Tito Vilanova, por fin, ya está en casa, muy mejorado después de pasarse los últimos dos meses en Nueva York para tratarse del cáncer en la glándula parótida. Ya hay fotos del técnico en Barcelona, a donde llegó a primera hora de la mañana del martes, y el entorno celebra el regreso del jefe porque se le ha echado mucho de menos. Vilanova vuelve, pero lo hará sin prisas.

Tan pronto puso el pie en suelo barcelonés, se sucedieron las preguntas. ¿Irá a trabajar este mismo martes? ¿Estará el sábado en Balaídos? ¿Cuándo atenderá a los medios? Preguntas razonables porque su ausencia ha sido muy larga y porque la gente quiere saber cuanto antes cómo se encuentra el protagonista.

Pero, ante todo, mucha calma. El Barcelona confirmó que Tito Vilanova se iba a descansar a su domicilio y que no acudiría al entrenamiento de este martes en la ciudad deportiva. La intención es que el preparador se vaya incorporando a la actividad de forma gradual y siempre en función de su estado físico. La salud de Tito es lo primero.

Vilanova aterrizó sobre las 8.30 de la mañana acompañado de Jordi Roura y Aureli Altimira, y sus respectivas esposas, y se desplazó en una furgoneta proporcionada por el Barça hasta su domicilio particular, al que llegó a las 9 de la mañana.

El técnico no quiere que su regreso se convierta en un fenómeno mediático y de ahí que ni siquiera saliera por la puerta en la que esperaban numerosos periodistas y cámaras. No se le espera en la ciudad deportiva este martes, pero sí que vuelve al trabajo esta misma semana para preparar el duelo del sábado contra el Celta. El Barcelona juega en Balaídos y en ese banquillo podría reaparecer.