El Baúl de los deportes
Falsificó la licencia, le robó la ropa a Peterhansel… y fue el primer español que ganó el Dakar
En enero de 2004 Nani Roma logró la victoria en la categoría de motos del raid africano
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![Nani Roma, en la actual edición del Rally Dakar](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/deportes/2024/01/17/nani-roma-R7oU3NHriFoZax4VE6HFwnJ-1200x840@abc.jpg)
Joan Roma Cararach siempre va de frente. En la pista y en la vida. Lean si no el comienzo de la biografía publicada en su propia página web: «La pasión por la competición y una voluntad prácticamente indestructible, marcan el carácter de un piloto singular. Joan Roma, Nani para los amigos y para el mundo, nació en Vic el 17 de febrero de 1972 y tras un fugaz paso por los campos de fútbol, este deporte perdió a un contundente portero cuando en su vida se cruzaron las motos. Se apuntó a su primera carrera falsificando la licencia de un amigo, pecado muy común entre los grandes campeones. La ganó y desde entonces no ha dejado de atesorar un impresionante palmarés».
Entre tanta gloria deportiva, una fecha inolvidable: 18 de enero de 2004. Inolvidable para él y para España. Porque fue el día en el que un piloto español se subió por vez primera a lo más alto del podio en el legendario Rally Dakar (antes París-Dakar). Nani Roma lo hizo en la categoría de motos, a lomos de una KTM, y su gesta fue noticia de portada.
Por supuesto, el despliegue en las páginas interiores de los diarios estuvo acorde con lo conseguido: «Roma inscribe a España en el Dakar veintiséis años después: Jordi Arcarons no lo pudo conseguir como piloto y lo tuvo que alcanzar, años después, como director de Joan Roma, su sucesor al frente del motociclismo español de rallys. Nani estrenó ayer la página de los éxitos españoles en el Dakar con una victoria a lo campeón, dominante, sin dar respiro a Sainct, Despres, Cox y Meoni, el primero de los favoritos que se hundió este año en los vericuetos del desierto. Roma mandó en el rally desde que entró en su fase decisiva, Mauritania, acompañado por Esteve, a quien relegó un fallo mecánico en el ecuador de la prueba. Es también un éxito de la dirección de Arcarons. Su experiencia, su psicología para aportar estrategia y serenidad en cada momento ha sido clave».
« Advirtió Roma, antes de partir, que le gustaba la dureza de este Dakar y lo confirmó en la arena, en el desierto, en la temida Mauritania. Deseaba el retorno al trazado clásico y su triunfo tiene doble mérito. Obtuvo al fin el número 'uno' sobre el recorrido tradicional, el que hizo universal a esta carrera desde hace veintiséis años, los que el deporte español ha esperado para romper una maldición basada en hechos reales»
La fecha, en el móvil
«La última era una de las jornadas menos difíciles —'aquí no hay fáciles'— y las circunstancias demostraron que no se puede celebrar el éxito hasta que no se rodea el Lago Rosado… A dos kilómetros de meta hubo un accidente que regateó por muy poco. Es la leyenda negra del Dakar. Pero este era su año. Reconoció que hace dos meses, en Dubai, puso en su móvil la fecha 18-1-04 y un lema: 'Ganaré'».
Ganó y, como suele suceder, a partir de ese momento el gran público empezó a conocer con detalle la trayectoria y, sobre todo, las peculiaridades de la personalidad del nuevo héroe deportivo, descritas en diferentes perfiles, entrevistas, editoriales y artículos de opinión.
«Tras un fugaz paso por los campos de fútbol, este deporte perdió a un contundente portero cuando en su vida se cruzaron las motos: se apuntó a su primera carrera falsificando la licencia de un amigo»
Biografía (en www.naniroma.com)
Profesionalmente, «se curtió en el enduro. En 1991, con diecinueve años, era subcampeón de España juvenil. Su potencia dejó boquiabiertos a los técnicos. Entre 1992 y 1996 brilló en ese enduro que es cantera del rally. En 1996 vivió una segunda revolución, personal y profesional. África y el Dakar transformaron sus sentimientos. Nani protagonizó la antítesis de la novatada. Sin conocer las trampas de la carrera se adjudicó dos etapas ante las miradas de reojo de los líderes. Se enamoró del polvo del Dakar. Y bien que lo mordería».
«Nació una historia de amor que se convertía en odio en plena carrera. Quedó marcado por un hechizo que le hacía regresar. Ganó los rallys de Túnez (2002) y de Egipto (2003), pero el raid por antonomasia le ponía en celo. Vio la miel frente a los labios durante ocho años. Líder en el ecuador de la edición de 1998, en el 2000 soportó el mayor golpe. Triunfó en cuatro etapas y rompió la moto a dos días de bordear el Lago Rosa. Auriol, director de carrera, le llamó 'ganador'. Desde 2001 continuó ganando etapas... y sufriendo accidentes. Ayer, por fin, tentó la suerte del león».
Mención especial merece la pieza que firmó Fonsi Nieto en ABC. También piloto de competición, el sobrino del mítico Ángel Nieto opinó desde su sobrado conocimiento del motociclismo… y de Nani Roma. El título de aquel artículo fue una llamada de atención sobre todo lo que rodea demasiadas veces a los deportistas: «Habría ganado antes si lo hubieran dejado respirar».
«Después de ocho años de infortunio, de caídas, de roturas de motor cuando tenía el Dakar casi ganado, Nani ha conseguido lo que se merecía desde hace mucho tiempo. Es el premio a la persecución de un sueño, al trabajo constante, a ese sacrificio sordo que pocos conocen, a tantos avatares en contra. Porque por cada cosa buena que vives sobre una moto, sufres muchos palos... Mi amigo Nani, por fin, se ha quitado esa presión externa. Una obsesión de escuchar 'este año tienes que ganar', como si fuera fácil. Gentes que no saben lo difícil que es triunfar en un deporte, el de la moto, sea de velocidad o de rallys, donde el último vuela. El nivel es impresionante…».
«Ese ambiente de 'si no vences es un fracaso' le ha perjudicado. Habría ganado el Dakar mucho antes si no hubiera sentido esa espada de Damocles sobre él, si le hubieran dejado tranquilo. Otros años arriesgó demasiado para recuperar el tiempo después de sufrir cualquier circunstancia y eso le hizo perder la carrera. Es el primer español en conquistar este rally y ahora debe disfrutarlo con su familia, la que siempre está contigo... El motor le roba páginas al fútbol porque la progresión es impresionante. Bien recuerdo cuando Nani y yo competimos y nos picamos en el Supermotard de Madrid, hace unos años. Yo, tan bajito y él, un mastodonte. Es tan grande como humilde. Ahora, con el número 'uno', ya está pensando, seguro, en ganar el siguiente. Somos así».
Impresionado por un libro
Colindante con la faceta deportiva, la parcela más personal y humana de Nani Roma fue descrita en unas interesantes pinceladas escritas en 'El Mundo Deportivo' bajo el titular «La culpa fue de un libro ilustrado».
«Nani Roma siempre tuvo un sueño: ganar el Dakar. Hoy es ya una realidad. Siete abandonos en ocho participaciones –cinco veces por accidente– son motivos para descorazonar a casi todo el mundo... Ese tesón, esa obsesión por el Dakar, tiene una explicación. 'Cuando era pequeño, mi madre me regaló un libro con la historia del Dakar escrito en español. Lo leí múltiples veces. Sus historias me impresionaban y desde entonces ganar esta carrera se convirtió en un objetivo. De hecho, todas las noches soñaba con el Dakar'».
«Siempre admiré a Peterhansel. En unos Seis Días coincidimos en la sala de duchas, vi que había dejado su camiseta y sus zapatillas junto a la ducha... ¡y se las robé! »
Nani Roma
«Pero Nani consiguió en Dakar un segundo sueño. Acompañar en lo alto del podio a quien siempre fue su ídolo, Stephane Peterhansel... 'Siempre admiré a Peterhansel. Recuerdo que en unos Seis Días coincidimos en la sala de duchas. Vi que había dejado su camiseta y sus zapatillas junto a la ducha... ¡y se las robé! Aún las conservo. Años después me vi junto a él disputando el Dakar: un sueño'…».
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Comenzó en el enduro, especialidad en la que todavía compite cuando sus compromisos en los raids se lo permiten, y destacó rápidamente. Folgueroles (municipio barcelonés en el que reside) está a las puertas de Vic y Jordi Arcarons era uno de sus maestros. Éste le dio la alternativa en el Dakar todavía muy muy joven, quizás demasiado joven. Destacó siempre por su rapidez. Su imponente figura hacia que manejase la moto como un juguete. Sus rivales tuvieron claro que el día que supiera controlar sus impulsos podría ganar el Dakar. Ahora quién sabe si imitará a Peterhansel y se pasará a los coches…».
«Atrás quedan sus caídas e incluso la crisis del 2002, cuando se perdió y cayó sufriendo un desvanecimiento. Ahora todo ha cambiado para él. Aunque dice que no estaba obsesionado, se ha sacudido la presión de encima. Nani es un hombre hogareño. Su mujer, Rosa, y sus dos hijas, Abril, que estuvo en Dakar para recibirle, y Julia, de seis meses, son lo más importante de su vida. Y junto a ellas saboreó mucho mejor este momento», concluye el artículo publicado hace dos décadas en el diario deportivo catalán.
Después de aquello, Nani Roma, como se preveía, imitó a su idolatrado Stephane Peterhansel. El francés es el más laureado de la historia del Dakar: 14 victorias, seis en motos y ocho en coches. En 2014, el piloto español también ganó el famoso raid al volante de un vehículo de cuatro ruedas (Mini)… justo por delante de Peterhansel (segundo clasificado).
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