Fútbol
Éxtasis y alegría en las calles españolas por la victoria de la selección
Mundial femenino 2023
Las pantallas gigantes repartidas a lo largo de nuestra geografía, a reventar para ver el duelo por el título mundialista entre España e Inglaterra
La previa de la gran final, en directo
España se vuelca con la selección
No parece que el Mundial de fútbol femenino sea un fenómeno inflado por los medios, como muchos señalan, o al menos esa no es la impresión que emanan los alrededores del WiZink Center de Madrid. Los aledaños de la casa del Real Madrid de baloncesto son un hervidero desde las 10 de la mañana. Marabunta de banderas, cánticos y sorprendidos objetivos televisivos que alucinan con los miles de aficionados que han venido a ver la gran final entre España e Inglaterra.
No solo la capital vibra con la selección. Albacete, Burgos, Barcelona, Segovia, La Coruña o Pontevedra son otras de las ciudades que se han volcado con la final, con gente en la calle desde primera hora de la mañana, sin importar el calor o el ritmo vacacional, todos con el rojo y amarillo por bandera.
Desde las 11 de la mañana se abren las puertas y la marea roja comienza a inundar las gradas, ansiosa la hinchada española de una gran alegría futbolística. Con la selección masculina refugiada en la transición y en algún que otro título menor (Nations League), es el combinado femenino, o el combinado a secas, quien ha inflado el corazón del pueblo, que hoy, tras más de una década, puede celebrar un título mundial.
Vilda, que no se libra de los abucheos ni en Madrid, sigue con su personal revolución desde las antípodas y en las colas españolas se habla de la nueva suplencia de Alexia Putellas, icono por antonomasia del fútbol femenino, que una vez más deja sitio a las menos habituales, las que pensaban que no estaban hechas para la gloria, y que han llevado a la selección a las puertas del cielo. Retumban los altavoces, las banderas ondean. Se acerca la batalla.
Los mensajes enlatados de las grandes estrellas del deporte español (Nadal, Gasol, Marín) y la música de Bad Bunny y Coldplay caldean el ambiente poco a poco, pero es la alineación, repetida en los altavoces a falta de 10 minutos para el pitido inicial, la que pone en pie a la afición (Hermoso, madrileña, es la que más pasiones levanta).
Cánticos desbocados para el himno español y pitidos para el inglés rellenan los últimos minutos antes del inicio de la gran final. Y al fin, el balón echa a rodar. El partido se disputa a miles de kilómetros pero en el WiZink se vive como si las jugadoras estuviesen en el recinto. Se aplauden las buenas jugadas y se protestan las faltas al árbitro, que le debe de pitar el oído desde Australia. Los códigos del fútbol no tienen límites.
Los nervios de la final tienen un poco fría a la grada, pero una increíble combinación de España por la banda derecha levanta las pulsaciones a los presentes. El larguero de las inglesas, detiene los corazones y las cabalgadas de de Salma Paralluelo dan esperanza. Precisamente, la maña está a punto de romper la igualdad en el marcador y los aplausos soterran cualquier otro sonido.
Éxtasis con el gol de Carmona
Olga Carmona lo vuelve a hacer. Como un cohete, la jugadora del Real Madrid atraviesa la banda izquierda de las anglosajonas, imparable, y con un disparo cruzado hace el 1-0, su tercer tanto en este Mundial. No hay butaca en el WiZink que se quede con ocupante, éxtasis monopolizado porque España no deja de sorprender.
La selección juega de vicio, domina como nunca y las sonrisas de sus jugadoras tras las acciones de peligro se contagian a lo largo y ancho de la geografía española. Sin embargo, las piernas inquietas comienzan a hacerse notar, el marcador es ajustado y la final entra en la zona de no retorno.
La jugadora inglesa sabe que ha sido mano, lo reconoce e intenta justificar que es de las buenas, de las que no se pitan. El WiZink se impacienta, lo ve tan claro que está a punto de invadir un campo imaginario. Finalmente, tras varios minutos eternos, se pita penalti. Las inglesas no paran de torpedear el lanzamiento, y sus triquiñuelas funcionan, porque Hermoso y su zurda no están finas. Earps detiene el lanzamiento, decepción pasajera porque la grada madrileño se vuelca aun más con el equipo, gasolina para los momentos de flaqueza.
Aguantó España, se repuso y dominó los últimos minutos de partido (13 de añadido) con la posesión, ya con Putellas en el césped. Gozó de varias ocasiones mientras el reloj de arena soltaba sus últimos sedimentos. Los sudores fríos se convirtieron en gritos con el ansiado pitido final. Júbilo de época, abrazos, besos. Una felicidad total porque España, de una manera épica, ya era campeona del mundo.
También en Barcelona
En Barcelona, más de un millar de aficionados se han reunido en el pabellón municipal de la Vall d'Hebron, que el Ayuntamiento ha habilitado para seguir la final. Como en otros puntos del país, se han registrado colas de acceso por los controles de seguridad, aunque el recinto, preparado para la ocasión con sillas en medio del campo polivalente, no se ha llenado.
![Aficionados en Barcelona siguiendo el partido de la selección](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/deportes/2023/08/20/barna-U04600617251VqM-624x350@abc.jpg)
Esto no ha impedido que, en el momento del primer gol de Olga Carmona, los gritos hayan inundado el pabellón. Los asistentes, entre ellos muchas familias, han gritado gol con la máxima emoción y han ondeado banderas. Además de los colores de la selección, en la 'fan zone' se han visto también múltiples camisetas y guiños al Barça, y es que muchas de las integrantes del equipo de Jorge Vilda lo son también del club azulgrana femenino.
Este es un día muy importante para los aficionados barceloneses de la selección española. Y es que el gobierno municipal de los últimos años, encabezado por Ada Colau, puso muchas trabas e impidió seguir al equipo nacional en grandes pantallas. Ahora, con el cambio en el Ayuntamiento, el socialista Jaume Collboni ha facilitado su instalación.
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