Entrenar a un gran maestro de ajedrez: cómo enseñar a quien es mejor que tú
David Martínez, seleccionador español y técnico de Sara Khadem, se apoya en el ordenador y en la relación con sus jugadores para llevarles al éxito. La historia personal de su pupila fue un acicate para acceder a prepararla
![David Martínez, seleccionador nacional de ajedrez](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/deportes/2023/12/06/ajedrez-buena-ReWhWtilIpBaiCgUBMjpjjJ-1200x840@abc.jpg)
Ser entrenador es explicar a otra persona cómo se hacen cosas que tú no sabes o no puedes hacer. En muchos deportes lo justifica la edad, en el ajedrez es diferente. El técnico entiende desde el principio que su pupilo es mejor que él. Aunque ... también es obvio que ese jugador, por bueno que sea, no va a ser superior a una máquina. «Yo no podría dar clase tan fácilmente si no tuviera el ordenador. El módulo que tienes en el móvil, que es gratuito, es mejor que Magnus Carlsen. Todas las clases van apoyadas en análisis de ordenador», explica David Martínez, maestro internacional y seleccionador nacional de ajedrez.
La pregunta es lícita: ¿en qué consiste entonces lo que hace? «En parte soy un comunicador, entiendo cómo piensa el ordenador y busco ejercicios que puedan ayudar al jugador. En los años 90, a lo mejor yo no podría haberme dedicado a esto tan fácilmente», reconoce. Se parte de la base de que Martínez, al que en el mundillo se le conoce como 'el Divis', es un buen jugador. Despuntó en edad juvenil, es maestro internacional, dejó el ajedrez por los estudios y luego volvió al ajedrez, ya como entrenador, cuando vio que su vida previa no le llenaba. De jugar a esto solo pueden vivir dos o tres en España, entrenar era una alternativa viable. Desde el principio se vio que tenía cualidades para hacerlo.
«Yo conozco bastante bien a los jugadores cuando empiezo a entrenarles, veo sus partidas, hablamos mucho. Sé dónde están sus puntos fuertes y recomendarles qué trabajar. Si yo sé que la mayoría de tus partidas se deciden por detalles tácticos, te voy a buscar la táctica con la que ir a muerte. Si veo que no entienden una posición, vemos muchas posiciones parecidas para que piensen sobre ellas», relata.
También es importante en la tarea de ojear al rival. «Tengo una base de datos con diez millones de partidas, pongo tu nombre y te tengo ahí. Lo normal es que tenga 500 partidas más o menos, es fácil analizarlas. También depende del tiempo que tengamos, porque muchas veces el emparejamiento lo sabes unas horas antes de jugar y lo que haces ahí es mirar aperturas», explica.
Mirar a otros deportes
Para llegar a este punto, hubo un trabajo previo que le llevó a fijarse en otros deportes y pensar cómo aprender de ellos. «Cuando empecé a entrenar, me puse a estudiar compulsivamente. Fue espectacular una sesión con el equipo de tiro con arco, que es algo parecido al ajedrez, tienes que analizar en el momento por qué te ha ido bien o mal un tiro y aplicarlo en los siguientes sin que te afecte un error. El tenis es parecido en eso. El boxeo y el ajedrez tienen una cosa en común que no existe en otro deporte, tú puedes tener mucha ventaja y un solo error te puede costar la partida. Me encanta el trabajo que se hace con las tandas de penaltis y los tiros libres en baloncesto porque son componentes mentalmente muy trabajados por los psicólogos, esa lucha entre los porteros y delanteros», cuenta.
Martínez es seleccionador y también el entrenador de la ajedrecista más mediática de España, quizá del mundo, Sara Khadem. Ella se exilió de Irán por no aceptar ponerse velo, y por eso también cuando le ofrecieron ayudarla, no lo dudó: «No estaba entrenando a nadie y no me planteaba volver a hacerlo con alguien de alto nivel, pero me dijeron que había la posibilidad y tuve ganas de ayudar. Es una persona que no puede volver a su país simplemente porque no se ha puesto velo, me parecía tan increíble que me hizo ilusión desde el principio colaborar. Luego ella se ha hecho muy famosa, su historia es muy potente».
![La hispano-iraní Sara Khadem](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/deportes/2023/12/06/aje1-U21183644860opp-624x350@abc.jpg)
Se ven poco, porque ella no vive en Madrid, pero en el ajedrez es lo habitual. Las videollamadas llegaron mucho antes de la pandemia. «Es muy maja, muy simpática, de muy fácil trato. En los primeros meses vivió un cambio tremendo, venir a España con todo lo que eso implica, pero nos llevamos muy bien y ya hay una amistad muy grande».
Khadem forma parte de la selección que Martínez ha entrenado estos años. «Todavía no habla el idioma, pero acaba de estar en una concentración con las chicas y por supuesto es como una más. Además, en su caso el apoyo de la gente es espectacular. Lo noté en el Campeonato de España, las ganas que tenía la gente de que ganara. Sara se siente supercómoda, está muy agradecida de todo el mundo que viene a apoyarla», asegura.
La hispanoiraní acaba de ser campeona de España femenina, décima en categoría absoluta. Porque en el ajedrez se dan estas cosas, una mujer compite con los hombres y también por separado. Es una de las grandes conversaciones que rodean a la disciplina ¿Por qué los resultados de ellas son peores que los de ellos?
«Hay discusión al respecto, yo no estoy de acuerdo con muchas de las explicaciones que se dan. Hay gente que dice cosas genéticas que me parecen ridículas. ¿Cómo se puede aceptar que la resistencia física es tan importante? De los resultados no hay duda, ahora mismo creo que no hay una mujer entre los cien mejores, pero no puedes decir que es por la resistencia física. No te puedes creer que una mujer no está preparada para tomar decisiones durante cinco horas. Imagínate si extrapolamos eso a las grandes empresas. Claro que hay diferencia física, pero no para tomar decisiones en el tablero, que no estamos cargando piedra».
De pequeños, mucho mejor
Él tiene su propia tesis, que mira a la infancia: «Creo que la mayor explicación está en la cantidad de horas que han empleado unos y otros desde pequeños. El ajedrez es un poco parecido a los idiomas, de pequeño se aprende mucho más rápido y mucho mejor».
Y ahí viene la segunda parte, las diferencias de niños y niñas en su aproximación a los juegos. «Los niños tienen una tendencia natural a obsesionarse. Fíjate con los videojuegos. Yo, si no hubieran existido mis padres, me hubiera despertado a las ocho de la mañana jugando, me hubiera acostado a las doce de la noche o a las cinco de la mañana jugando, me hubiera levantado rápido para encender el ordenador y seguir. Eso hubiese hecho que fuese muy bueno a los videojuegos, que es algo que no sirve para nada. Eso mismo, aplicado al ajedrez va marcando la diferencia. Siempre digo que lo vemos muy fácil cuando es hombre y mujer, pero si tuvieras puesto en la frente las horas empleadas en el ajedrez en tu vida creo que la correlación sería muy grande».
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