el segundo palo
Yamal, llama a Puyol
«Este crío necesita como el comer alguien sensato a su alrededor, alguien que le recuerde que no ha inventado la penicilina»

La culpa no es suya. Le han repetido tantas veces a Lamine que es Axl Rose que al final parece inevitable que el chaval se lo crea y vaya por ahí cantando November Rain, «sólo trato de matar el dolor, ooh sí». Madonna, por ... ejemplo, exigía que las flores de su camerino midieran exactamente 15,24 centímetros mientras que Lady Gaga llegó a encargarle al diseñador Ken Borochov que le fabricara una silla de ruedas de oro de 24 quilates mientras permanecía convaleciente por una operación de cadera. Julio César tenía bastantes más adoradores que Yamal a su alrededor y, por eso precisamente, llevaba siempre detrás a un esclavo cuya única misión en la vida era advertirle de que era humano, «memento mori», recuerda que eres mortal.
Esclavos no porque la trata se abolió en España allá por 1820, pero alguien del Barça sí debería recordarle a Lamine que es sólo un jugador de fútbol, nada más que eso. Y no es cuestión de colores, ¿eh? El otro día oí a Cubarsí, 18 añitos le contemplan. Hubo quien, desde el puro desconocimiento, le comparó ni más ni menos que con el káiser Beckenbauer, pero tengo para mí que este chico no se cree los cantos de sirena mientras que, entre unos y otros, a Yamal le están empujando al precipicio de pensar que es el nuevo Messi, otro Maradona.
Me pregunto qué se diría de Vinicius si se mosqueara más que un pavo en Navidad por ser sustituido en el minuto 96 de un partido. Qué se diría de Vini si se revolviera ante una pregunta del As o del Marca o dijera que él está para marcar goles en los partidos importantes. ¿Qué se diría de Vinicius júnior si afirmase que el candidato número uno para ganar la Champions es el Real Madrid? El otro día leí algo muy ingenioso sobre Mbappé: «No necesita un dentista, necesita un capitán». Hoy los chavales crecen con brackets invisibles y no como en mi época, todos con los dientes torcidos, así que, y siguiendo ese hilo, podría decirse que a Lamine no le hace falta un ortodoncista sino tres o cuatro Puyoles y kilo y medio de Iniestas. Si no le tuercen los aduladores, si los pelotas no ganan la batalla, estoy convencido de que Yamal devendrá en crack. Pero este crío necesita como el comer alguien sensato a su alrededor, alguien que le recuerde que no ha inventado la penicilina. Pocos saben que gracias a Fleming curamos infecciones que eran mortales hasta mediados del siglo pasado y demasiados recitan como el Padre Nuestro el número de asistencias y goles de menores de edad. Eso da para otro artículo, ¿verdad?
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete