fórmula 1
Las Vegas, show y chapuzas en la ciudad del pecado
gran premio de las vegas
Los primeros ensayos se suspendieron al soltarse una tapa de alcantarilla e impactar con el Ferrari de Carlos Sainz. Los pilotos, descontentos por acabar su trabajo a las 4 de la mañana
Courtois lanza su equipo de F1 en miniatura
![El circuito pasa por el corazón de Las Vegas](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/deportes/2023/11/17/vegas3-RaetrQP0p20zTOUpGJfK5hP-1200x840@abc.jpg)
La nueva Fórmula 1 liderada por empresarios estadounidenses alcanza su cénit comercial este fin de semana en Las Vegas. Cuarenta años después de la última carrera celebrada en el estado de Nevada, regresa la acción a la capital del pecado y el juego. Más acción fuera de la pista que en el asfalto, al decir de los pilotos, que no parecen entusiasmados con la propuesta de Liberty Media, el dueño de la F1. Max Verstappen, el campeón de 2024, lo reflejó en una frase. «Me siento un payaso. Las Vegas es 1% carrera y 99% espectáculo».
Desde hace meses no hay entradas en el recinto habilitado en The Strip (la Franja), la legendaria avenida que atraviesa el corazón de Las Vegas entre hoteles, casinos y demás centros de diversión. Y desde hace meses tampoco queda mucho hueco en las zonas vip, donde la gente supuestamente influyente está dispuesta a pagar 27.000 euros por estar cerca de los pilotos y del paddock.
Todo son grandes cifras en Las Vegas, millones a espuertas, negocio puro y duro. Una inversión de 400 millones por parte de Liberty, también propietaria de este gran premio, para adecentar la ciudad del juego y convertirla en una pista de carreras que dejará un beneficio económico de más de 1.300 millones, según el director ejecutivo Renee Wilm.
Pero, la primera en la frente, el circuito no estaba del todo preparado: en la primera sesión de entrenamientos, el Ferrari de Carlos Sainz se llevó una tapa de alcantarilla que provocó serios daños en el coche y una sanción de diez puestos el domingo para el madrileño al verse obligado a cambiar la batería de su monoplaza. La sesión tuvo que suspenderse cuando solo habían transcurrido ocho minutos.
Se espera que cerca de 2.000 aviones privados aterricen en la capital del juego mundial cargados de personas con los bolsillos llenos. Y es posible coincidir en el paddock con David Beckham, Shaquille O'Neal, Mark Wahlberg o Kylie Minogue, presentes en el gran premio como reclamo de las multinacionales.
El Bellagio, el famoso hotel protagonista de tantas películas adorables, agotó un paquete de lujo de tres días por 11.500 por persona y noche que incluía acreditaciones vip, comida y vino con pretensiones de estrella michelín, así como el acceso a miradores privados con vistas a la carrera.
Los organizadores, Liberty, esperan una asistencia diaria de 105.000 personas, pero ya el primer día tuvieron que desalojar las gradas por problemas de logística en una jornada que acabó a las 4 de la mañana, hora local.
Heineken, el sponsor de la carrera y también una de las empresas que financian a Max Verstappen, ha cubierto la ciudad con su logotipo. American Express, Hilton o MGM Resorts han construido campamentos privados para atender a sus clientes y promocionar su marca. También Red Bull ha ampliado su zona de hospitalidad.
La serie de Netflix
Todo a lo grande, que no falte de nada, Viva Las Vegas. Será la tercera carrera que se dispute este año en Estados Unidos, el principal caladero que busca Liberty Media. Después de Miami y Austin, Las Vegas enlaza con la senda norteamericana que impulsan sus propietarios. De la misma manera que la serie de Netflix 'Drive to Survive' ha popularizado este deporte aunque antes era un reducto de exclusividad y pulseras vip.
Este sentido del espectáculo choca de alguna manera con la visión de algunos pilotos. Los más populares se han pronunciado. Fernando Alonso ironizó en Brasil sobre la serie de Netflix, «¿Tú conduces para sobrevivir?», preguntó a Max Verstappen en la conferencia de prensa.
El propio Verstappen se quejó en un acto publicitario en Las Vegas: «A algunas personas les gusta un poco más el espectáculo, a mí no me gusta en absoluto. Crecí mirando simplemente el lado del rendimiento y así es como lo veo también. Así que a mí me gusta estar en Las Vegas, pero no tanto para las carreras. Yo haría lo mismo si fuera el propietario, no escucharía a los pilotos. Es mi deporte, haría con él lo que quisiera si ese fuera el caso«. Lewis Hamilton aconsejó a Liberty Media preocuparse por las personas, además del negocio. El director de Mercedes, Toto Wolff, ha prohibido a los trabajadores de su equipo ir a apostar a cualquier casino.
En la ciudad de las 24 horas, los pilotos tienen turno de noche. Entrenamientos, clasificación y carrera en horario nocturno. «Tendremos que adaptarnos lo mejor que podamos», dijo Hulkenberg, del equipo Haas. «Si tengo sueño, me tomaré un Red Bull», bromeó Daniel Ricciardo, de AlphaTauri.
El circuito urbano tiene 6,201 kilómetros y 17 curvas, y destaca una larguísima recta de 1,9 kilómetros que en principio no beneficiaba al Aston Martin de Fernando Alonso. Sin embargo, el asturiano acabó tercero en los primeros entrenamientos.
Pista rápida (se esperan velocidades próximas a 340 kms/h. en las rectas) aunque congelada. También se pronostican temperaturas nocturnas en torno a los 10 grados, un problema para los neumáticos que puede derivar en una carrera insospechada por la falta de agarre. «Es como conducir sobre hielo», aventuró el jefe de Red Bull, Chris Horner.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete