fútbol internacional

Brasil e Italia empatan en un clásico reinventado

Neymar y Balotelli brillan en un vistoso duelo en Ginebra, intercambiadas las filosofías de ambas selecciones

El baile de disfraces de Ginebra, intercambiadas las filosofías de Brasil e Italia, ni rastro del romanticismo del siglo pasado, derivó en un hermoso partido de fútbol que empató a las dos selecciones más importantes del planeta con Neymar y Balotelli como grandes estrellas, opositores a brillar en el Mundial 2014.

El mundo al revés en Ginebra. Brasil se viste de Italia para tumbar a la finalista de la pasada Eurocopa, incapaz de superar a la pentacampeona del mundo desde el mítico partido del viejo Sarriá del Mundial de España 1982. A pesar de los recientes atencedentes, ningún secreto el juego práctico de Brasil, menos aún el gusto de Italia por el balón, todavía sorprende observar la evolución de ambos combinados. El amistoso de Ginebra no defraudó. Los de Scolari, refugiados a la contra, avisraon primero con un remate de Neymar que sacó con enorme destreza Buffon.

Dominaba Italia, a ratos brillante por la infinita calidad de Pirlo, nada efectiva ante un gigante Julio César, cuando Brasil asestó el primer derechazo. Huérfana la «seleçao» de nueves, Fred aprovechó el despiste de Maggio en un centro de Neymar para abrir el marcador. El mundo al revés: la Brasil más italiana se adelantaba en el marcador. Intentaban levantarse de la lona los de Prandelli cuando llegó el segundo, contragolpe perfecto maquinado por un omnipresente Neymar, vital su importancia en el ataque brasileño, que finalizó con precisión Oscar.

Remontada italiana

El comedido Cesare Prandelli, artífice del renacimiento italiano, no lo vio claro y tocó la tecla precisa en el descanso. Rectificó el esquema para pasar a un 4-3-3 ligeramente más conservador y sacrificó a Pirlo, pero el resto del equipo respondió. Un taconazo de De Rossi en un saque de esquina despertó a Brasil, demasiado confiada. El partido derivó entonces en un bello intercambio de golpes, fuera estereotipos, entre el juego de toque de Italia y las contras brasileñas.

Que un Brasil-Italia no es un amistoso más lo entendió a la perfección Mario Balotelli, empeñado desde el minuto uno en dejar su sello. Lo logró ocn un fabuloso derechazo que subraya el talento de un jugador sobre el que siempre pende un enorme interrogante por culpa de su polémica personalidad.

El carrusel de cambios, la lesión de Daniele de Rossi, algunas batallas menores entre jugadores y el derroche físico deslucieron el espectáculo en los últimos veinte minutos. Balotelli insistió y Cerci, debutante para Italia, dejó algunos destellos, pero Italia fue incapaz de completar la remontada, lo que prolonga una maldición que dura más de tres décadas: juegue como juegue Italia parece incapaz de derrotar a Brasil. El próximo combate llegará en la Confederaciones.

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