clasificación mundial 2014
España encuentra el justo premio a su valor ante Francia
Los de Del Bosque enderezaron el rumbo siendo fieles a su juego y desarmando a una poderosa selección francesa
El fútbol está con España. Los hados no. Una vez es un error puntual, otro un gol de un tiro y otra, como hoy, un árbitro inepto y cobarde, que se tragó el penalti más claro de los últimos tiempos. Pero lo que antes era cielo abierto ahora, por mor de la suerte o las circunstancias adversas, se nos vuelve oscuridad. [Narración y estadísticas]
Fue este Francia-España un partido parecido al de Finlandia y, en realida, un partido parecido a todos, porque todos nos temen, todos se encierran y esperan a que una contra les salve del infierno. Puede tener mejores armas arriba, como Francia, pero el perfil de encuentro es similar. Coge el balón España y los demás a mirar, también los franceses, encerrados temerosos del toque continuo, del pase profundo, de la puñalada rápida cuando menos te la esperas. [Fotogalería: las mejores imágenes del Francia-España]
Y esta vez el golpe era más probable porque con Xavi y con Xabi España fue mucho más reconocible, tuvo más enjundia, más solidez, más fluidez y más posesión, más de todo. Una selección como la francesa, poblada de hombres poderosos, de futbolistas excelentes, no veían el balón, acogotados alrededor de Lloris, solo a expensas de que los de Del Bosque les encontrarán la mandíbula.
Un inepto en acción
Estuvo a punto Xavi, en uno de esos remates que él nunca falla y esta vez sí y, a partir de ahí, entró Kassai en acción con su irritante ineptitud. No solo fue su incapacidad para cortar el juego duro de los galos que casi nos manda a Iniesta a la enfermería con una cornada de tres trayectorias dada por Jallet, sino que se tragó tres tarjetas más para que al final el único que la viera fue... Xavi, por reclamar algo que era nuestro: un penalti clamoroso de Lloris a Pedro que vio todo el mundo. También Kassai, pero se cagó en los pantalones, totalmente, tanto que apestaba desde Hungría. Simplemente no tuvo redaños para pitarlo y, a partir de ahí, todo se le fue de las manos.
España tuvo que arriesgar tanto que las contras locales se volvieron más peligrosas y letales. Ya Valdés tuvo que sacar un uno contra uno a Ribery y los zagueros volver presurosos, en una gran labor para frenar a los galos. Todo estaba en un impasse, pero España había merecido más, mucho más.
Francia solo opuso defensa y peligro con sus cincuenta metros por delante, pero todo lo bueno fue de España, impecable Xavi, formidable Alonso en los cambios de orientación, muy bien Monreal y genial Iniesta. Pero hay que hacer mención a los centrales, que juegan dejando un desierto atrás, propicio para los velocistas contrarios, y sin embargo siempre estuvieron atentos, veloces y oportunos. Una gran labor, oscura pero vital, para el conjunto español.
La segunda parte fue un poco más sobre el yunque, pero con matices diferenciadores, sobre todo Pedro, que pilló el balón y se dijo “voy a por ellos”, encaró, se fue, entró y a los franceses ya los dedos se le hacían huéspedes. Y además Monreal se desató por la banda. Por ahí llegó el gol, se fue Pedro por el carril del ocho, hizo un cambio de orientación a la entrada letal de Monreal. Jallet no llegó y al centro del lateral llegó como una bala el mismo Pedro para rematar y marcar llorando el balón y riendo el español.
Del Bosque maniobró con sabiduría y metió a Navas en el campo adelantándose a la jugada cual buen ajedrecista. Sabía que Francia tendría que adelantar líneas y una contra con el extremo sevillista mataría el partido.
Lo que tenía que pasar pasó. Francia es Francia y apretó los dientes. También España, un tanto fundida y quizás mirando en exceso al luminoso. Llegaron los apuros y el toma y daca que podía acabar con las tablas o con el mazazo demoledor de los españoles a la contral. Ya no se jugó al toque contra el muro, sino a un partido abierto, empujando ellos con su terrible físico.
Hubo más luz aún para España con la absurda expulsión de Pogba (dos tarjetas en dos minutos) y en ese ir de Francia España debería haberse ido atrás, pero como no saben, quisieron el segundo en vez de resguardarse.
Kassai intentó prolongar lo que fuese necesario, pero ni aún así puedo Francia. España escondió el balón y triunfó donde debía: con valor y mucho mérito.