la prensa, negando el respaldo científico a sus técnicas.

Casi una década después, las sospechas perviven. «No tenemos respaldo científico que justifique el empleo de la placenta de yegua para acelerar el proceso de reparación del tejido muscular lesionado», explica a este periódico Gonzalo Correa, vicepresidente de la Sociedad Española de Medicina Deportiva (SEMED). «Sólo podemos respaldar los tratamientos con evidencia científica suficiente para el empleo seguro en nuestros deportistas. Hay que conocer en primer lugar el diagnóstico exacto del tipo de lesión muscular del deportista para luego establecer el pronóstico y mejor tratamiento posible. No obstante, es conocido que en el ámbito del deporte de élite se emplean tratamientos sin justificación científica en muchos casos; no olvidemos el papel del efecto 'placebo'«.

Huidiza de la prensa (dado que no necesita publicidad), Kovacevic sigue su carrera sin apoyo académico. Su formación, sin embargo, es incuestionable: licenciada en Medicina y Farmacia por la Universidad de Belgrado (en cuya facultad llegaría a ser profesora posteriormente), profundizó después sus estudios durante tres años en Estados Unidos, trabajó durante una década en laboratorios farmacéuticos y se especializó en fisioterapia antes de abrir su propia clínica.

Problemas legales

En 2009 el aura de misterio sobre Kovacevic tomó una nueva dimensión después de que estuviese un tiempo en paradero desconocido mientras era investigada por la Justicia de su país. ¿El motivo? El presunto uso de placenta humana en sus tratamientos, después de que el exfutbolista israelí Yossi Benayoun, jugador entonces de Liverpool, afirmase que lo había hecho con él mismo. La doctora salió airosa de las investigaciones, pero tres años después fue objeto de otra investigación en Serbia, esta vez por supuesta evasión fiscal y ausencia de licencia para ejercer la medicina. El tabloide británico 'Daily Mail' publicó que la doctora había cambiado de aspecto físico para evitar su detención. La Federación Serbia de Fútbol pidió entonces públicamente que sus técnicas fueran prohibidas o reguladas, sólo dos años después de que incluyeran a Kovacevic en la delegación oficial del Mundial de Fútbol de 2010.

El embrollo fue finalmente aclarado, y la fisioterapeuta regresó a la actividad y a su singular política de facturación: cobra 5.000 euros a cualquier futbolista profesional, por famoso que sea, y 50 euros a las personas corrientes. El boca a oreja de los deportistas supera cualquier boicot mediático o gremial: aunque el mutismo sobre su desempeño es casi total, los testimonios públicos de sus pacientes muestran agradecimiento y respeto, a pesar de que el dolor durante la hora que dura la sesión tratamiento es muy elevado (como explicó el exfutbolista rumano Razvan Rat, ex entre otros del Rayo Vallecano). Otro de sus antiguos pacientes (el exfutbolista búlgaro Velizar Dimitrov) explicó que «no me decía qué era aquella crema, no quería revelar su secreto, aunque creo que el ungüento contenía células humanas«.

Siempre se ha sospechado que usaba células humanas, pero no ha quedo demostrado. Y sus tratamientos, como afirmó el que fuera delantero del Ajax, Marko Pantelic, «acortan cuatro veces los plazos de recuperación». De cualquier forma, cabe recordar que en la final de Lisboa Diego Costa tan solo jugó nueve minutos ante el Real Madrid. Se rompió. Modric espera revalidar tanto su prestigio como el de la doctora balcánica esta noche en el castigado césped del Santiago Bernabéu.

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