El Baúl de los Deportes
Aquel otro escándalo del Barça: casi linchan al árbitro, juerga con Bárbara Rey y agresión a un fotógrafo
El 20 de marzo de 1977, tras una derrota liguera en Burgos, el club azulgrana vivió varios episodios bochornosos
Un atentado con 192 muertos y siguieron jugando al fútbol
Cuando Alonso debutó en la F1 circulaban las pesetas y no existían Facebook ni Youtube
![Rexach, en su época de futbolista en el Barcelona](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/deportes/2023/03/16/rexach-barcelona-RRFqoQZfYN2BJz0TlmxnPbN-1200x840@abc.jpg)
Fue la tormenta perfecta. Polémica en el terreno de juego, bronca monumental en los vestuarios y juerga nocturna explosiva en Madrid. Seis horas de escándalos concatenados e incontables días de resaca en la prensa. Todo se desarrolló durante la tarde-noche del 20 al 21 ... de marzo de 1977. Entonces no había redes sociales. Ni televisiones privadas plagadas de tertulias rosa y forofas. Ni siquiera habían florecido en la radio los programas deportivos de madrugada. Pese a ello y por ello, fue en los periódicos donde lo sucedido se narró con profusión. Portadas, noticias, declaraciones y ríos de tinta llenaron páginas y páginas contando lo que ocurrió durante y después del aquel partido Burgos-Barcelona del campeonato de Liga 1976-77.
El calendario llegaba a la 27ª jornada, una cita vital para ambos contendientes. El Burgos ocupaba la antepenúltima plaza (16ª) de la clasificación con 22 puntos, pero aún estaba vivo en la lucha por la permanencia. En el polo opuesto de la clasificación, el Barcelona era segundo y sumaba 33 puntos, tres más que el Valencia y dos menos que el líder, el Atlético de Madrid.
En Burgos, la primavera llega sin prisa. De ahí que aquel 20 de marzo todavía fuese un domingo de invierno. Hacía frío e incluso nevó durante varias fases del partido. El conjunto local se adaptó mejor al barro de El Plantío y, apenas iniciada la segunda parte, marcó gol: «Minuto cuarenta y seis. Internada de Juanito con tiro que rechaza Artola; vuelve a recoger Juanito que centra y Katic remata a la red, pese al esfuerzo da Neeskens, que, bajo los palos, incluso hizo penalty, pero como la pelota entró, el árbitro concedió gol».
El tiempo pasó sin que el Barça fuese capaz de igualar el marcador. Los jugadores y aficionados castellanos, después de protestar la anulación de otro gol -de Katic- por fuera de juego, ya acariciaban los ansiados dos puntos (premio entonces por victoria). Sin embargo, en el último minuto se cocinó la jugada que abrió el telón de todo lo que vino después. Durante un embarullado ataque azulgrana, un remate fue rechazado en la misma línea de meta por un defensa burgalés. El árbitro, José María Fernández Quirós, apreció mano del jugador local, decretó penalti y encendió la mecha.
Empujones y patada
En medio de una bronca monumental en las gradas, los futbolistas del Burgos rodearon al colegiado andaluz, que fue zarandeado e incluso recibió una patada propinada por Ruiz Igartua. Cuando pudo zafarse del acoso, Fernández Quirós se confundió de jugador y expulsó a Palmer, hecho que reavivo las protestas de los aficionados. Luego, Manzanedo, portero castellano, detuvo el lanzamiento del penalti ejecutado por Cruyff, gran estrella del Barça y del fútbol mundial. El encuentro terminó con victoria local, pero eso no rebajó la tensión. Tras el pitido final, numerosos aficionados invadieron el campo corriendo hacia el árbitro con intenciones nada amistosas. Este, protegido a duras penas por la policía, se fue rápidamente hacia el interior del estadio con la intención de encontrar refugio y calma. No se imaginaba lo que le esperaba allí.
El túnel de vestuarios estaba atestado de gente. Además de jugadores y miembros del cuerpo técnico de ambos equipos, aparecieron varios directivos del Burgos con el presidente, Antonio Martínez Laredo, a la cabeza. En un tumulto descomunal, algunos pegan o intentan pegar al árbitro quien, acompañado por sus jueces de línea, se defiende e incluso devuelve alguna agresión. El utillero del Barça recibe un golpe y un tipo con un gorro de lana trata de propinarle un paraguazo al colegiado. En plena refriega, al agresor se le cae el gorro y se descubre que es el mismísimo Martínez Laredo.
Según informó ABC, esta fue la versión del máximo dirigente burgalés: «Antonio Martínez Laredo presentó una denuncia contra uno de los linieres por agredirle con el palo del banderín. La denuncia va acompañada de un certificado médico, extendido por el médico del club, en el que se especifica que sufrió traumatismo y conmoción cerebral, motivado por unos golpes recibidos en la cabeza con un objeto contundente. Según versión del presidente agredido, aconteció de la siguiente forma: una vez concluido el encuentro, un sector de aficionados, en su mayoría jóvenes, saltaron al terreno de juego con ánimo de agredir al árbitro de la contienda. Al mismo tiempo saltó al campo Martínez Laredo, no como agresor, sino para defender a Fernández Quirós, y en ese momento un linier le golpeó con el palo. Tras la agresión, el presidente del Burgos fue atendido en la Clínica de la Cruz Roja y, una vez repuesto de sus lesiones, se personó en una comisaría y presentó la consabida demanda. Sobre la una y media de la madrugada todavía se encontraban en la comisaría el árbitro y sus dos auxiliares que estaban prestando declaración ante el Juez de Guardia».
