Fútbol
Fichajes millonarios que terminan en ruina
Futbolistas comprados a golpe de talonario son vendidos muy por debajo del precio pagado por ellos. Dembélé o el sevillista Rony Lopes, últimos casos
Ramos, Iniesta o Hazard: ilustres a la búsqueda de equipo
Dembélé, Hazard y Coutinho, fichajes ruinosos para Barcelona y Real Madrid
Son los nuevos fichajes, millonarios y repletos de ilusión, los que tienden a acaparar la mayoría de titulares en el mercado estival. Pero no todo es vino y rosas y, cada verano, también toca hablar de los fracasos, jugadores por los que se pagaron una ... millonada importante, que besaron el escudo y que se llenaron la boca de promesas rimbombantes en el día de su presentación y que, tras no cumplir las expectativas, abandonan su equipo por la puerta de atrás. Es quizás Ousmane Dembélé el caso más reciente y que mejor ejemplifica esta situación.
El delantero francés está a punto de firmar por el PSG tras activar una cláusula que le permitía salir del Barcelona por solo 50 millones de euros (aunque el Barça solo recibirá 25), un montante de sobra asumible para el dinero árabe que potencia al equipo de la capital parisina. Un fichaje, además, estratégico para el PSG, que podría perder en las próximas semanas a su gran estrella, Kylian Mbappé, una herida que sería menos sangrante con Dembélé ya en cartera. Gran operación en clave gala que, sin embargo, provoca una importante decepción económica y moral para el equipo azulgrana.
El francés, ahora 26 primaveras, llegó al Barcelona en 2017 a cambio de 145 millones de euros para sustituir a Neymar, que curiosamente había sido fichado por el mismo PSG por la cifra récord de 222 millones de euros. Un talento por pulir, imprevisible tanto dentro como fuera del terreno de juego, pero que nunca llegó a explotar, cercado por los problemas de lesiones y por una teórica caótica vida extradeportiva. Tras seis años en el Camp Nou, Dembélé, que ayer cerró en París su fichaje por el PSG, abandona el equipo con una sensación agridulce, a ratos uno de los jugadores con más mordida del continente y a otros un joven demasiado despistado.
Lo que desde luego no ayudan a encumbarle son sus números como azulgrana: 185 partidos disputados, 119 perdidos por lesión (un 40%), y solo 40 goles y 43 asistencias. Cierto que desde la llegada de Xavi el delantero había mostrado una cara mucho más comprometida y regular (el técnico llegó a decir que tenía potencial para ser el mejor jugador del mundo en su posición y Laporta, que era mejor que Mbappé). Pero ni los mimos han servido para retenerle y, además, la mitad del traspaso, 25 millones de euros, irán para su propio bolsillo como se había acordado cuando renovó hace un año. Un auténtico desastre. «Estoy decepcionado, es una pena. Que tenga mucha suerte», aseguró Xavi.
La otra gran ruina del mercado español en este verano ha sido la que ha rodeado al delantero brasileño Rony Lopes. Muy claro lo tuvo que tener Monchi porque en 2019 el Sevilla pagó al Mónaco 25 millones de euros por sus servicios, cifra que lo convirtió en el fichaje más caro de la historia del equipo hispalense.
El extremo solo contó con minutos residuales desde su llegada a la capital andaluza y, con el paso de las jornadas, fue un fijo en la grada. Solo jugó 14 partidos, en los que consiguió dar una única a asistencia y, en el verano de 2020, comenzó una laberíntica cadena de cesiones. Niza (Francia), Olympiacos (Grecia) y Troyes (Francia) fueron sus destinos en las últimas tres campañas, sin ninguna intención el Sevilla de darle una segunda oportunidad de dejarle vestir sus colores. Culebrón que ha acabado este verano, cuando se ha confirmado su venta por 500.000 euros al Braga portugués.
El Barça, reincidente
Dembélé y Lopes son los ejemplos más recientes de la tesis, pero los fichajes ruinosos han sido una tónica general, sobre todo en las últimos años, donde el valor de los futbolistas se ha disparado hasta cotas impensables. Al Barcelona parece que le ha mirado un tuerto, porque también tiene en su lista de fichajes negros a Philippe Coutinho. El mediapunta brasileño, como Dembélé, llegó al equipo en 2017 a cambio de 135 millones de euros, procedente del Liverpool, para paliar la baja de Neymar, aunque este lo hizo en el mercado invernal. Lo curioso es que sus primeros meses como azulgrana fueron brillantes (siete goles y seis asistencias en 17 partidos de Liga), pero cuando parecía haber pasado el Rubicón de la adaptación, comenzó a bajar el nivel hasta que fue cedido al Bayern de Múnich en 2019.
El brasileño anotó con los alemanes los dos últimos goles de la paliza más cruenta recibida por el Barcelona en Europa, el 2-8 de los cuartos de final de la Champions de 2020. Volvió al Camp Nou, se desinfló y se fue cedido al Aston Villa, donde milita actualmente después de ser traspasado definitivamente por 20 millones.
El eterno rival de los catalanes, el Real Madrid, ha conseguido maquillar prácticamente todos sus puntos negros con un goteo constante de títulos, pero hay uno que aun duele en la parroquia blanca. Eden Hazard fue el elegido para sustituir a Cristiano Ronaldo tras la salida de astro portugués en 2019. Como Coutinho, parecía que el encaje del belga sería perfecto, un auténtico malabarista técnico y uno de los mejores jugadores de la Premier League durante su etapa en el Chelsea.
Incluso el pago de 115 millones, aunque solo le quedaba un año, no fue especialmente llamativo porque se entendía que el delantero era una apuesta segura, pero la realidad fue bien distinta. Pronto empezaron las lesiones y las críticas por la falta de implicación o por su cuestionable estado físico. Hazard, nunca llegó a despegar. Más bien nunca llegó ni a arrancar. Siete goles y 12 asistencias en cuatro campañas fueron razones de sobra para que el Madrid decidiese rescindirle el contrato este verano.