Seis meses de inhabilitación
Cuatro días después, el 24 de marzo, el Comité de Competición de la Federación Española de Fútbol hizo públicas las sanciones derivadas de lo sucedido en El Plantío: «seis meses de suspensión de sus funciones al presidente del Burgos F. C, señor Martínez Laredo, por agresión al árbitro; diez partidos de suspensión al jugador del Burgos F.C. Ruiz lgartua, igualmente por agresión al árbitro; dejar libre de toda sanción al jugador del Burgos Palmer, al que acusó el colegiado en un momento de confusión y al comprobarse posteriormente que dicho jugador no había sido autor de la agresión; multa de 150.000 pesetas (901€) y apercibimiento de cierre de campo al Burgos F.C. por los sucesos ocurridos, con lanzamiento de objetos, invasión de campo y agresión al árbitro; y amonestación al entrenador del Burgos F.C., Marcel Domingo, por formular reparos al árbitro».
Volviendo al día –o, siendo precisos, a la noche- de autos, la expedición del Barcelona partió de Burgos en autobús rumbo a Madrid para pernoctar allí y volar el lunes hacia la Ciudad Condal. Sin embargo, horas antes de subirse al avión, tres futbolistas y una conocida artista de la farándula protagonizaron el siguiente capítulo de aquella convulsa jornada de marzo. Así lo contó la agencia de noticias Alfil:
«El jugador del Barcelona Carlos Rexach ha vuelto a protagonizar una agresión a fotógrafos de prensa, cuando bailaba con la actriz Bárbara Rey, esta vez en Madrid, en la discoteca 'Cerebro', a las cuatro menos cinco minutos de esta madrugada. Hace días, Rexach agredió al fotógrafo de la agencia Efe, sección de servicios especiales, Ángel Millán, en Barcelona, cuando el reportero le hizo algunas fotografías en el momento en que el futbolista bailaba con Bárbara Rey. Esta vez el agredido fue José Manuel Otero Pliegue, fotógrafo de la agencia Hispania Press, quien presentó en la Comisaría del distrito de Universidad, en Madrid, la correspondiente denuncia por malos tratos contra Rexach. Hacia las tres de la madrugada, el citado fotógrafo se hallaba en la discoteca de la calle Princesa, y también el jugador barcelonista Rexach, en compañía de otros compañeros de equipo. Al advertir el fotógrafo la presencia de Rexach en compañía de la actriz Bárbara Rey, disparó varias fotos, tras lo cual el jugador y tres de sus acompañantes agredieron a Otero, arrebatándole la cámara que portaba v estropeándole el carrete. Según manifestó el fotógrafo al presentar la denuncia, la cámara, una Nikomat, cuyo valor es superior a las 50.000 pesetas (300€), estaba dañada en la caja y en el objetivo, y el carrete estropeado contenía, además, varios reportajes gráficos. Otero tuvo que ser asistido en la Casa de Socorro, donde el doctor, Antonio Sánchez Corisa, le apreció algunas heridas en la cara».
Los compañeros de juerga de Rexach eran Marcial y Neeskens. En Barcelona sentó muy mal conocer semejante escapada nocturna, no autorizada por el entrenador, Rinus Michel, y realizada apenas tres horas después de una derrota que lastró de forma decisiva sus opciones de ser campeones de Liga.
«La expedición del Barça se marchó en autocar a Madrid, donde llegó pasadas las dos de la madrugada y Michels ordenó a todos los jugadores retirarse a dormir. Algo que no ocurrió –relata el blog deportivo 'The Tactical Room'-. Al día siguiente se descubrió que tres futbolistas, Carles Rexach, Marcial Pina y Johan Neeskens, se habían saltado la normativa y habían acudido a una famosa discoteca. La casualidad quiso que fueran descubiertos por un periodista de la capital y que, más aún, Rexach fuera visto charlando y tomando una copa con Bárbara Rey, uno de los rostros más populares de la España de la época (siempre se sospechó que la propia actriz había arreglado el descubrimiento, algo, por otra parte, común en el presente del famoseo). Hubo fotos y, se dijo, tortazos… Y en cuanto al día siguiente todo salió a la luz, se armó el mayor escándalo que se recordaba en Barcelona. El lunes, Neeskens se libró de todo al acudir a la concentración de la selección holandesa en Ámsterdam, pero Rexach y Marcial fueron, inmediatamente, apartados del equipo por Michels. 'La actitud de los tres es un insulto al club, a los socios y al entrenador. No se puede dejar pasar sin una multa y, desde luego, el trato será igual para todos ellos', exclamó el martes 22 de marzo el entrenador holandés. Mintió, por lo que sea, porque Rexach y Marcial, apartados del equipo, no volvieron a jugar ni un partido en el desenlace de la temporada 1976-77, mientras que Neeskens jugó, íntegros, los ocho partidos que restaban hasta el final de la liga».
El Barça les impuso a los tres futbolistas la multa más elevada conocida hasta ese momento: «Con relación a los hechos acaecidos en el último desplazamiento de nuestro primer equipo, la Comisión Ejecutiva del Club ha acordado imponer a los jugadores Marcial, Neeskens, y Rexach, una sanción económica de cien mil pesetas (600€) a cada uno de ellos».
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